Sobre las 7 de la noche del lunes 28 de octubre, la Policía Metropolitana de Bogotá confirmó la muerte de dos niños de 4 y 7 años en el sector de Las Ferias, en la localidad de Engativá. Según los reportes preliminares, su padre sería el responsable del atroz asesinato.

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En el barrio, una turba enfurecida de vecinos rodeaba el cerco de seguridad que la Policía estableció en la casa verde de dos pisos donde los niños fueron asesinados. “¡Déjenlo salir, déjenlo salir!”, gritaban al unísono, esperando que los uniformados soltaran al hombre sospechoso del doble homicidio para hacer justicia por mano propia.

Esa vivienda es un inquilinato, el cual funciona como el hogar de múltiples familias y vecinos del barrio Las Ferias. La edificación de colores desgastados, que actualmente tiene vidrios rotos y veladoras apagadas en uno de los marcos, da la sensación de ser espaciosa, con cinco ventanas que funcionan como habitaciones independientes que alquilan.

Aunque los hechos que ocurrieron allí todavía son materia de investigación, este medio pudo establecer que el hombre capturado fue identificado como Darwin Felipe Beltrán, padre de los menores y con antecedentes judiciales por hurto, receptación y violencia intrafamiliar. De hecho, las autoridades investigan si tenía una orden de captura vigente.

Reportes preliminares también indican que el señalado padecía trastornos mentales y, según los testimonios de vecinos a este diario, los hechos ocurrieron luego de que Beltrán sostuviera una acalorada discusión con la madre de los menores.

Según este mismo relato, el hombre habría incumplido una cita de control médico psiquiátrico programada horas antes de los hechos. A esto se suma que, según los vecinos más allegados, tampoco habría tomado los medicamentos prescritos, lo que pudo haber desencadenado los comportamientos que terminaron en el crimen de los hermanos.

El asesinato de los menores sucedió casi en presencia de los vecinos. "Los gritos desesperados de los niños” fueron los que hicieron que varios transeúntes se agolparan frente a la casa para ver qué estaba pasando. Dentro del predio, al parecer, el hombre intentó golpear a su esposa. No obstante, la mujer, en un acto de supervivencia, logró huir de la habitación, dejando al hombre encerrado con los pequeños.

En ese momento, el hombre entró en un estado de agresividad tal que arremetió contra sus hijos, propinándoles varios golpes contundentes y, al parecer, heridas con arma blanca. Algunos vecinos que atestiguaron los hechos señalaron que el hombre abrió las cortinas para que todos vieran lo que estaba sucediendo. Rápidamente, la comunidad, en un intento por salvar a los niños, trató de irrumpir en la vivienda; sin embargo, fue demasiado tarde. El hombre fue sacado de la casa y estuvo a punto de ser linchado por la multitud.

Una llamada de emergencia al 123 activó las alertas de las autoridades por un presunto caso de riña. Al llegar las patrullas, los uniformados tuvieron que proteger al hombre, herido por los golpes de la comunidad. El padre de los menores fue trasladado al Instituto de Medicina Legal, donde se le practicaron las pruebas de toxicología y permanece recluido en la URI de Puente Aranda a la espera de que inicie su proceso judicial.

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Tan pronto como se conoció la noticia del hecho, el alcalde Carlos Fernando Galán se pronunció condenando el crimen de los dos menores. “Me duele profundamente la noticia del asesinato de dos niños de 4 y 7 años por parte de su padre. Toda mi solidaridad con la familia. ¿Qué nos pasa como sociedad? Estos casos son desgarradores e inaceptables”, afirmó.

A renglón seguido, el mandatario confirmó la captura del hombre y aprovechó para pedirle a la justicia que imponga la máxima pena posible para este caso de doble homicidio que hoy enluta a Bogotá.”El asesino fue capturado en flagrancia y será judicializado. Le pido a la justicia que imponga la más alta pena posible contra este hombre”.

En el barrio donde sucedieron los hechos, la situación no es diferente. Decenas de vecinos estuvieron todo el día de ayer frente a la casa donde pasó la tragedia, exigiendo que se hiciera justicia y que el hombre fuera castigado con severidad por la ley.

Sin embargo, tal y como ocurrió la noche del lunes, son varios los que aseguran que para este caso lo mejor que pudo haber pasado es que la comunidad hubiera tomado justicia por mano propia.

Aunque han sido varias las expresiones de condolencias que la comunidad ha hecho alrededor del caso, lo cierto es que hay vecinos que no se han podido recuperar del shock causado por los hechos. “El tipo abrió las ventanas mientras cometía ese horror. Muchos alcanzamos a ver lo que estaba pasando y fue desgarrador”, le dijo uno de los vecinos a este diario.

Ayer, en la zona se realizó una velatón permanente para conmemorar la vida de los niños y para exigir una pronta respuesta de la ley en este caso. Sin embargo, hasta el cierre de esta edición todavía no se habían iniciado las audiencias concentradas para legalizar la captura del hombre, imputar cargos y determinar si debía o no ser recluido en un centro de detención.

Se espera que la Fiscalía le impute los delitos de homicidio agravado en concurso con tortura y violencia intrafamiliar. Según la ley colombiana, de hallarse culpable durante el proceso judicial, este hombre podría pasar entre 45 y 50 años en la cárcel; y por haber cometido el perjuicio en contra de dos niños, la pena estará restringida para la aplicación de beneficios o reducciones en el tiempo de condena. 

Aunque todavía no se conocen los avances de la investigación, ni las autoridades han revelado los posibles motivos por los que el hombre habría asesinado a sus dos hijos, lo cierto es que, según penalistas consultados por este diario, este tipo de casos están marcados por la "severidad de la ley".

Una vez el hombre sea judicializado y presentado ante un juez de control de garantías, quien deberá decidir si impone los cargos imputados por la Fiscalía y si debe o no ir a un centro de reclusión; el padre de los dos menores deberá iniciar un proceso en el que tendrá que probar su inocencia en caso de que no acepte cargos en la primera fase del proceso.

Jonathan Toro Romero.