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¿Por qué no les funcionó a los taxistas la protesta en Bogotá?
Hay operativo masivo de autoridades y gestores y acciones rápidas frente a intentos de bloqueo.
Si bien en Bogotá se vieron pequeños grupos de taxis en algunas vías, la operación tortuga que este gremio planeó en la ciudad no se notó. Por el contrario, la gran mayoría de corredores viales se vieron despejados, con muy buena movilidad, mejor que en un día normal, y pocos taxis.
De hecho, en varios puntos de la ciudad donde no pudieron paralizar la movilidad, los taxistas terminaron levantando las movilizaciones con el argumento de que no tienen garantías.
La directriz desde el Gobierno nacional fue muy clara. Se iba a facilitar la protesta social, pero no los bloqueos, y ante esos intentos, la orden a la Policía fue "actuar rápidamente".
El mismo ministro de Transporte, Guillermo Reyes, lo señaló: “La movilización será bienvenida, como derecho a la protesta social, más no permitiremos esa anarquía, los bloqueos”.
Reyes advirtió también que los bloqueos "están penalizados en nuestro código y no permitiremos que reine la anarquía en nuestras ciudades porque estamos atentando contra los derechos de las demás".
¿Pero qué hizo que el paro de taxistas no tuviera el impacto como en otras ocasiones? Son varias las causas y van desde el operativo que montaron las secretarías de Gobierno, Seguridad y Movilidad y la Policía Metropolitana, hasta la división que hay en el gremio.
Además del puesto de mando unificado que se montó desde la medianoche, estaban en las vías 2.000 policías, 400 gestores sociales, convivencia y de movilidad, y 218 agentes civiles y 300 policías de tránsito. Todos han estado apoyados por un parque de 60 grúas.
El resultado del operativo, con corte a las 10 de la mañana, era que se habían impuesto más de 13 comparendos y tres vehículos habían sido inmovilizados.
Según Felipe Jiménez, secretario de Gobierno de Bogotá, se identificaron desde muy temprano 25 puntos donde podían presentarse bloqueos y allí se concentraron las acciones. Sin embargo, el operativo dispuesto también buscaba detectar cualquier intento de bloqueo que se registrara y desactivarlo rápido.
En efecto, en la madrugada de este miércoles, mientras la mayoría de bogotanos descansaban en sus viviendas, el contingente de policías, gestores y grúas estaba actuando. A las 3 de la mañana se presentaron los primeros intentos de bloqueos y rápidamente estos fueron desactivados.
"Todo ha funcionado bien. Hicimos una planeación bastante grande, nos reunimos con policía y toda la alcaldía y planeamos a medianoche abrir el puesto de mando unificado y desplegar una triada: 2.000 policías, por un lado, y segundo, 400 gestores, y un componente de agentes de movilidad y de policías de tránsito apoyados con grúas", señaló Jiménez.
La protesta de taxistas en Bogotá Foto:Sergio Acero Yate
De acuerdo con el funcionario, esa triada permitió ubicar 25 puntos a lo largo de la ciudad en la madrugada y controlar los intentos de plan tortuga, "con todas las garantías para los manifestantes, pero también las garantías a todos los bogotanos y bogotanas para que se puedan movilizarse tranquilamente".
Jiménez destacó que no solo se ha garantizado la movilidad de los corredores viales, sino también en los carriles exclusivos de TransMilenio, sistema que, en muchas de las manifestaciones, termina afectado con la suspensión temporal de estaciones.
También tuvo mucho que ver, según conoció EL TIEMPO, la división que existe entre el gremio de taxistas en la ciudad, en el que se han identificado varios actores.
Por un lado están los dueños de vehículos, y entre estos también hay diferentes posiciones, y, por otro lado, se encuentran los conductores, sector en el que, según un líder de los taxistas, hay muchos líderes y entre ellos no se reconocen como tal.
“En el fondo hay que diferenciar los intereses de los propietarios de taxis de las necesidades de los conductores”, dice Omar Oróstegui, director de Futuros Urbanos, para quien las agremiaciones representan a los propietario pero no a los conductores, que son quienes deben trabajar hasta 14 horas para tratar de cumplir con la cuota diaria que les piden los propietarios.
Precisamente, la división se ha notado en las mesas de trabajo que el gremio de taxistas viene sosteniendo con la alcaldía de Bogotá, aunque la mayoría de sus reclamaciones tienen que ver con asuntos de competencia del orden nacional, como el precio de la gasolina.
En esos encuentros pueden asistir 20 o más del gremio y cada uno reclama ser el representante al sector. Y quienes no están en las mesas intentan convocar protestas que, si bien han terminado afectando algunos corredores, no paralizan toda la ciudad.
Así se ha visto la protesta de taxistas en Bogotá. Foto:Cesar
"El ecosistema del taxismo no está tan unificado y eso les ha impedido de alguna manera negociar y pelear por sus causas”, le dijo a este diario un analista que le ha hecho seguimiento a los encuentros con la alcaldía y que pidió no ser citado.
La muestra de que el gremio está muy dividido en la ciudad fue el panorama de las mismas vías de la ciudad este miércoles. Los corredores que normalmente son congestionados y tienen alta presencia de taxis se vieron despejados de la llamada mancha amarilla y, además, con buena movilidad.
Cabe recordar que esto también pudo ser porque hubo líderes de taxistas que, en la víspera de la jornada de protesta, amenazaron con pinchar los vehículos que fueran encontrados prestando servicio y muchos propietarios, por temor de que les dañaran sus carros o que las protestas terminaran en disturbios, decidieron dejarlos guardados en parqueaderos.