Conmoción por muerte de una familia entera en Bogotá: estas son las pistas que investigan las autoridades

​Los primeros datos que se tienen sobre este trágico suceso señalan que los dos cuerpos del hombre y su esposa fueron encontrados en la habitación principal de la casa, estaban acostados sobre la cama y tapados con una cobija.

Los dos hijos menores de edad estaban también en sus respectivas habitaciones sin señales de vida; a ellos tampoco se les halló algún signo de violencia. La situación fue reportada por el hermano de la mujer, quien al no haber recibido información sobre la familia desde hace tres días, decidió ir hasta el lugar de los hechos a verificar lo que estaba pasando. 

El hombre que, al parecer, había tomado la determinación de acabar con la vida de su familia era Jairo Acosta Delgado, de 52 años. Entre las víctimas están sus dos hijos menores de edad, uno de 14 años y otro de 16 años, y su esposa, Vivian Marcela Pesellín, de 49 años. 

Según información preliminar obtenida por EL TIEMPO, el homicidio se cometió hace dos días y hasta ahora encontraron los cuerpos. Los dos jóvenes estaban en el segundo piso en sus respectivas habitaciones sin heridas visibles.

El hombre tenía heridas de arma blanca en el cuello. En la escena también encontraron a su gato muerto.

Según el reporte de los actos urgentes adelantados por el CTI de la Fiscalía y la Policía Metropolitana, los cuerpos presentaban flujos nasales y labios y mucosas moradas, "signos propios de envenenamientos", como se lo dijo a este diario uno de los investigadores. 

Hasta el momento, no hay evidencia de un tercero en la escena y no se reportó ningún daño material en la casa como forcejeo de las chapas de seguridad o elementos hurtados que pudieran dar pistas sobre un caso de robo o asesinato en el que hubiera participado un tercero. 

Según el general José Gualdrón, comandante de la Policía Metropolitana de Bogotá, se estableció una burbuja con la Fiscalía para esclarecer los hechos: "Estamos frente a un hecho de tres homicidios y un suicidio que se conoció por la información de un familiar". Además, agregó que los familiares no tienen heridas abiertas, solamente el presunto actor de los hechos.

Según el testimonio de un allegado de la familia, ellos presentaban problemas económicos y de salud. Hace un año y medio la esposa estuvo hospitalizada por problemas en la cabeza, al parecer, por una parálisis. También atravesaban la dura situación de la muerte de un hijo.

La semana pasada los vecinos todavía veían a este hombre llevando "paqueticos" de comida a sus hijos. Según los testimonios, era "un buen hombre". Jaime trabajaba como carpintero y ornamentación. Viviana era odontóloga, pero no estaba ejerciendo la profesión.

Trascendió también que aunque ​eran reconocidos en el sector por ser una familia unida, dentro del hogar venían atravesando por circunstancias financieras complicadas, la mujer víctima de los hechos padecía de un tumor en la cabeza y estaban trabajando por superar el fallecimiento de uno de sus hijos.

"Nunca nos imaginamos esto, yo creo que el señor llegó a un momento límite con todo lo que le estaba sucediendo y no aguantó más y tomó esa terrible decisión (...) él era un hombre muy amable, muy cariñoso con su familia y con los hijos", contó uno de los vecinos de la familia.

También se pudo establecer que los niños llevaban varios días sin ​ir al colegio, situación que sumó más sospechas a que algo malo estaba pasando con la familia.

Por ahora, las autoridades señalan que están investigando cuáles son los verdaderos móviles de la terrible muerte que enluta al sector de Villa del Rosario, en Puente Aranda, que ha dejado más preguntas que respuestas entre la comunidad y las autoridades.

Señala una fuente cercana al caso que otra hipótesis que ronda entre las pesquisas de los investigadores es la posibilidad de que la familia hubiera sido envenenada por otro miembro de la familia y que el hombre, al llegar y ver a sus hijos y esposa muertos en sus habitaciones, no soportó el shock y decidió acabar con su vida.

Aunque el motivo de las muertes todavía es incierto, las autoridades hacen un rastreo de cámaras de vídeo, entrevistas con familiares y vecinos y recolección de material probatorio dentro de la escena del crimen para poder determinar que fue lo que pasó el pasado miércoles 22 de mayo dentro de esa vivienda.

Aunque EL TIEMPO estuvo en la zona de los hechos y tuvo la oportunidad de hablar con vecinos y allegados a la pareja, quienes afirmaron que la relación familiar era buena y no había señales de eventos de violencia intrafamiliar; una denuncia realizada por la representante Carolina Arbeláez sobre los hechos abrió otra hipótesis sobre los motivos del múltiple asesinato. 
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​Según Arbeláez, la víctima de los hechos ya habría intentado poner una denuncia por violencia intrafamiliar en contra de ella y de sus hijos ante lo que "no recibió apoyo de la justicia", como lo manifestó mediamente su cuenta de X. 

Este medio se comunicó con la Policía Metropolitana de Bogotá para indagar por la denuncia de la representante y señalaron que luego de revisar la información y de contrastarla con los datos de la Unidad Púrpura de la institución no se halló registro de alguna denuncia hecha por parte de la mujer víctima o de algún tercero. De la misma forma, también señalaron que no se registró ninguna atención domiciliaria por reporte de caso de violencia intrafamiliar. 

Pese a esta declaración, desde el equipo de la Representante aseguran que entre su recolección de información pudieron establecer que la mujer se habría acercado al CAI de Puente Aranda a poner la denuncia y que allí no le fue recibida porque no había la competencia para atender ese tipo de casos por no ser un hecho que estaba ocurriendo en el momento. 
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​"Lo que nos informan es que no le recibieron la denuncia, no porque no hubieran querido, sino porque ese no era el lugar para hacerla (...) que la mandaron a la Comisaría de Familia, que es istrada por Integración Social, y que allá si podían darle el trámite que ella necesitaba", señalaron desde el equipo de Arbeláez. 
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​Este medio también se comunicó con la Secretaría de Integración Social para indagar por la denuncia de la víctima y desde esa entidad aseguraron que se encontraban en proceso de verificación, pero que la información reportada, hasta este momento, es que no había registro de ninguna denuncia hecha por parte de la señora Vivian Marcela Pesilla en las Comisarías de Familia. También indicaron que desde la Secretaría de Seguridad se estaba haciendo el mismo rastreo pero en las Casas de Justicia. 

No obstante, hasta el cierre de esta edición, este diario no había recibido ninguna confirmación formal de parte de ninguna de las entidades sobre la supuesta denuncia de la víctima y sus hijos. Por ahora se sabe que los cuerpos de los cuatro fallecidos serán llevados a las instalaciones del Instituto de Medicina Legal para ser analizados y poder determinar si hay rastro de alguna sustancia química venenosa en su sangre.
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​JONATHAN TORO ROMERO
​REDACCIÓN BOGOTA
​EL TIEMPO