La
Secretaría de Movilidad relanzó el “
Pico y Placa Solidario”, el programa que permite a conductores de vehículos circular mediante pago. La nueva plataforma
https://picoyplacasolidario.movilidadbogota.gov.co/ permite inscribir los vehículos por un día, un mes o el año entero, y pagar para circular de acuerdo con el cilindraje, el avalúo, la edad del carro, el tipo de combustible, y el sitio de matrícula (Bogotá o fuera de Bogotá). También permite registrar exenciones por ser vehículo eléctrico o híbrido o con alta ocupación (tres o más personas).
El
pago por circular no es nuevo. Fue aprobado por el Concejo de Bogotá en el Plan de Desarrollo de 2016-2020 (artículo 73, pago voluntario por libre circulación) y su implantación inició en 2019 (
decreto 749 de diciembre de 2019). La Secretaría de Movilidad estimaba que 50,000 vehículos se acogerían a la medida, con pagos de $4 millones por un año y $2.06 millones por seis meses. En 2020 se ajustaron algunas condiciones (
decreto 163 de julio de 2020), incluyendo requisitos de sensibilización y compensación social para obtener la autorización de circulación. En 2020 se logró un recaudo de $6,159 millones, muy por debajo de las expectativas ($177 mil millones). Además de resistencia al pago, dos factores influyeron en el bajo recaudo: no hubo restricción vehicular durante varios meses del año y la actividad vehicular cayó más de 50% como consecuencia de la pandemia y las medidas de mitigación adoptadas.
Previo a la implantación del cobro tuvimos interesantes debates asociados a la injusticia de “pagar para trasgredir una norma”, su inequidad y efectividad. Algunas de esas discusiones se reviven ahora con el relanzamiento. Por ejemplo, Omar Oróstegui, de Futuros Urbanos, dice que es una medida poco útil para resolver la congestión.
Es cierto, no es una medida contra el
trancón, pero es una medida que va en la dirección correcta
(ver Pago solidario y voluntario, nota de junio de 2016). La medida simplemente modifica el Pico y Placa, generando una oportunidad a quienes quieran circular en su carro, compensando parcialmente los efectos sobre los demás y generando recursos que pueden apoyar el déficit gigante del
SITP. Nadie está obligado a pagar (no es un impuesto), y los recursos son útiles para todos (de allí su solidaridad).
Recordemos que muchas familias ya pagan por circular mediante la compra de un segundo carro. El pago iba principalmente a los concesionarios de vehículos, no a la istración; menos aún si el vehículo se registraba fuera de
Bogotá. Algunas familias de mayores ingresos también pagaban por circular a través de la compra de camionetas blindadas, pero éstas ya no están exentas (solo las de la Unidad de Protección mantienen la exención). Esta compra de segundo carro redujo en el tiempo la efectividad del Pico y Placa para reducir la congestión, como está documentado en la
tesis doctoral de Carlos Moncada.
Las innovaciones de la medida anunciada esta semana están en la oportunidad de pagar día a día (o mes o año), y en elementos de progresividad. Pagan más los carros grandes, diésel, de alto avalúo y viejos registrados fuera de Bogotá -$97,700 por día- que carros pequeños, GNV y bajo avalúo registrado en Bogotá -$51,700 por día- (
ver simulador).
Las ventajas parecen estar en un eventual ahorro frente a la compra de un segundo carro para personas que quieran seguir manejando y en la generación de algunos recursos que hacen mucha falta para cubrir (parcialmente) el déficit del SITP. El nuevo pago diario, puede considerarse una aproximación al cobro por congestión que ha sido desechado por el Concejo de Bogotá en cuatro oportunidades, sobre todo si la istración hace más drástica la restricción de circulación en ciertas zonas y horarios.
En las desventajas pueden considerarse un impacto en aumento de congestión -la expectativa es hasta de 4.2 por ciento en los vehículos adicionales circulando- y dificultades en fiscalización -cámaras automáticas pueden ayudar, pero control manual con policía exige parar y verificar si el carro está registrado con pago o no.
Si bien el tema de inequidad ya existe en la forma tradicional del Pico y Placa (ya pagan por circular quienes tienen capacidad de pago), en el mecanismo de pago a la ciudad, esa sensación se mantiene. Aún considerando que para la mayoría de los bogotanos todos los días son de pico y placa -solo el 15 por ciento de las personas hacían sus viajes cotidianos en carro, según encuesta de movilidad 2019.
Una pequeña consulta en mi cuenta de twitter muestra que la mayoría de quienes responden están de acuerdo, una tercera parte lo rechaza, y una fracción necesita más información
Aunque es una medida en la dirección correcta, en el espíritu de “el que contamina paga”, no sabemos aún el alcance real. ¿Venderán algunos su segundo carro y preferirán pagar por circular? ¿Qué impactos tendría eso sobre el mercado de usados? ¿Subirá sustancialmente el recaudo con los cambios? ¿Aumentará el pico y placa generando mayor incentivo al pago?
Mantengo mi opinión que es una medida en la dirección correcta y celebro que se construya sobre lo construido.
DARÍO HIDALGO