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La joven que por amor dejó de estudiar a los 7 años: cuida a su mamá paralizada

Esta es la triste historia de una familia humilde en el norte del Valle del Cauca. 

Carolina Gómez Grajales con la mamá, dona Nelly Grajales.

Carolina Gómez Grajales con la mamá, dona Nelly Grajales. Foto: De video

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El amor ha sido el motor de una humilde joven vallecaucana llamada Carolina Gómez Grajales, quien cuida de su madre, cuyo cuerpo lleva 20 años paralizado.
La mujer, hoy de 63 años, está postrada en su cama, entre paredes de ladrillo sin empañetar en el humilde barrio Villa del Sol.
La localidad está en el municipio La Unión, en el norte del Valle del Cauca, donde Carolina tuvo que dejar sus estudios en la escuela desde que era una niña de tan solo 7 años.
“Tengo 27 años y esta es mi historia. Salí del colegio para estar con mi mamá. La cuido siempre porque la quiero mucho, he sido como una enfermera, hago las vueltas”, dice la joven, quien durante estas dos décadas ha mostrado fortaleza ante el crítico estado de su progenitora, Nelly Grajales, por causa de una artritis reumatoide. Es la enfermedad que empezó con fuertes dolores en sus manos y piernas cuando Carolina era una niña, y luego la doblegó por una grave hinchazón hasta llegar a la rigidez muscular. 
Según la secretaría de Salud del Valle, esta patología tiene prevalencia entre mayores de 18 años, de los cuales, el 80 por ciento se presenta, especialmente, en mujeres.
Carolina no sale de la vivienda porque doña Nelly necesita cuidados permanentes durante casi 24 horas. Por eso, el padre, Rafael Gómez, siempre ha buscado el sustento de la familia, a punta del reciclaje. Y aunque hay tres hermanos mayores de Carolina, ellos tienen sus hogares y necesidades propias. Así lo explica la joven.
La hija también cuida del padre, pues además de diabetes padece leucemia y hace ocho meses se le cayó un martillo en un pie que lo dejó grave, al grado de que tuvo que ser llevado por su hija al hospital de otro municipio: Tuluá, en el centro vallecaucano y a una hora de La Unión, tras muchos ruegos a la EPS para cubrir los gastos.
Para dejar sola a doña Nelly, Carolina acudió a la ayuda de una pariente y de vecinos, mientras acompañaba al padre al centro asistencial. “Era un proceso porque tenía que estar viajando, pero antes debía hacerle las cosas a mi mamá, bañarla, vestirla, darle comida, todo”, sigue contando la joven.
El padre tuvo intervención en el hospital y ya volvió al hogar, pero tampoco sale porque tiene dolores en su pierna y le cuesta mantenerse mucho tiempo de pie o caminar. Por eso no ha podido regresar al reciclaje, arrastrando en una carreta el material para venderlo.
Desde entonces empeoró la situación económica para esta familia, donde la comida empezó a escasear.
La historia llegó a las instalaciones de la Policía de La Unión, donde el patrullero Gustavo Adolfo Delgado con otros uniformados empezó toda una cruzada por los Gómez Grajales, quienes han vivido prácticamente, de la caridad de vecinos y de aquellos que han conocido su drama. 
“Viven mejor dicho, del día a día. Nosotros les ayudamos porque creemos que los buenos son más”, comenta el patrullero Delgado, quien llegó a las puertas de la casa de Carolina con dos mercados y quien ha logrado que un fisioterapeuta pueda ir a la vivienda para hacerle ejercicios físicos a doña Nelly, quien no ha estado exenta de peladuras en la piel por su inmovilidad.
“Agradezco a la Policía y a quienes nos han ayudado”, dice doña Nelly, sin poder levantarse. “No le deseo a nadie esta enfermedad”, comenta la señora.
Agradezco a la Policía y a quienes nos han ayudado”, dice doña Nelly, sin poder levantarse. “No le deseo a nadie esta enfermedad
Además de que en la Policía y vecinos elevaron el clamor por medicamentos y más alimentos no perecederos, lo que Carolina también ruega es por una cama hospitalaria.
“La Policía Nacional, a través del Grupo de Gestión Comunitaria del Departamento de Policía Valle (GUGEC) y gestores de convivencia de la alcaldía La Unión una vez conocen de esta historia se unieron para gestionar la entrega de mercados con la ayuda de la comunidad y para coordinar las terapias. Queremos contribuir y mejorar la calidad de vida de la familia”, expresa el comandante de la Policía Valle, coronel Éver Yovanni Gómez.
“Todos queremos ayudar a mejorar la condición y calidad de vida de doña Nelly Grajales, la cual no tiene los recursos para continuar con terapias para tener comida y los medicamentos que requiere”, insiste el oficial que espera la solidaridad de más vallecaucanos.
Carolina asegura que quiere superarse. Cuando dejó la escuela sabía leer, escribir y hacer sumas y restas. Eso le ha permitido defenderse en la vida, pero sabe que el estudio es importante y por eso, hoy siguió el consejo de allegados para empezar a estudiar un acelerado por las noches, dejando a su mamá al cuidado del padre.
Y aunque al aula de la institución educativa llega con susto por el estado de sus padres, ella está animada y optimista, como también lo está por el apoyo que ha recibido de la Policía, donde el patrullero Delgado sigue tocando puertas por Carolina, cuyo amor a sus progenitores la motiva a continuar adelante. “Gracias a todos y la ayuda que nos puedan brindar”.
CAROLINA BOHÓRQUEZ
CORRESPONSAL DE EL TIEMPO
CALI

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