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¡Ojo! sitios donde más rayos caen en Bogotá y se prevé una tragedia
El profesor Horacio Torres, investigador, dijo cuál es la razón de la alerta.
Bogotá y la región, según investigaciones, tiene varios escenarios, en donde puede ocurrir una tragedia por rayos. Foto: Cesar Melgarejo
Horacio Torres, profesor emérito de la Universidad Nacional e investigador de MinCiencias, es un cachaco que mientras estudiaba en Alemania quiso adentrarse en el fenómeno de los rayos, pero allí, aunque estudió la teoría sobre los transitorios electromagnéticos, le dijeron que el mejor trabajo de campo que podía hacer era en Colombia. Y así lo hizo: de la mano de la Universidad Nacional lleva más de 40 años analizando el tema y por eso dice con propiedad que los pararrayos no sirven para nada y que en Bogotá podría ocurrir una tragedia si no se instala la tecnología adecuada. Hay que recordar que el fin de semana murió un hombre en Guatavita, alcanzado por una descarga eléctrica.
Hace más de 40 años investigo sobre los rayos. Todo surgió en Alemania, en donde estudiaba en 1979 la parte teórica, pero en Colombia armé un grupo de investigación en 1982. Y en eso sigo vinculado con la Universidad Nacional a través de proyectos.
El rayo es una descarga eléctrica atmosférica y se acompaña de otras dos formas de energía; el trueno, que es audible, y el relámpago, que es visible.
Y comparándonos con otras partes del mundo, ¿cómo estamos nosotros ante ese fenómeno?
En la investigación sobre los rayos hay unos 17 parámetros que han sido discutidos a nivel mundial y estos varían con el espacio y el tiempo. Eso qué significa; que lo que pasa en Colombia, un país del trópico, en determinado día, mes o temporada, es muy diferente a lo que pasa en países como Alemania, Francia, Estados Unidos o Japón. Cuando se hace un análisis multianual durante varias décadas, se puede determinar que la zona más tormentosa del globo terráqueo es el trópico, que está situado entre los 23 grados de latitud norte, que es el Trópico de Cárcer y los 23 grados de latitud Sur, que es el Trópico de Capricornio. En esa franja, es donde está la mayor actividad de rayos del mundo. La menor actividad es en los polos. Hay poca actividad en los mares, ese es un fenómeno muy terrestre.
Eso lo sabemos gracias, en parte, a los satélites de la Nasa. Hay sitios de mayor actividad como, por ejemplo, el Catatumbo, cuyo nombre es por un río con el mismo nombre. Nace en el territorio colombiano y se extiende hasta Venezuela, en el lago Maracaibo. En 1804, cuando estuvo por allí, Alexander von Humboldt, él escribió un libro sobre el rayo en esa región. Lo guiaron personajes como Agustín Codazzi, quienes le contaban sus experiencias. Hay otras zonas en tercero o cuarto nivel como Cáceres (Antioquia), El Líbano o El Tarra (Norte de Santander) y otros con menos intensidad de incidencia como Amagá (Antioquia).
¿Y qué nos puede decir de Bogotá y Cundinamarca?
Investigamos el fenómeno hace más de 25 años. Primero en el Instituto Colombiano de Hidrología, Meteorología y Adecuación de Tierras (HIMAT) y luego con el Instituto Colombiano de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (IDEAM) con base en información que se tomaba en los aeropuertos donde quedaban las estaciones sinópticas de superficie. La mayor actividad de rayos en Bogotá y La Sabana de Bogotá, más allá de la calle 200, está en la zona de influencia del humedal de Torca, que se extiende incluso a límites con Guatavita. Incluso hicimos un modelo matemático. Una anécdota es que después de hacer toda esa investigación le pregunté a mi papá, autodidacta, que en dónde creía que era la zona donde caían más rayos y él me dijo: Torca. Quedé sorprendido. Me dijo que los indígenas que vivieron en esa región lo llamaban cielo roto. Hay una narración que se llama Tradición oral de los raizales de la Sabana de Bogotá que habla precisamente de una forma muy mítica sobre la zona tormentosa de Torca. Entonces ese es un sitio de mayor actividad de rayos.
El de menor actividad de rayos es lo que antes se llamaba Ciudad Techo. Según nuestros antepasados, allá había una finca, una hacienda gigantesca llamada Techo, de los Jesuitas. Allá había aeropuerto e hipódromo y en 1974 le cambiaron el nombre a localidad de ciudad Kennedy. Allá es donde menos rayos caen.
