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'Despedimos a mi hijo, el médico, de lejos y sin oraciones'

EL TIEMPO conoció detalles de la vida del primer médico fallecido por covid-19 en Colombia. 

Carlos Nieto,
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Carlos Fabián Nieto, el primer médico que falleció por covid-19 en Colombia, era un amante de la adrenalina que proporcionaban las salas de urgencias y la Unidad de Cuidados Intensivos. Pero también amaba la fiesta, el Llano y a su familia. 
EL TIEMPO habló con familia y amigos y reconstruyó parte de la historia familiar y profesional de Nieto, quien al morir dejó dos hijos pequeños a cargo de su esposa, una bacterióloga, también comprometida con la salud colombiana. 
En su familia, a Carlos Nieto lo conocían como 'Pepito', un apodo en referencia a 'Peppa pig', el programa de televisión favorito de su hija. 
Nieto no le tenía miedo a la medicina, ni a las urgencias y mucho menos al dolor. Pero sí al trabajo de sus padres en los Llanos: fumigar cultivos en avionetas. Para él lo primordial era salvar vidas, sentía que la profesión de su familia era algo riesgosa.
Carlos, nacido en Villavicencio (Meta), comenzó a estudiar desde su primer año en el Osito Pachala, un jardín infantil en el que estuvo hasta Transición. Toda su primaria y parte del bachillerato lo realizó en el colegio La Santísima Trinidad de Villavicencio.
Gracias a un test psicológico-vocacional, logró descubrir su don de servicio, en el Colegio Departamental de la Esperanza, donde realizó décimo y noveno grado. En ese momento, supo que quería ser médico.
Carlos Nieto, cuando era niño.

Carlos Nieto, cuando era niño. Foto:Familia Nieto

Tras graduarse como bachiller, se inscribió en la Universidad Cooperativa de Colombia a estudiar Medicina, donde se enfrentó a la monotonía de las clases y reprobó unas cuantas materias.
“Como profesional era brillante, un hombre muy inteligente, y como la mayoría de personas, las aulas y clases monótonas no eran lo suyo, le aburrían y prefería devorar artículos médicos por su cuenta”, le aseguró a EL TIEMPO Katherin Silva, una de sus grandes amigas.
Al llegar a octavo semestre, descubrió lo que lo apasionaba que era rotar en urgencias y sentir esa adrenalina de la unidad de cuidados intensivos de La Clínica Cooperativa, donde hizo sus prácticas.
Allí aprendió que una decisión es crucial para salvar la vida de una persona. “Él empezó a notar que eso era lo de él, lo que a él le gustaba”, le contó a EL TIEMPO su padre Carlos Nieto.
Le gustaba la carne a la llanera y no salía de los Capachos (la discoteca más famosa de Villavicencio).
De hecho, su padre asegura que en varias ocasiones tuvo que ir a sacarlo del lugar. Con sus amigos de la cuadra, el colegio y la universidad (donde lo conocían como ‘Chulito’) organizaba paseos de finca, donde los caballos y la buena mesa eran esenciales. Llevaba la fiesta adentro.
Su año rural lo hizo en San José del Guaviare, donde conoció a Paola, su esposa, quien trabajaba como bacterióloga. Allí trabajó como médico general y ayudante en la UCI hasta que tuvo que retornar a Villavicencio, donde nació su hija Samantha.
Su sueño siempre fue hacer una especialización en medicina interna, por lo que cambió de rumbo y decidió ir a vivir junto a su esposa a Bogotá. En un principio trabajó en la Unidad Médica de la Clínica Méderi y luego se trasladó a la Clínica Colombia donde pudo empezar a hacer los exámenes y requisitos para especializarse.
Su padre recuerda la que quizás fue la última vez que tuvo o con él: el día que el joven médico se dirigió al hospital en medio de su malestar por el virus. El carro en el que Nieto llegó a la Clínica Colombia, aún está en el mismo lugar.
Nieto fue hospitalizado e internado en la UCI de la Clínica Colombia, donde luchó contra una neumonía durante más de 10 días. Los especialistas mantenían o directo con sus papás para informarles sobre el estado de su salud.
Pero la muerte lo alcanzó este sábado 11 de abril y se convirtió en el primer médico fallecido por Covid-19. A sus padres, Sandra Rojas y Carlos Nieto, la mala noticia les llegó mientras se encontraban en Apartadó, Antioquia. 
Un vuelo los trajo al aeropuerto de Guaymaral, a las afueras de Bogotá. Allí esperaron por un par de horas: no había transporte. Al final, una patrulla de la policía los ayudó a movilizarse hasta el cementerio donde sería cremado su hijo.
En el lugar estuvieron ellos junto a periodistas de diferentes medios que estaban haciendo cubrimiento de la noticia.
Carlos Nieto, junto a su esposa y sus dos hijos.

Carlos Nieto, junto a su esposa y sus dos hijos. Foto:Familia Nieto

Al llegar el féretro, les permitieron entrar solo a los dos, para observar a una distancia de 10 metros cómo metían el ataúd al horno crematorio “sin lágrimas, sin familia y sin oraciones”, aseguró su padre.
Paola, su esposa, junto a sus hijos Nicolás y Samantha, de uno y tres años están aislados en su apartamento desde hace varias semanas.
El niño fue diagnosticado con Covid-19 tres días después de que su papá entrara a Cuidados Intensivos, pero es uno de los muchos pacientes que no presenta síntomas. Por ahora están a la espera de nuevos resultados que le fueron practicados para conocer su mejoría.
MARÍA PAULA GARZÓN
ESPECIAL PARA EL TIEMPO

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