Estos podrían ser los cambios en el Pico y Placa de Bogotá según expertos

Hoy la ciudad amaneció con una noticia que, sin duda, preocupa a todos los Bogotanos. La alcaldesa de Bogotá, Claudia López, anunció que la medida de restricción vehicular del Pico y Placa tendrá ajustes desde el 10 de enero del 2023. Según la alcaldesa, los cambios buscan incentivar el uso del transporte público.

(Atención: Pico y placa en Bogotá: estos son los cambios confirmados para el 2023)

Y con semejante anuncio comenzaron las especulaciones antes de que se hagan los anuncios oficiales. Fuentes le dijeron a este medio que los cambios podrían ir encaminados a que esta medida opere solo en horas pico, es decir de 6 a 9 y de 3 a 7 y a que se  cambien campañas como el pico y placa solidario  porque resultan muy difíciles de controlar.

Otras estrategias como el carro compartido también han sido difíciles de consolidar no solo por la imposibilidad de control, la inseguridad  que reina en la ciudad sino porque resulta difícil la movilidad en Bogotá para hacer varias rutas. 

Lo cierto es que los expertos en temas de Bogotá ya venían venir esta decisión. El director de Futuros Urbanos, Omar Oróstegui, considera que varias medidas, como la del Pico y Placa,  no han logrado su objetivo, es decir, mejorar la congestión vehicular, desincentivar el crecimiento del parque automotor y aliviar la contaminación del aire. "Hoy, esta medida tiene más beneficios económicos para el Distrito por el recaudo de excepciones que alivios en la congestión vehicular de la ciudad".

Por su parte Darío Hidalgo, experto en movilidad, dijo que esta medida del Pico y Placa ya va a cumplir 25 años y que aunque fue  efectiva a corto plazo para reducir la congestión   su efecto en estos momento ya es muy limitado. "Se pueden cambiar los números, las horas, pero la solución estructural a la movilidad en definitiva no va por el lado del Pico y Placa". 

Agregó que ya se sabía que la istración estudia desde hace varios meses la posibilidad de ampliar la posibilidad de pago por circular pero hacerlo por cada viaje y no necesariamente como se hace ahora por meses o años. "Si se pagara por un solo viaje esto haría que las personas piensen si usan el vehículo o no". 

Hidalgo también dijo que se discute la eliminación del carro compartido porque ha terminado sirviendo solo para que la ciudadanía se burle del la medida y evada los controles. "Esto es muy difícil de controlar. Yo creo que los cambios apuntan a que se eliminen este tipo de medidas". 

Por último el experto  cree que subirían las tarifas para medidas como pagar por circular y según si las zonas son más o menos congestionadas. "Este mecanismo sería muy parecido a uno que funciona en Singapur y Londres. Es el llamado cobro por congestión pero este depende de que se mejore mucho el transporte público. Por ahora solo hay grandes proyectos en construcción, todos mejorarán el transporte público pero en 2026, 2028 y lo que hay que  hacer es mejorar lo que tenemos ahora para que la operación sea eficiente".  

Fernando Rojas, experto en movilidad, dijo que el Pico y Placa se pensó como una medida temporal para sacar carros de las vías mientras se hacían unas obras a finales de los años 90 pero que luego se convirtió en la salida fácil de los gobiernos para mejorar, en el cortísimo plazo, la velocidad en las vías. "Sin embargo, la ausencia de una verdadera política de movilidad en la ciudad llevó a que la gente comprara más carros y más motos, al tiempo que el transporte público perdía pasajeros porque la calidad en el servicio se deterioraba y la tarifa se hacía muy alta para la gente".

Agregó que hoy se sigue insistiendo en el Pico y Placa. "Esa es una historia que ya conocemos. Los gobiernos de la ciudad renunciaron a promover el civismo para lograr un cambio en la relación entre las personas y el carro, así como su uso racional y responsable. Así como renunciaron a impulsar un transporte público seguro, eficiente, digno y con una tarifa razonable. Creyeron que con garrote y Pico y Placa la movilidad mejoraría y se desconectaron de la ciudadanía. Esta medida es un ejemplo más del fracaso de la visión que ha orientado la movilidad de la ciudad en los últimos 20 años".

El profesor José Stalin Rojas Amaya, director del Observatorio de Movilidad de la Universidad Nacional,  cree que los cambios podrían estar en volver inflexible el pico y placa, es decir, quitar excepciones y en iniciar la medida desde las 5 de la mañana. "Esto obligaría a qué solo circularán los vehículos que coincidan con la placa y que se recuperará gente (más cantidad) para Transmilenio".

Agregó que, sin embargo, esta medida tendría un efecto placebo, es decir, no amplia más vías, no disminuye la cantidad de motos y no mejora la calidad de viaje en el transporte público. "En enero se verá un ligero aumento en la disminución de la congestión, pero de febrero en adelante, cuando regresen los estudiantes, los viajes se incrementarán y los vehículos ya comprados regresarán a las vías".

REDACCIÓN BOGOTÁ

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