La realidad de la tregua entre 'Shottas' y 'Espartanos' en Buenaventura: ¿qué pasó con $ 2.900 millones?

Aquellas lideresas que justamente hace dos años, durante la época de la celebración de las Velitas, estuvieron batiendo sopa en una gigantesca olla sobre leña, piedra y fuego para sellar ese primer compromiso de las bandas los 'Shottas' y los 'Espartanos' de no asesinarse entre sí, sobre todo, convirtiendo las calles de Buenaventura en campos de batalla, dicen que los últimos tiempos han sido menos violentos con altos y bajos en el proceso. "Pero eso sí, hay menos muertos", recalcan algunas matronas. 

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También comentan en este humilde barrio Alberto Lleras Camargo -donde antes del pacto de ambos grupos criminales, las balas zumbaban por encima de los tejados-, que aunque hoy pueden salir a festejar las fechas decembrinas y las actividades de la Iglesia en la ciudad saben que otros bonaverenses, entre líderes y comerciantes, pasan como judíos errantes de un barrio a otro.

Son desplazados por las mismas bandas que mantienen demarcadas fronteras invisibles, tan temidas por la extorsión y las amenazas que hay algunos sectores confinados, cuyas vidas transcurren en una resignada realidad, combinada con la pobreza de sus casas palafíticas, de tablas con rendijas y levantadas sobre cúmulos de basuras que flotan en ese mar Pacífico, de un acentuado color café.

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Y el obispo de Buenaventura, monseñor Rubén Darío Jaramillo, sí que lo sabe bien, porque ha estado desde el comienzo de estos acercamientos entre las bandas para establecer treguas por determinado periodos que se han venido prolongando. La más reciente tiene como plazo el 5 de febrero del año venidero, un 2025 con la expectativa de que haya más avances. 

"La tregua está en vigencia plenamente. En este mes de diciembre llevamos 10 días que no se reportan todavía muertes; de pronto una persona asesinada, pero no sé si es por esa causa. Entonces, la tregua se está cumpliendo en el tema de asesinatos", dice el clérigo. 

Durante los 10 primeros meses de este 2024, en Buenaventura se contabilizaron 70 homicidios, con base en datos del Instituto Nacional de Medicina Legal. 

Fue durante el primer semestre de 2023 que el proceso de conversaciones se descarriló por más homicidios, como lo manifestó el obispo de Buenaventura en aquel momento. Por ello, se hizo necesario que en julio de ese año se estableciera, de nuevo, la voluntad entre las partes. Sucedió, pues que a mediados de 2023 se instaló el Espacio de Conversación Sociojurídica y a partir del 10 de agosto de ese entonces, las bandas acordaron una tregua inicial de 30 días. No obstante, continuaron homicidios de de las bandas, pero ya no en la calle. Eran selectivos. 

El 6 de marzo de este 2024, las conversaciones tambalearon, cuando los 'Espartanos' se levantaron de la mesa, pero en mayo, volvió el anuncio de que ambas bandas seguían con el pacto de la tregua, fijando un plazo. En esa época fue por 90 días más hasta el 5 de agosto del año pasado. 

No obstante, monseñor Jaramillo resalta la disminución de homicidios en este año y reconoce que siguen otros delitos. "Claro que sí, pero al menos, la gente va saliendo a las celebraciones. Se han disminuido, no se han quitado. La tregua continúa, se mantiene", afirma, al recalcar que este es el Espacio de Conversación Sociojurídica. 

Aunque sigue la espera por un marco jurídico que siente las bases por parte del Estado, en medio de divisiones de opinión sobre un proceso que no ha arrojado aún acciones mayores como el hecho de que las bandas, además, trafican drogas hacia el interior del país y hacia Suramérica. Son las economías ilegales sobre las cuales, el alcalde de Cali, Alejandro Eder, ha venido enfatizando, con el fin de que las autoridades sean más contundentes en desestabilizarlas y señalando el impacto en la ciudad, que es vecina de Buenaventura, y en la región.

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"Este es un espacio de diálogo entre el Estado colombiano y sus representantes con algunos integrantes de las dos bandas. No se está negociando. Nunca podemos decir que con todos, es imposible (son unos 1.700 jóvenes), pero sí con sus representantes. Ellos eligen en qué sector trabajamos, porque se hace por sectores, especialmente, donde hay más violencia", dice monseñor Jaramillo. 

"El equipo de gobierno es un equipo técnico que viene trabajando, mucho más permanente, casi a diario. El equipo que había anteriormente se reunía cada mes, porque casi todos eran de Bogotá. En el equipo actual, todos son de aquí, del territorio y lo conocen mucho mejor. Diariamente estamos monitoreando los actos que se dan y seguimos ayudando un poco a salvar vidas y a disminuir hechos violentos", dice monseñor. 

