Pese a los buenos vientos para la economía en los 11 municipios que conforman la provincia Sabana Centro, en Cundinamarca, el más reciente informe de Calidad de Vida del observatorio Sabana Centro Cómo Vamos,
advierte que hay que prestarles atención a las tasas de desempleo. Así se dio a conocer este martes en medio de la presentación del tercer informe en la Universidad de la Sabana, y en el que miden indicadores de seguridad, educación, salud, competitividad, entre otros, para los municipios de Chía, Cajicá, Tabio, Tenjo, Cota, Zipaquirá, Tocancipá, Gachancipá, Cogua, Nemocón y Sopó.
Las cifras oficiales muestran que las matrículas de empresas han aumentado en los últimos años –por ejemplo, en el 2016 se registraron 4.150 compañías y el año pasado fueron 5.458 nuevas–, mientras que según el Índice de Competitividad de las Provincias de Cundinamarca Sabana Centro es el territorio con mayor puntaje del departamento (con 8,16 puntos sobre 10).
Sin embargo, estas cifras positivas contrastan con el panorama de empleo en la región, según explicó Juan Carlos Camelo, director del observatorio Sabana Centro Cómo Vamos.
En 6 de los 11 municipios la tasa de desempleo presenta un aumento, si se le compara con la reportada en el 2014. Lo paradójico de la situación es que el indicador se presenta en municipios como Tocancipá y Gachancipá, en los cuales se ha tenido un auge industrial con compañías que se han asentado o se han desplazado de la capital a estos territorios. También, preocupa que suban las tasas de desempleo en Chía, Zipaquirá y Cajicá, si se tiene en cuenta que juntos concentran cerca del 60 por ciento de la población de toda la provincia.
Ante este panorama, el experto William Prieto, director del Observatorio del Mercado del Trabajo de Cundinamarca (Ormet), señaló: “Hay una fortaleza en la región y es la existencia de una población que está creciendo. El mercado de trabajo está recibiendo esa presión, es decir con la entrada de nuevos trabajadores y emprendedores”.
En la sabana ha disminuido la informalidad, y se ha mejorado la estabilidad, y esto ha generado un reto para proveer empleo de calidad. A su vez, el crecimiento de la población lleva a que cada vez más personas tengan edad laboral para ingresar al mercado, pero no encuentran la oferta, por lo que terminan migrando de la región.
“Aunque la provincia está en crecimiento económico, las oportunidades laborales aún no están a la altura del potencial humano que tiene, y eso se refleja en la alta tasa de desempleo”, explicó Prieto.
Educación
Mientras la empleabilidad preocupa, el panorama educativo ha reflejado mejoras significativas, según el informe presentado.
La matrícula para educación superior ha aumentado, así como la de formación básica. Por ejemplo, en el 2014 había 24.857 personas inscritas en una carrera universitaria en la región, mientras que en el 2017 la cifra fue de 31.722, lo que significó un incremento del 27,6 por ciento. De este total, el 63,6 por ciento está cursando una carrera profesional; el 24,8 por ciento, una tecnología; el 5,6 por ciento, maestrías; otro 5,6, especialización; y otros grados, el 1,2.
Lo que advierten los expertos es que en cuanto a calidad y cobertura de la educación, Sabana Centro ha mejorado. Pero se deben formular estrategias para que los profesionales no terminen migrando a otras zonas del país por falta de empleos.
La provincia ha avanzado en temas de atención a la infancia, y en la reducción de casos de violencias, pero hay que revisar el tema de calidad del agua”.
Frente a la educación en los colegios, y los buenos resultados obtenidos en pruebas nacionales, María Clara Ortiz, de la fundación Empresarios por la Educación, reseñó: “Hay que revisar el aporte de los colegios privados en la Sabana, ellos deben leer el territorio. Hay que articular con los oficiales, que también tienen cosas que enseñar”.
La sugerencia la hizo para explicar que si bien las cifras en educación son buenas, han sido lideradas desde el sector privado, y hay que profundizar en la gestión que se ha realizado desde los gobiernos locales para mejorar la educación pública en los once municipios.
Alerta por la calidad del agua y del aire
En materia ambiental, el observatorio Sabana Centro Cómo Vamos alertó sobre los datos que arroja el Índice de Riesgo de la Calidad de Agua para la provincia. Según explicó Juan Carlos Camelo, director de la iniciativa, aunque aún los datos no son alarmantes, las autoridades deben comenzar a tomar cartas en el asunto.
“El crecimiento de la región ha traído afectaciones al medioambiente. Mientras en el 2014 había solo dos municipios (Nemocón y Tabio) con riesgo bajo, y un municipio (Cogua) con riesgo medio, en el 2017 Gachanchipá y Cota ingresaron al nivel bajo (para un total de cuatro poblaciones) y Cogua se mantiene en riesgo medio”, explicó Camelo.
Esto lo que indica es que el agua para el suministro humano puede no ser del todo apta para el consumo y es susceptible de mejora.
Por otro lado, frente al monitoreo de calidad de aire, en el 2016 se tuvieron datos representativos para los municipios de Cajicá y Nemocón que superaron los niveles de material particulado PM10, por encima de los definidos por la Resolución 610 de 2010 –que es de 50 micras por metro cúbico– mientras que Cogua y Zipaquirá se encontraban dentro de ese rango.
Disminuyen los casos de mortalidad infantil
Uno de los aspectos para destacar, según el informe de Calidad de Vida, es el área de salud. Al mirar las cifras, entre 2016 y 2017 aumentó en 1,6 por ciento la cobertura de aseguramiento, y hasta el año pasado se ubicaba en 88,3 por ciento en toda la provincia.
Por su parte, se destaca que se redujeron en un 37 por ciento los casos de mortalidad infantil, es decir, las muertes de menores de 1 año, pues mientras en el 2016 hubo 69 casos, en el 2017 el panorama fue de 43. Caso contrario ocurrió con la mortalidad materna (la de las gestantes), pues en el 2016 se reportaron 4 casos, mientras que el año pasado fueron 6 mujeres.
Otro punto a favor es la reducción de las tasas de nacimientos en mujeres jóvenes de 10 a 14 años, que pasaron de 1,2 casos por cada 10.000 habitantes en el 2016, a 0,6 casos en el 2017.
MICHAEL CRUZ ROA