En este portal utilizamos datos de navegación / cookies propias y de terceros para gestionar el portal, elaborar información estadística, optimizar la funcionalidad del sitio y mostrar publicidad relacionada con sus preferencias a través del análisis de la navegación. Si continúa navegando, usted estará aceptando esta utilización. Puede conocer cómo deshabilitarlas u obtener más información
aquí
Ya tienes una cuenta vinculada a EL TIEMPO, por favor inicia sesión con ella y no te pierdas de todos los beneficios que tenemos para tí. Iniciar sesión
¡Hola! Parece que has alcanzado tu límite diario de 3 búsquedas en nuestro chat bot como registrado.
¿Quieres seguir disfrutando de este y otros beneficios exclusivos?
Adquiere el plan de suscripción que se adapte a tus preferencias y accede a ¡contenido ilimitado! No te
pierdas la oportunidad de disfrutar todas las funcionalidades que ofrecemos. 🌟
¡Hola! Haz excedido el máximo de peticiones mensuales.
Para más información continua navegando en eltiempo.com
Error 505
Estamos resolviendo el problema, inténtalo nuevamente más tarde.
Procesando tu pregunta... ¡Un momento, por favor!
¿Sabías que registrándote en nuestro portal podrás acceder al chatbot de El Tiempo y obtener información
precisa en tus búsquedas?
Con el envío de tus consultas, aceptas los Términos y Condiciones del Chat disponibles en la parte superior. Recuerda que las respuestas generadas pueden presentar inexactitudes o bloqueos, de acuerdo con las políticas de filtros de contenido o el estado del modelo. Este Chat tiene finalidades únicamente informativas.
De acuerdo con las políticas de la IA que usa EL TIEMPO, no es posible responder a las preguntas relacionadas con los siguientes temas: odio, sexual, violencia y autolesiones
Ojo con endulzantes artificiales: sensibilizan en colegios y empresas de Barranquilla
Nutricionista explica los riesgos desde una ciudad que reportó más de 33 mil pacientes con diabetes.
Experta mostró preocupación por la "falta de sensibilización" en las IED. Foto: iStock
Sentir el dulce de los productos alimenticios sin la necesidad de acudir al azúcar es uno de los beneficios renombrados al momento de promocionar los endulzantes artificiales, pero sin advertir sobre los riesgos, según sostiene un equipo de expertos en nutrición de Barranquilla.
Sin embargo, el consumo de estas sustancias y de los azúcares añadidos puede tener un impacto que no le hace bien al organismo y, cuyas consecuencias negativas, podrían reflejarse solo a largo plazo.
Es ahí donde decimos qué tan benéfico, cuáles son esos riesgos y qué sucede si la persona tiene algún trastorno metabólico
Así lo señala la nutricionista e investigadora Inés Sofía Morales Salcedo, quien junto con un grupo de colegas en formación se ha dado a la tarea de sensibilizar al respecto.
“Ha habido un boom esperado, más que inesperado, de un consumo exagerado de sustancias que algunas veces son artificiales, procesadas y naturales para poder obtener ese sabor dulce, que es el primer sabor con el que el ser humano entra en o con la leche materna”, cuenta la nutricionista a EL TIEMPO.
Recuerda que, desde la Edad Media, el azúcar obtenida de la caña se distribuía y se consumía solo entre las personas que tenían alto poder adquisitivo hasta que se asoció con actividades físicas negativas, como sedentarismo, caries y obesidad, lo que terminó por abaratarlo.
En el periodo de los siglos XX y XXI, se sumaron evidencias científicas que demostraban que el consumo de azúcar en pocas cantidades, pero frecuente, donde no hay otro tipo de consumo de alimentos que, por ejemplo, contenga fibras, provocaba la pérdida de energía y por ende el consumidor lo tachaba.