Pero advierte: "La extorsión nos tiene preocupados, los robos, hay algunas fronteras invisibles que se mantienen. Bueno es una realidad que no es fácil; la paz no es fácil construirla. La decisión de los dos grupos es que la tregua se mantiene". 

Monseñor muestra fe en los delegados del Gobierno Nacional, bajo la coordinación en Buenaventura de Fabio Cardozo, quien hace seis meses trabaja con los demás funcionarios, poniendo en marcha su experiencia de cuando fue gestor de Paz del departamento hace más de 20 años o secretario de Paz, tanto en la gobernación del Valle, como en la alcaldía de Cali, durante las últimas istraciones.  

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"Con la tregua se reducen sustancialmente los homicidios en Buenaventura". Dice que este pacto proviene de las decisiones de estas estructuras armadas y que por el mismo se ha logrado que Buenaventura haya salido del listado de ciudades más violentas del mundo", afirma Cardozo. 

El funcionario también le apunta: "A estructurar con varias manos, de sectores sociales de Buenaventura, con académicos, sectores institucionales, una propuesta que la hemos llamado propuesta de paz del distrito de Buenaventura". 

Explica que es un plan político para la promoción y la construcción de un gran acuerdo por la paz de este puerto.

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"Ese gran acuerdo se tiene que forjar con la participación de las instituciones del Estado, del orden nacional, seccional y local con las comunidades, con sus autoridades étnicas con el sector empresarial de Buenaventura", reitera Cardozo. 

Sobre estos gremios se refirió, por ejemplo, a la Sociedad Portuaria, a las asociaciones gremiales que tienen incidencia en Buenaventura, así como universidades y la Iglesia Católica. Monseñor Jaramillo tiene un asiento en este espacio. El proceso, a su vez, se adelanta junto a la Alta Consejería de Paz, la alcaldía de Buenaventura y la Pastoral Social.  

Sin embargo, advirtió que en esa construcción del gran acuerdo de paz, 'Shottas' y 'Espartanos' vinculan a a niños y a adolescentes. También rechaza el confinamiento que vive la ciudadanía de barrios vulnerables, sobre todo, de la zona insular de Buenaventura y los desplazamientos intraurbanos que no han cesado y que vienen, inclusive, desde que se conoció aquella práctica macabra de 'casas de pique' para mutilar cuerpos, durante el periodo del entonces presidente Juan Manuel Santos, hace 10 años. 

Cardozo indica que las bandas deben mostrar esa voluntad para que cesen la extorsiones, el confinamiento, los desplazamientos y el reclutamiento de niños.

Cardozo asegura que los jefes de 'Shottas' y 'Espartanos' han escuchado la propuesta. Que en el caso de los 'Espartanos', alias Jorge ha dicho que quiere ser parte del proceso, mientras que alias Diego, de los 'Shottas', se ha mostrado más tímido en esa cuestión. Ambos están por fuera de centros penitenciarios, contrario a otros cabecillas de estas estructuras, presos no solo en Buenaventura, sino en otras cárceles del Valle del Cauca y del país.  

Sin embargo, para líderes y algunos de la misma Iglesia Católica en Buenaventura, el proceso con las bandas se ha limitado a extender la tregua, sin mayores compromisos de parte de los mismos actores armados. "Esto se ha visto como un proceso pegado con babitas, sin fuertes alcances porque no existe tal marco jurídico para sentar esas reglas del juego y mirar cómo estos jóvenes se vinculan a la sociedad civil. ¿Qué oportunidades tienen para dejar ese mundo ilícito?, comenta un sacerdote de la ciudad. 

Otros líderes, por ejemplo, manifiestan que no desean más promesas incumplidas, como las del paro cívico de 2017 que implicó mesas de trabajo con sectores de la sociedad civil y del Gobierno para levantar aquella protesta masiva que paralizó a Buenaventura durante 20 días. 

Fue así que se estableció un plan de acciones con un valor estimado de $ 1,6 billones. Tiene 204 compromisos identificados en nueve mesas, que luego de revisarlos en el año 2020 se reorganizaron en 177. Uno de ellos que no se ha podido cumplir, por ejemplo, es la prestación durante 24 horas del servicio de agua potable para los 400.000 bonaverenses, a pesar de que se creó un fondo para ejecutar esas acciones: FonBuenaventura. 

No obstante, Cardozo sostiene que el proceso con las bandas avanza, teniendo en cuenta que su esencia es la de ser "un trabajo mancomunado institucional y social". 

