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La comunidad musulmana con mezquita en Barranquilla que hace donación
El recurso sale del 2,5% del ahorro y va dirigido a familias vulnerables de la ciudad.
En Barranquilla hay una comunidad musulmana que aporta un porcentaje de sus ahorros a la población vulnerable. Foto: Cortesía Juan Salvador Bárcenas.
En Barranquilla hay una comunidad musulmana que desde hace 15 años, aproximadamente, se empapó de las problemáticas sociales de la ciudad y decidió aportar un porcentaje de sus ahorros a la población vulnerable.
Su más reciente labor social la realizó el fin de semana del 23 de mayo, con mil prendas de vestir y 400 mercados. Se da justo cuando se conoce que el 61,5 por ciento de las familias barranquilleras no tiene recursos para alimentarse tres veces al día, según el Dane.
El ‘shaikh’ o líder religioso de la comunidad es Isa García, un argentino de 50 años con pareja bumanguesa, a quien conoció en Estadios Unidos y con quien decidió establecer su hogar hace una década en la capital del Atlántico.
“Yo me siento completamente identificado con Barranquilla y su cultura. Y sobre todo porque una de las funciones que realizo dentro de nuestra comunidad musulmana es ver la situación de necesidad de algunos de nuestros fieles”, explica García.
En ese sentido, tiene dos labores fundamentales: es enviado del Ministerio de Asuntos de Educación y Religiosos de Arabia Saudita para colaborar con la comunidad musulmana en Colombia.
Mientras que en la ciudad hace parte de la Comisión Directiva de la mezquita, dictando clases a los nuevos musulmanes, y pertenece a la Comisión de ayudas sociales.
Estos son sus integrantes
Así se ha convertido en vocero de la comunidad que cuenta con 6.000 personas en ‘La Arenosa’. Una minoría que creció en los últimos años, debido a la situación de dificultades que experimentaron Venezuela y Maicao (La Guajira), según indica.
“Tenemos bastantes en nuestra comunidad que se han mudado de Venezuela, de los inmigrantes, también personas de negocios de ese país y de Maicao, que se perjudicó mucho por la situación económica de Venezuela”, sostiene.
Adicionalmente, se suman las familias maicaeras que no encontraron universidad para sus hijos y se trasladaron con ellos a esta ciudad. En general, García los define como una comunidad muy diversa.
La comunidad musulmana es muy unida y tiene presencia en todo el Caribe colombiano. Foto:Archivo EL TIEMPO
“Tenemos un porcentaje grande de inmigrantes de primera generación, que la mayoría se dedica al comercio, después tenemos a los hijos de los inmigrantes, que ya son colombianos, de origen árabe, en la segunda generación; y después tenemos a los colombianos convertidos al islam”, detalla.
Las iniciativas sociales
Hay que tener en cuenta que, en términos generales, la comunidad musulmana es aquella que sigue las creencias islámicas. Dispone su fe a un solo Dios y el profeta Mahoma es visto como el Mensajero de Dios. Y su lugar de culto es denominado una mezquita.
A partir de ello, García explica que la comunidad se ha caracterizado por una comunidad que cuida a los suyos. Por eso tratan de estar pendientes de las necesidades que puedan tener los fieles y sus familias, para su bienestar, en la medida de sus capacidades.
“La fe es muy importante, pero hablar de fe con el estómago vacío por estar pasando hambre es algo difícil. Tenemos un principio religioso similar al diezmo, que se llama el ‘zakat’. Es una contribución social de carácter obligatorio para nosotros”, manifiesta.
“La fe es muy importante, pero hablar de fe con el estómago vacío por estar pasando hambre es algo difícil.
Añade que el 2,5 por ciento del ahorro anual lo destinan a ayudas sociales. Es decir, no va dirigido al pastor, o a la iglesia, ni a lo que tenga que ver con la religión, sino directamente a personas de escasos recursos, necesitados, endeudados o a quienes, por ejemplo, no puedan pagar un tratamiento médico.
Asegura que siempre lo han hecho, pero en los últimos años, por el asunto de la inmigración de venezolanos, han realizado jornadas en lugares donde estos se instalan y reparten comida.
“Cuando empezó esta cuestión de la pandemia, repartimos insumos necesarios de bioseguridad, como tapabocas, gel antibacterial reunidos en paquetes para distribuirlos a las familias y barrios más necesitados de la ciudad”, dice García.
En este caso, el covid-19 también afectó a la comunidad en el aspecto económico.
Algunos perdieron el empleo, otros cerraron sus negocios, los ingresos disminuyeron, pero el ‘shaikh’ resalta el incremento de la solidaridad, a pesar de que la producción no estaba igual que antes.
Ante la situación, las ayudas se mantuvieron, idearon distintos planes para apoyar a las familias y extendieron las donaciones a los vecinos de los fieles que estaban pasando necesidades, y otro grupo que pasaba por la mezquita a indagar por un mercado.
La comunidad y la política actual
“En este momento especial por lo que está pasando con el paro, se suma una dificultad más… Con esto no quiero decir que estoy a favor o en contra del paro, entiendo que es un derecho del pueblo de expresar su inconformidad, siempre que sea en medios pacíficos, pero vimos que esto perjudicó a muchas personas”, señala el líder religioso.
Fue ahí cuando nació la iniciativa más reciente de entregar mil prendas de vestir y 400 mercados. Sin embargo, no contaban con los canales suficientes para identificar a qué personas ayudar, por lo que acudieron a la Alcaldía de Barranquilla.
“Hicimos una donación directamente a la Alcaldía, que sí tiene un alcance más grande de ver qué personas están necesitadas, pudiera hacer el mejor uso de esas donaciones”.
Esta donación fue recibida en la mezquita por el alcalde Jaime Pumarejo, quien destacó la labor social y la producción de esta comunidad en la ciudad, además de explicar cómo se distribuirán esas donaciones.
“Recibimos más de 1.000 prendas de vestir para acompañar a la gente que está pasando trabajo y, al mismo tiempo, en un esfuerzo conjunto, muchos mercados que vamos a repartir a la gente necesitada, gente a la que hoy le cuesta trabajo encontrar un empleo de manera formal o que no le está alcanzando la plata por cuenta de esa pandemia”, dijo aquella vez el mandatario.
García cuenta que este último gesto le valió críticas por un supuesto trasfondo político, lo cual niega e insiste en las verdades intenciones de la comunidad.
“Hay un dicho de uno de nuestros sabios, era una persona que tenía un carácter muy refinado y le preguntaron ¿cómo es que había alcanzado a tener ese carácter y esos modales tan refinados? Y dijo: ‘prestando atención a aquellos que me criticaban’. Las críticas hay que escucharlas. En nuestro caso, no buscábamos ningún favor político, es una acción que realizamos siempre”, recuerda.
Por lo anterior, sostiene que querían desarrollar esta actividad social en la medida de la capacidad, y vieron que había muchas necesidades en ciertos lugares, donde la comunidad no podía. Pensaron que la Alcaldía tenía los medios para hacer llegar estas ayudas a las personas que más lo necesitaran sin tener las dificultades que la comunidad sí tendría en el aspecto logístico.
“En la medida de nuestra muy humilde capacidad seguiremos haciéndolo. Hay tantas noticias desalentadoras todos los días, que poder leer noticias positivas de solidaridad de la gente es algo que a todos nos llena el corazón y a todos nos inspira”, concluye Isa García.
Para él y para la comunidad musulmana, el hecho de que las personas tengan a lo mínimo indispensable de alimentos es algo que está muy ligado a la fe, ya que no se puede hablar de esto último con las personas que están pasando hambre. Por eso, esta labor continuará.