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Noticia
La iniciativa que le está cambiando la cara a ‘La Perseverancia’
Según datos de la Secretaría de Seguridad, los hurtos en esa zona de la ciudad se han reducido en un 26 por ciento entre enero y agosto de este año. Comunidad y pospenados le apostaron al turismo. Crónica.
Dos jóvenes le apostaron a un proyecto de turismo en La Perseverancia para que los visitantes conozcan su riqueza cultural. Foto: Santiago Velásquez
Es habitual que cuando se habla de La Perseverancia se piense en su emblemática plaza de mercado que agrupa un complejo de paredes coloridas en las que se guarda la sazón de la gastronomía de las regiones Pacífica, Andina y Caribe. Para sus habitantes, este espacio era apenas el tapete de bienvenida a una zona que no abría sus puertas, pues de la carrera 5 hasta la primera, se popularizó el dicho: “A La Perseverancia se sube caminando y se baja en ambulancia”.
Durante décadas, el hurto y el microtráfico se apoderaron de las calles de un barrio con más de 100 años de historia incrustado en los cerros orientales de la ciudad y que parecía haber sido olvidado desde que la fábrica de cerveza Bavaria cerró sus puertas.
Para Nicolás y Santiago Mojica, un par de hermanos que no nacieron en ‘La Perse’, esto debía cambiar. Por eso, se ganaron la confianza de la comunidad y plantearon un proyecto de ‘turismo de transformación’, para que los visitantes conozcan la riqueza cultural de ‘la verdadera Perse’ y los locales abandonen las actividades ilícitas.
Comenzar un proyecto turístico en un barrio al que solo accedía la policía o sus habitantes podía sonar como una idea descabellada para quien no conoce la importancia de La Perseverancia en el desarrollo industrial y urbanístico de Bogotá. Su nacimiento se remonta a finales del siglo XIX. Campesinos exiliados de sus tierras por la Guerra de los Mil Días llegaron en busca de empleo, mientras en la ciudad se construían grandes fábricas como Cementos Samper y Bavaria.
Nicolás y Santiago Mojica llegaron al barrio hace siete años y se encontraron con una comunidad cuyo brillo no paraba de palidecer desde que la cervecería cerró en 1973. “Nos hicimos muy amigos de una banda que se dedicaba a la delincuencia. En vez de juzgarlos, forjamos una amistad y entendimos que necesitaban oportunidades y herramientas de cambio”, explicó Nicolás.
Estuvieron involucrados en varios proyectos sociales antes de llegar a La Perseverancia y decidieron que el ‘asistencialismo’, una práctica que consiste en realizar jornadas de entrega de mercados o ropa en barrios marginados o en condición de pobreza, no contribuía a mejorar las condiciones económicas, educativas y laborales de las comunidades cuando regresaban meses después.
Fue entonces cuando llegaron a La Perseverancia y decidieron plantear un proyecto que aprovechara la riqueza cultural, histórica, artística y natural del barrio. “De esta manera se pueden proyectar a ser sostenibles en el tiempo, porque uno encuentra muy buenas iniciativas, pero nadie los conoce y se quedan ahí… en buenas ideas, buenos proyectos”, apuntó Santiago.
Hoy, son más de 15 vecinos y pospenados que han pagado condenas dentro y fuera de Colombia, quienes realizan recorridos por el barrio en el que nacieron y crecieron. Se convirtieron en guías turísticos como una alternativa de sustento en reemplazo de un trabajo formal, al cual difícilmente pueden acceder por su historial delictivo.
El emprendimiento
‘Be Pelican’ es un emprendimiento creado por estos hermanos con el apoyo del líder social Chayane Jaramillo, un habitante del barrio que fue clave para convencer a la comunidad de la posibilidad de convertirse en ‘emprendedores sociales’.
“Acá hay jóvenes y viejos comprometidos con el proyecto de cambio. Nosotros éramos unos pordioseros y ahorita nos estamos dando cuenta de la transformación que podemos hacer a nivel positivo”, declaró Alexander ‘Ratoncito’ Rivera, de 50 años, uno de los habitantes y guías de La Perseverancia.
