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Los reparos a la construcción de un tren de cercanías en el Caribe
Amparado en estudios, el ingeniero Arnold Gómez sostiene que financieramente no es viable.
Este tipo de tren podría mover hasta 41.000 pasajeros cada hora, a una velocidad de 80 kilómetros por hora. Foto: BYD
“Por bonito que sea el sueño, no es económicamente viable”, sostiene el ingeniero y empresario barranquillero Arnold Gómez Mendoza para referirse al proyecto del Tren del Caribe, que uniría a Cartagena-Barranquilla-Santa Marta, tema que en los últimos días se volvió a calentar tras los anuncios del presidente Gustavo Petro de conectar por el sistema férreo al Pacífico con el Atlántico.
La reacción de Gómez, quien también es docente universitario y tiene estudios doctorales en economía, es ante el pago de 6.000 millones de pesos que ya hicieron las gobernaciones de Atlántico, Bolívar y Magdalena para estudios de prefactibilidad, a Findeter, para que hiciera los primeros trazados de la línea férrea, revelados el año pasado, en los que se contempla un recorrido de 363 kilómetros a lo largo de 25 municipios.
Ahora vienen los estudios de factibilidad para lo que se demandan no menos de 50 mil millones de pesos y que de contarse con los dineros están proyectados para iniciarse en marzo y entregarse en el 2024.
La pregunta que se hace Gómez es la viabilidad financiera y social de esta megaobra para estos 25 municipios y los tres departamentos, en especial cuando se tratan de pueblos rezagados con niveles de pobreza y desigualdad altos.
Hay más reparos
En un artículo que público Gómez en el portal Contexto sobre este tema, desataca que el estudio contratado por Findeter estima un tráfico de 57.000 pasajeros diarios y 13,7 millones de toneladas anuales de carga asumiendo parte de la que viene del interior del país.
No están disponibles todavía los detalles de estas estimaciones y no hay una evaluación económica ni cuantificación de otros impactos
“No están disponibles todavía los detalles de estas estimaciones y no hay una evaluación económica ni cuantificación de otros impactos positivos que señala la presentación pública. Sin embargo, cálculos sencillos muestran que con esos costos y las cifras proyectadas hoy un tren como el planteado no es sostenible”, subraya.
En dialogo con EL TIEMPO, Gómez enfatiza que los números no dan para echar a rodar este tren. “No hay la demanda en carga ni pasajeros que puedan sostener este proyecto”, explica, basado en los estudios que realizó la Universidad del Norte y Planeación Nacional hace unos años en los que, asegura, una de las conclusiones es que el anhelado tren de cercanías financieramente no es viable.
Proyecto del tren regional del Caribe diseñado por Findeter Foto:Findeter
“El modo férreo es una alternativa siempre y cuando exista una demanda en carga para la cual esta opción sea la más económica y eficiente”, dice al destacar ejemplos con el tren que movía la producción de la zona bananera y ahora el que del Cesar saca el carbón por los puertos de Santa Marta y Ciénaga (Magdalena).
Sobre el transporte de pasajeros, que sería otro de los propósitos del Tren del Caribe, Gómez sostiene que movilizarse entre estas tres ciudades es relativamente fácil y barato, al indicar que los viajeros tienen las opciones del servicio en bus intermunicipal, o los llamados puerta a puerta.
En cuanto al movimiento de carga, explica, los puertos locales la llevan y traen desde y hacia el interior del país y no entre Barranquilla-Santa Marta y Cartagena.
La carga que se mueve internamente en estas ciudades no alcanzaría para hacer competitivo a la región y menos al sistema férreo del Caribe.
En palabras del ingeniero esta línea férrea sería subutilizada gran parte del año, al ser un servicio de transporte con tarifas no competitivas.
Otras necesidades de la región
Lo que sí propone Gómez es que esa millonaria inversión sea pensada en terminar infraestructuras viales pendientes como la doble calzada Cartagena-Barranquilla-Ciénaga o la vía Chinú-Lorica, o invertir en la circunvalación de algunas poblaciones por las que pasa carreteras nacionales que retrasan los tiempos de viaje como es el caso de la Troncal del Caribe en su paso por Tasajera-Pueblo Viejo-Ciénaga.
En el kilómetro 18 iniciará uno de los viaductos que se construirá en la vía a Ciénaga. Foto:Imagen Invias
Pide que esos recursos bien serían destinados en obras de gran impacto social como el agua potable para Santa Marta, la terminación del aeropuerto Ernesto Cortissoz o financiar programas de transporte público en Cartagena o Barranquilla, donde la movilidad es dramática.
“Hay que analizar la rentabilidad y prioridades de la región”, insiste Gómez para recordar que en el Caribe se requieren obras de impacto social y que mejoren la calidad de vida de los ciudadanos.