¿Cómo se puede proteger uno de un rayo?
Si está cayendo una tormenta, lo que menos tiene que hacer uno es estar al aire libre. Es lo más lógico. Pero si usted está en la calle y, de un momento a otro, se vino el aguacero sí puede escampar debajo de un árbol, pero no pegado al tronco. Debe estar separado por lo menos un metro y en posición fetal. Así se protege de las descargas. Si hay un carro metálico, métase dentro. No se acerque a las puertas, no toque la carrocería. Si está dentro de una casa, no se acerque a las ventanas, a las puertas ni a las tomas eléctricas.
¿Es verdad que hay objetos que atraen a los rayos?
La atracción es un sentimiento y la naturaleza no tiene sentimientos. Nada atrae a los rayos y nada los repulsa. Simplemente baja y cae en el punto más alto. Si el rayo pudiera ver que puede impactar a diez niños, igual los impacta. La naturaleza no tiene contemplación. La naturaleza no piensa, la naturaleza actúa. Si tuviera sentimientos no mandaría tanta agua en donde hay gente pobre que no tiene en dónde vivir.
¿Escenarios importantes de Bogotá están preparados para los rayos?
No. Estamos, como diría Gabriel García Márquez, frente a una crónica de una muerte anunciada. La prueba más reciente fue cuando un rayo cayó en una de las porterías de estadio Nemesio Camacho El Campín. La reciente denuncia de La Personería sí tenía bases. Los pararrayos ubicados en las luces del escenario deportivo no sirven para nada. Lo mismo puede pasar en el Festival Estéreo Pícnic 2023, que se realiza del 23 al 25 de marzo y que se ubica cerca de Torca, en la zona y en el horario en donde caen más descargas, que es entre la 1 y 4 de la tarde, con un 90 por ciento de probabilidad de que caigan rayos. La probabilidad de que haya una tragedia es muy alta. Lo mismo pasa en el parque Simón Bolívar.
Y entonces, ¿Por qué las istraciones de Bogotá no han hecho nada?
Nosotros propusimos un acuerdo en el Concejo de Bogotá que fue aprobado cuando Gustavo Petro era alcalde de la capital, el 567 de 2014, a través del cual se establecen lineamientos para la gestión del riesgo en tormentas eléctricas. La Secretaría de Hacienda entregó, pero no sé a quién, mil millones de pesos anuales para esa causa, pero no se ven. Con ese dinero se hubiera podido hacer un mapa de riesgo para determinar cuáles zonas son de bajo, medio y alto riesgo. Repito, los pararrayos no sirven para nada, y eso es un peligro.
¿Cuál es la protección que se requiere?
Para eso, hace 25 años se diseñó y se construyó en Bogotá una jaula de Faraday que es un tipo de contenedor hecho de materiales conductores de electricidad que ayuda a contener la energía de un rayo. Es capaz de bloquear los campos eléctricos externos. Está en Maloka. Hace 25 años costó un millón de dólares. Está hecha con bases científicas, de leyes de electromagnetismo. Quién esté adentro puede cogerse de las barras y cuando se dispara una corriente de 5.000 amperios, que miden la intensidad de una corriente eléctrica, no le pasa nada. Hay que tener en cuenta que un ser humano soporta 1 amperio. En 25 años no le ha pasado nada a nadie.
La jaula de Faraday que es un tipo de contenedor que ayuda a contener la energía de un rayo. Foto:Archivo particular
¿Qué hay que hacer en El Campín?
Una jaula de Faraday, obvio, se necesitan diseños. Una especie de varillas interconectadas atravesadas por cables. En la catedral de Notre Dame hay una y allá caen menos rayos que acá. Se puede notar un discreto cable que baja de las columnas, esa es la jaula. Aquí, desafortunadamente, no se hace nada.
¿Hay muchos muertos por rayos en el mundo?
De 100 personas que reciben el impacto de un rayo directo se salvan 90, pero el problema es que las quedan vivas lo hacen con secuelas demasiado graves. La piel se quema por una especie de flameo. Eso es en segundos. Muchas quedan asfixiadas por la frecuencia eléctrica, el corazón se perturba y produce una fibrólisis. Por eso hay que ayudar a las víctimas con los primeros auxilios como respiración boca a boca o golpes en el pecho.
CAROL MALAVER
SUBEDITORA BOGOTÁ
@CarolMalaver
Escríbanos a [email protected] si usted ha sido sobreviviente de un rayo.