Con esto hay nuevos empleos, nuevas formas de pensar en comunidad para que la gente conozca
“La gente no podía subir acá con esa tranquilidad porque los robaban, los atracaban. Pero con esto hay nuevos empleos, nuevas formas de pensar en comunidad para que la gente conozca. Los ‘pelados’ que no hacían nada por la vida están entusiasmados”, añadió Rivera.
Por su lado, Nicolás, aseguró que “fue un proceso de sensibilización largo, más de cinco años en que lograron conectarse con todo el proyecto. Empezó como una conversación en una esquina, con toda la ‘banda’, y de un momento a otro empezamos a ver el potencial y habilidades que ellos tienen”.
Actualmente, el proyecto impacta y busca transformar a más de 50 personas en el barrio. No obstante, buena parte de su población continúa en condición de pobreza o vulnerabilidad, y el ‘asistencialismo’ como práctica persiste. La comunidad espera que el proyecto crezca para que sus habitantes sean autosuficientes en el futuro.
Abriendo las puertas de La Perseverancia
Chayanne Jaramillo, Nicolás Mojica y Santiago Mojica junto a 'La Banda' que realiza los tours por el barrio. Foto:Cortesía de 'Be Pelican'
‘La Perse Turismo Rolo’ comenzó a inicios de 2024 y, si bien La Perseverancia es conocida como una de las zonas más peligrosas de la localidad de Santa Fe, según la Secretaría de Seguridad, de enero a julio delitos como el hurto han disminuido en un 26 por ciento en esta localidad.
El objetivo era mostrar la riqueza de un territorio para generar economías comunitarias locales. “Son productivos por ellos mismos y están ayudando a transformar su entorno de forma positiva”, explicó Santiago Mojica acerca de qué es el ‘turismo de transformación’.
Aunque muchos de los participantes del proyecto no accedieron o no terminaron un proceso educativo, los lazos comunitarios que se remontan a casi un siglo dentro de lo que parece un municipio en medio de Bogotá, les otorga la calidad de guías por su profundo conocimiento de la historia de La Perseverancia, sus callejones, obras de arte, riqueza natural en los cerros y anécdotas de su etapa industrial.
La iniciativa ‘La Perse Turismo Rolo’ es un proyecto que incluye recorridos como ‘Vivencias de La Perse’, una experiencia encabezada por estos guías que comienza en el Museo Nacional, en donde conversan sobre los orígenes del barrio; suben por la ‘calle de los abrazos’, callejones estrechos con obras y murales de graffiti realizados por la comunidad; recorren la famosa Plaza La Perseverancia para degustar lo mejor de la gastronomía nacional; visitan la Chichería de Doña Tere para conocer a esta mujer de 83 años, experta en su oficio y caminan por las empinadas calles del barrio hasta el ‘mural de La Perse’, desde donde se puede irar el barrio desde la cima hasta su descenso en la carrera quinta.
Finalizando el recorrido, cruzan el mirador de ‘los atrapados’, una calle en la que muchas bandas realizaban hurtos y en donde habitantes del barrio perdieron la vida, como un ejercicio de memoria que busca reforzar el compromiso de la comunidad con la transformación social y también dar a conocer el pasado complicado de La Perseverancia.
El paseo termina con una caminata hasta las Torres del Silencio, un conjunto escultórico de torres de hormigón de 7 metros de altura construidas en 1973 por el escultor Eduardo Ramírez Villamizar, otra maravilla perdida en los años de marginalización del barrio. Estas torres están en las inmediaciones del cerro ‘Pico el Águila’ y ofrece a sus visitantes la posibilidad de apreciar el centro de la ciudad desde las alturas, en una zona que no muchos turistas visitan, pues justo al lado está Monserrate.
El futuro de 'La Perse'
La comunidad, el líder social Chayane Jaramillo y los hermanos Santiago y Nicolás Mojica planean generar más iniciativas de transformación social, como una recicladora que emplee a madres cabeza de familia, cursos de inglés ofrecidos a los vecinos y el trámite de un permiso con el IDRD para realizar caminatas hasta la cima del cerro ‘Pico el Águila’.
“Ese efecto de transformación es una experiencia de valor compartido en la que aquel que viaja aprende, pero también ayuda a los territorios que visita”, concluyó Santiago Mojica.