El año pasado, tanto las empresas como los empleados tuvieron la difícil tarea de reactivarse en medio de un cuarto pico de contagios y el empeoramiento de las condiciones socioemocionales de los empleados. Esta situación empujó a que 43 por ciento de los empleadores de la Bogotá Región consideraran como prioridad la salud mental de sus trabajadores.
No obstante, el 19 por ciento de esas empresas en Bogotá y el 20 por ciento en Cundinamarca tuvieron que hacer recortes de personal para poder responder a los incrementos de los costos de operación que golpearon al 55 por ciento de las industrias en medio de la situación de salud pública que atravesó el país.
Así lo reveló la última medición estadística realizada por ProBogotá e Invamer ‘Encuesta sobre el mercado laboral en Bogotá y la región’, que acogió la opinión de 360 empleadores y 650 trabajadores formales ubicados en la ciudad capital y en Soacha, Sibaté, Chía, Cajicá, Tocancipá, Zipaquirá y Sopó, quienes respondieron sobre la situación laboral, innovación, nuevas modalidades de trabajo y el bienestar emocional.
Los jóvenes, como en el resto del país, fueron los más afectados por el coletazo de la crisis. La medición reveló que los recortes de personal fueron mayoritariamente en jóvenes entre los 18 y 28 años, de los cuales 39 por ciento solo tenían un nivel de educación técnico.
"Los cargos menos calificados son los más fáciles de volver a recuperar en una eventual reestructuración de las compañías”, dijo Gandini.
Además, los encuestados evidenciaron que los trabajadores, en promedio, dedican 9 horas del día a sus actividades productivas, otras dos a moverse por la ciudad antes y después del trabajo y que solo cuatro horas son dedicadas a descansar o disfrutar de actividades recreativas.
De acuerdo con Gregorio Gandini, economista de la Universidad Javeriana y fundador de Gandini Análisis, “las compañías que se vieron afectadas por la pandemia y que tuvieron impactos en la producción y en el incremento de los costos se vieron forzadas a acelerar los procesos de despidos masivos específicamente en las áreas que están en la base de la cadena”.
Según el experto, la concentración de despidos en el sector técnico y juvenil está relacionada con que “los cargos menos calificados son los más fáciles de volver a recuperar en una eventual reestructuración de las compañías”.
En contravía de esto, Andrés Moreno, analista financiero de Skandia Colombia, explicó que cuando hay una crisis las variables laborales son las más afectadas y, a su vez, son las más lentas en recuperarse. “El empleador para despedir es más efectivo que para contratar. Entonces un joven que no pudo ahorrar ni invertir en educación es el que se cruza con más desafíos porque la pandemia cambió el desarrollo de la vida y el Estado aún no ha podido asegurar capacitación para ellos; por ende ,es más demorado su ingreso al mercado laboral”.
Pero la encuesta reveló que los despidos y las transformaciones laborales que se dieron durante el segundo año de pandemia tuvieron un impacto drástico en la situación socioemocional de los trabajadores: el 15 por ciento de los trabajadores encuestados dijo haberse sentido feliz una vez o ninguna durante el año que pasó; mientras tanto, 36 por ciento dijo que se ha sentido solo al menos una vez y 15 por ciento, buena parte del tiempo se han sentido así.
Por otro lado, 57 por ciento de los trabajadores encuestados en Bogotá Región se han sentido deprimidos en algún momento o buena parte del tiempo, mientras que solo el 22 por ciento ha dicho que se siente relajado durante el día.
Para Juan Carlos Mora, presidente de Bancolombia, hay temas de lo que ha sucedido con la pandemia que indiscutiblemente van a influir en el mercado laboral, “por ejemplo el bienestar, cómo lograr esa armonía entre el trabajo y la vida personal es un tema muy importante que se ve reflejado en la encuesta y que nos ayuda a entender cómo el cambio social impacta a las organizaciones”.
REDACCIÓN BOGOTÁ