“La historia muestra cómo surgen productos edulcorantes artificiales que fueron asociados a la producción de cáncer y a otro tipo de situaciones que afectaban nuestra microbiota intestinal. Empieza ese bombardeo de información de que deben consumir endulzantes artificiales, porque va a ser benéfico para la salud. Es ahí donde decimos qué tan benéfico, cuáles son esos riesgos y qué sucede si la persona tiene algún trastorno metabólico en el que por el consumo de ese endulzante desarrolle más sus síntomas y empiece a tener problemas”, dice Morales.
Preocupaciones por un consumo sin información
Imagen de ilustración. Foto:iStock
La preocupación radica en que las personas terminan consumiendo endulzantes sin tener una información de rigor de las afectaciones que pueda acarrear en su salud.
“Eso sucedió con el aspartamo, que fue muy utilizado. Se asoció con las personas que tenían la enfermedad de la fenilcetonuria. Igual se habló de la sacarina, que se asoció con cáncer de vejiga”, señala la especialista.
Asimismo, se afirma que tanto esta última sustancia mencionada como la sucralosa pueden incrementar el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2.
Precisamente en Barranquilla se reportaron, hasta noviembre de 2022, 33.724 personas con diabetes, de los cuales 26.870 corresponden a mujeres y 17.049 a hombres; mientras que en 2021, para la misma fecha, se presentaron 29.611, según cifras de la Secretaría de Salud Distrital.
Recomendaciones para las comunidades
Ante este panorama, la doctora Inés y su equipo académico vienen desde el segundo semestre de 2020, en plena pandemia del covid-19, realizando campañas en las escuelas del Distrito y en las industrias para sensibilizar sobre la prevención y el cuidado en estos casos.
“Debemos tener mucho cuidado cuando le vamos a recomendar, como nutricionistas dietistas, a las personas. Debemos enseñar, educar y transmitir que la mejor decisión que debe tomar un ser humano la debe hacer basada en una información específica, concreta y bien informada para evitar todos los daños que se puedan llegar a presentar”, sostiene la directora del programa.
Precisa que no se puede atribuirle a un edulcorante o a un endulzante una respuesta negativa, sino que se debe enseñar. En este caso, la especialista recomienda aprender a disfrutar el alimento con el sabor natural.
“Qué bien cuando disfrutamos de una maracuyá. La pulpa sí es un poquito ácida, pero también tiene su dulce propio de la fructosa, que es el azúcar natural. Al igual que si se come un tomate de árbol”, agrega Inés Morales.
Empiezan a trabajar desde ese conocimiento, la conservación del alimento y cómo se pueden transformar
También invita a las comunidades a preguntarse si esos jugos supuestamente naturales que venden en cajas en las calles contendrán realmente la pulpa o más bien una pulpa diluida o congelada con algún aditivo que no está informado. Por lo que es importante conocer el rotulado del empaque.
Morales indica que, desde las facultades de salud, se están formando a los estudiantes para que se sumen a sensibilizar a la población.
“Cuando salen a terreno con el docente a aplicarlo con las familias, a través del Programa de Salud y Comunitario, empiezan a trabajar desde ese conocimiento, la conservación del alimento y cómo se pueden transformar para que efectivamente sus propios azúcares naturales, como frutas y verduras (papa y plátanos, que son carbohidratos), lleguen como glucosa a nuestra sangre”, explica.
Este mensaje es con el que están interviniendo en las empresas y colegios que han abierto las puertas al programa, con el propósito de concientizar especialmente a los menores estudiantes, al cuerpo docente y istrativos.
“Debo decirlo, cuando el PAE no tiene una supervisión de un nutricionista dietista que esté evaluando lo que se le entrega a los niños, vamos a continuar despertando en nuestra infancia el consumo de alimentos azucarados, con azúcares agregados o con estos endulzantes, porque es lamentable ver que en algunas instituciones todavía hay la entrega de este tipo de productos”, asegura la doctora Morales.
Es así como avanza la campaña en Barranquilla para sensibilizar a las comunidades desde temprana edad a prevenir complicaciones en la salud por el desconocimiento con algunas sustancias que contienen los endulzantes artificiales, con beneficios pero también con riesgos.