El crimen del ciudadano suizo causó desconcierto y temor en la zona rural del municipio de Trujillo.
Es una zona donde desde el pasado quedaron ecos y fantasmas de la llamada masacre entre 1988 y 1994, cometida por el narcotráfico, y también de actos de los grupos armados como las antiguas Farc y paramilitares.
A Phillip Armin Kern, muchos pobladores de Trujillo, entre el centro y norte del Valle del Cauca, lo reconocían porque era una persona amable, que había formado familia con una colombiana.
En una parcela, a unas tres horas de Cali, capital del departamento, ellos tenían cultivos de café y otros productos agrícolas.
El jueves, Kern estaba en la vereda Buenavista, donde se dedicaria a instalar unas antenas, al parecer, para compartir Wifi desde su vivienda.
La Policía informó que salió a buscar una herramienta que estaba en su vehículo, en la vía a Cerro Azul, en la cordillera Occidental. Entonces, al salir se le acerca un hombre que, sin mediar palabra, le dispara y emprende la fuga, al parecer, con otro hombre en una motocicleta.
El comandante de la Policía Valle, coronel Ever Yovanni Gómez, dijo que se iniciaron seguimientos orientados a establecer móviles y autores.
Personal del Servicio de Inteligencia Judicial (Sijin) asumió las diligencias de levantamiento del cadáver que fue llevado al Instituto de Medicina Legal de Tuluá.
En redes se comenta que Kern estaría en la puerta de la escuela La Galeana, donde estaría adelantando la instalación.
El coronel Gómez dijo que se designó un grupo especial de investigación articulado con la Fiscalía
El crimen causó reacciones en redes. Alexander Arias dice que “triste esta noticia pues era un ser muy amable y gran persona. Era un señor muy respetuoso tuve la oportunidad de hablar muchas veces con él”.
El apunte de Sara Giraldo es: "Que lamentable perdida. Un gran ser humano".
Libardo Triviño escribió: "Que tristeza nos embarga...esta perdida irreparable y en estas condiciones, que pena".
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