Es por ello que Cardozo explica que este gran acuerdo contará con la intervención de diferentes ministerios, en la medida en que se demanden programas y acciones con recursos. 

Y precisamente sobre esos dineros, el representante a la Cámara Alejandro Ocampo, que era el vocero del Gobierno, antecediendo a Fabio Cardozo, y los otros funcionarios relevados por la oficina del Alto Comisionado para la Paz, señalan que hubo una carta con reclamos sobre $ 2.900 millones que Buenaventura estaría esperando para inversión social. Esa carta tenía preguntas de cuándo se iban a invertir y dónde están estos recursos. Asimismo, se cuestionó desde esta mesa, la falta de acciones de la Fiscalía para frenar los crímenes y otros delitos.

De acuerdo con el congresista, fueron críticas de tipo constructivo. Sin embargo, en el ambiente quedó la sensación de que a la oficina del Alto Comisionado para la Paz no le habrían gustado estos cuestionamientos y de ahí, el cambio en la mesa de conversaciones.

"Yo reclamé que no había plata para trabajar con la gente. No tuve con qué operar", dice Ocampo. Señala que esa plata se aforó en 2023, pero asegura que ni en ese año ni en los primeros cuatro meses de este 2024 recibió recursos. 

"¿Dónde está la plata?", sigue siendo la pregunta del congresista. "No alcancé a tener apoyo", dice y recuerda que por esa escasez no se pudo hacer el concierto para la paz en 2023". "Tampoco pudimos poner en marcha el programa 'Avanzando por la paz', en ese 2023. Lo que se hizo fue un campeonato de fútbol; contrataron a Comfenalco. Eso puede haber costado $ 800 millones. No creo que más". Aunque reconoce que este torneo "fue importante, porque permitió que la gente (de Buenaventura, la ciudad puerto dividida en 12 comunas), pasara de un barrio a otro".  

Según el representante a la Cámara, los dineros que destina el Fondo Colombia en Paz ha sido para logística. No obstante, mencionó que hubo pago de refrigerios y almuerzos para una que otra actividad: "Mi preocupación era de dónde salían los almuerzos, que eran muy malos y salían muy costosos. No han sido capaces de decirme cuánto costaba un almuerzo. Por eso, era mi inconformidad porque había gente en Buenaventura, podíamos ayudar a restaurantes, comederos y a madres comunitarias". 

Ante esas preguntas sobre esos $ 2.900 millones referidos por la pasada delegación para el espacio de conversación con las bandas, Cardozo responde que hubo una revisión en el Gobierno Nacional y que ese dinero nunca se presupuestó y, por lo tanto, no se habría embolatado algo que no ha existido.

De acuerdo con el funcionario, esta mesa de conversaciones no maneja presupuestos y en lo que sí concuerda con el congresista Ocampo es que la logística de eventos se financia del Fondo Colombia en Paz. Asimismo, cuando se demande la ejecución de programas, pensando en el gran acuerdo de paz con participación masiva de la sociedad civil y diversos sectores, habrá ministerios que tendrán que entrar con recursos. 

En la Unidad para las Víctimas informaron que a pesar de la riqueza de sus condiciones geográficas y naturales, el conflicto armado menguó el potencial de Buenaventura. "Para tomar una dimensión de la situación, basta revisar algunas cifras del Centro de Memoria Histórica del periodo más crudo de la guerra, entre finales del siglo XX e inicios del XXI, cuando se registraron 26 masacres, 4.799 homicidios y 444 desaparecidos. Y luego de la desmovilización paramilitar, que fue el actor armado que más se ensañó contra el municipio, la situación fue más compleja por la cruel y violenta disputa territorial entre grupos armados", dicen en la entidad.

Allí, manifiestan que los barrios más pobres de Buenaventura fueron el escenario de los enfrentamientos, que solo se redujeron con las intenciones de paz y posteriores acuerdos por parte los grupos delictivos que hacen presencia en sectores, como Juan XXIII, Alberto Lleras Camargo, El Ruiz y Muro Yusti.

La necesidad de renovar los espacios urbanos de los barrios más afectados de Buenaventura se gestó en los Diálogos Regionales Vinculantes del Pacífico, en los que el Gobierno recogió insumos para el Plan Nacional de Desarrollo. 

Durante ese proceso, en la Unidad para las Víctimas propusieron focalizar la atención en la población de Buenaventura, mediante soluciones integrales y respaldar así, la voluntad de paz de las bandas criminales que se espera con la paz total de lo que queda del gobierno del presidente Gustavo Petro.

Corresponsal de EL TIEMPO

Cali