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El calvario que vive estadounidense tras sufrir un infarto en Barranquilla
El ciudadano necesita con urgencia una cirugía de corazón abierto, pero no recibe atención médica.
El hombre llegó a Barranquilla el 19 de marzo de 2023 y a las 2 horas y media comenzó a sentirse mal. Foto: Cortesía
Un viacrucis lleva viviendo desde hace un mes y 20 días la familia de Bryan Eric Osborne, un ciudadano estadounidense que está casado con la barranquillera Irina Estarita.
La mujer, su esposo y su hija de 10 años aterrizaron en Barranquilla el pasado 19 de marzo a las 2 y media de la tarde, dos horas después Osborne empezó a sentirse mal. A eso de las 6 y media de la tarde, el hombre había infartado.
Bryan Eric Osborne y su hija de 10 años. Foto:Cortesía
“Mi esposo no terminó de almorzar, me dijo que se sentía mal y se fue a recostar un rato para ver si se le pasaba. Unos minutos después le pregunté cómo se sentía y me dijo que la cabeza se le quería estallar. Se tomó una tylenol y un ibuprofeno, al cabo rato ni hija comenzó a dar gritos porque lo encontró tirado y estaba muy mal”, recuerda Irina en diálogo con EL TIEMPO.
Al momento de angustia por la situación del familiar se sumó la desesperación porque una ambulancia llegara al sitio. Dice Irina que les “tocó sentarlo en una silla plástica y bajarlo tres pisos para subirlo al carro de mi hermana y llevarlo hasta la Clínica del Caribe, que era la más cercana que teníamos”, cuenta la mujer que lleva 13 años viviendo en Carolina del Sur, Estados Unidos.
Allí, Bryan Eric Osborne, de 54 años, recibió la atención médica y lo trasladaron de inmediato para la unidad de cuidados intensivos donde le pusieron oxígeno. Estuvo en uci durante cinco días y cinco más en habitación regular.
Pensaron que había pasado lo peor
No podíamos seguir pagando ese dinero y decidimos sacarlo de la clínica y llevarlo a la casa
A medida que iban pasando los días, en lugar de sentirse aliviados la situación comenzó a empeorar. El hombre requería de mayor atención y los médicos le comunicaron que debía realizarse de inmediato una cirugía de corazón abierta que le cuesta alrededor de 70 millones de pesos.
Pero ahí empezó la pesadilla para la familia, pues el hombre no aparece afiliado a ninguna EPS en Colombia y los altos costos por la atención médica se hacen imposible de pagar.
“Yo hice todo el proceso de afiliación con la EPS Sura, y también lo hice con mi esposo, por ser ciudadana colombiana no tuve ningún inconveniente, pero con el tema de él nos pidieron varios papeles y casi un mes después nos dijeron que no, que esos no eran”, dice Estarita, de 50 años.
Los gastos médicos durante los 10 días de Osborne en la clínica le costaron a la familia 30 millones de pesos. “No podíamos seguir pagando ese dinero y decidimos sacarlo de la clínica y llevarlo a la casa con todo el protocolo coronario, pensando que solo iban a ser cuestión de días”, explica la esposa.
Sin embargo no ha sido así. La afiliación a la EPS no se ha hecho efectiva. “Sacamos un permiso de permeancia, pero la EPS dice que solo aplica para los venezolanos, que él lo que necesita es una cédula de extranjería, y realmente mi esposo no está en condiciones de ir a tramitar ningún documento por su estado de salud”, afirma Irina Estarita.
Un mes en casa y pagando médicos particulares
Bryan Eric Osborne, de 54 años, con su esposa Irina Estarita y su hija. Foto:Cortesía
Esto es una bomba de tiempo, él presenta quebrantos de salud en cualquier momento
Bryan Eric Osborne fue trasladado a la casa de la familia de su esposa donde se encuentra en absoluto reposo, con una dieta estricta, esperando la cirugía. Martha Estarita, su cuñada, es quien ha estado a cargo de la atención y cuidado.
"Pedimos salida voluntaria por el tema económico, la clínica nos dio un protocolo coronario para tenerlo en casa. Lo seguimos al pie de la letra con los medicamentos que le recetó el cardiólogo y con dieta baja en sal y sin azúcar”.
Mientras él sigue en casa, los gastos igualmente aumentan con cada revisión médica de forma particular y exámenes que le son recetados por ser un paciente de alto riesgo.
“Cuando traemos médicos particulares son por consulta cerca de 80 mil pesos en promedio, más exámenes de laboratorio y otros estudios que le manden nos gastamos semanalmente unos 200 mil pesos. Solicitamos domicilio para que él no tenga que trasladarse a ninguna parte”, indica Martha Estarita.
La preocupación aumenta, pues pese a que Osborne se encuentra siguiendo al pie de la letra las indicaciones médicas y tomando a tiempo sus medicamentos, así como la dieta estricta, su estado de salud es complicado y la cirugía no da espera.
“Esto es una bomba de tiempo, él presenta quebrantos de salud en cualquier momento y no sabemos qué hacer”, señala.
Proceso legal
Irina Estarita tuvo que regresar a Estados Unidos por compromisos laborales, y estando allá consultó con el Consulado de Colombia, donde le explicaron que para que su esposo fuera afiliado a la EPS era suficiente que ella registrara su matrimonio en el país.
“Ya le envié un poder al abogado y el registro del matrimonio debidamente traducido al español, está notariado y apostillado. Debería estar llegando en el transcurso de estos días y esperamos que con eso sea suficiente para que pueda quedar afiliado”, afirma.
Paciente con antecedentes de presión arterial y venía a realizarse chequeos
Osborne, quien es mecánico de profesión, llegó a Barranquilla con la intención de hacerse algunos chequeos médicos, pues desde hace algunos años fue diagnosticado como paciente con problemas de presión arterial.
Su familia asegura que aunque en Estados Unidos él no dejaba de tomarse sus medicamentos, quería realizarse en Colombia unos estudios a profundidad, debido a que no estaba conforme con el tratamiento que recibía, pero los planes le cambiaron por completo apenas aterrizó en Barranquilla.