“Una sola golondrina no hace verano", decía la sabiduría griega de la antigüedad, popularizando una expresión que describe el deseo de cambiar la realidad de forma aislada, sin considerar la importancia del entorno, los grupos, los colectivos, las masas o la multitud.
Generalmente, se sigue usando como refrán habitual, siempre que el sueño de bienestar parece imposible.
"Y ¿Podrá el verano crear las golondrinas? ¿Qué pasa si el verano es eterno y tropical? Le dijo un contertulio a otro, cuestionando su deseo de cambiar la cultura política, por considerarlo una tarea utópica, ilusa y llena de fantasías.
Para demostrar que no estaba dispuesto a ceder en la causa que inspiraba su ideario transformador, le respondió: “Una sola no hace verano, pero siempre es una la que va delante guiando y conduciendo el vuelo de aquellas que buscan mejores climas y condiciones favorables para el crecimiento, el desarrollo y el bien común de la bandada. Si nadie inicia la búsqueda, jamás aparecerán los descubrimientos y será inimaginable la conquista de nuevos territorios que garanticen la evolución del contexto. Te invito a volar tan alto que entre todos podamos disfrutar del sol y del viento, sin desmeritar la inclemencia que parece inagotable”.
Cuando optas por hacer lo que nadie haría, siempre tendrás detractores, pero ellos sólo son la evidencia de que hiciste lo que muchos no esperaban. Lo interesante de todo, es que la resistencia a los cambios, debe ser el estímulo de tu determinación, porque de lo contrario caerás en la duda. Y quien duda, es presa fácil de la confusión. Así que continúa, avanza y no te detengas.
El desarrollo implica crecimiento, progreso, avance, bienestar, prosperidad, justicia, inclusión, vanguardia y sobre todo satisfacción.
De forma individual, una persona alcanza su desarrollo cuando posee la madurez, la fuerza y la capacidad para ejercer plenamente su autonomía. Sus limitaciones no dependen de la ausencia de opciones, porque las posibilidades lo convierten en un decisor que no está reducido a elegir lo que puede, sino a encontrar el equilibrio entre el deber y el placer. Entre lo que lo que se quiere y lo que se debe.
'Una buena mayordomía'
Una sociedad es desarrollada más allá del sentido estrictamente material, por la fuerza de sus valores, su solvencia ética colectiva y la infraestructura moral sobre la que sustenta sus convicciones, sus principios y sus tradiciones. Esta visión del desarrollo tiene un alcance de orden moral que se soporta en la noción de la socioeconomía.
La socieconomía es un paradigma defendido por Amitai Etzioni, que propone una buena mayordomía de los recursos con los que se cuenta, en beneficio individual y colectivo.
El al conocimiento es una condición de justicia social e igualdad de oportunidades que debe procurar también el avance de los pueblos y su desarrollo tecnológico siempre con conciencia ambiental, social y comunitaria, básicamente de orden moral.
Apuntar al desarrollo mediante el al saber es una idea que está latente en las tendencias actuales de los estudios sociales. La reducción de la escasez se adelanta bajo la comprensión del concepto de conocimiento, traduciéndose en la creación de tecnología.
Si el conocimiento no está disponible para todos y pocos tienen a él, la distribución de la riqueza es inequitativa y se estará en presencia de una sociedad injusta, que ignora el bien común.
Si todos estamos bien, lo común es nuestra idea del bien. Allí está la nueva cultura política: Una sociedad desarrollada socioeconómicamente soportada por la filosofía del bien común. Esa es la ética que cambia el verano de las golondrinas.
Julio César Henríquez Toro
Catedrático y abogado
Especial para EL TIEMPO
BARRANQUILLA
Twitter: @JulioCesarHT