'Rutas de siembra' en Medellín: un modelo que busca recobrar el campo

Desde joven a José María Bernal le ha gustado el vino. Sin embargo, antes que convertirse en un enólogo estudió física.

Una mañana, mientras se tomaba un tinto en su casa en Santa Elena, corregimiento al oriente de la ciudad conocido por el cultivo de flores y la tradición silletera, miró el cultivo de mora de su vecino y pensó qué hacer con esa fruta silvestre, delicada y de profundo sabor y aroma que no sean jugos o dulces.

Entonces, recordó que su abuela hacía vino de mora en su natal Pereira cuando él era niño. Buscó quién de la familia le contará esa historia y así recuperó la fórmula que hoy, junto a su esposa Eliana Montoya, ha logrado crear una marca, Enamora.

Este emprendimiento, que empezó por placer y distracción, hoy hace parte del programa ‘Rutas de Siembra’, liderado por la Caja de Compensación de Antioquia Comfenalco y que busca apoyar los cultivos de las familias campesinas de la zona de influencia del hotel y parque ecológico de su propiedad, Piedras Blancas, e incentivar tanto la producción agropecuaria como el turismo responsable y el consumo de productos orgánicos.

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Lina Noreña, coordinadora de Rutas de Siembra de Comfenalco Antioquia, explica que el proyecto ‘Turismo social, rural y comunitario en el Hotel y Parque Ecológico Piedras Blancas’ se hará mediante el fortalecimiento de las parcelas productivas de la zona desde lo empresarial, lo productivo y lo ambiental; la generación de un espacio de comercialización; la ejecución de acciones para la conservación ambiental en el Parque Ecológico y la definición e implementación de una ruta turística rural y comunitaria que vincule a los productores.

Noreña revela que actualmente existe una urgencia de volver al campo, trabajar juntos, las organizaciones públicas y privadas y los campesinos y lograr ser sostenibles.

“Rutas de Siembra busca que volvamos al o con la tierra y visibilizar al campesino. Que descubramos lo que significa cada día la ensalada y el jugo en nuestra mesa, que detrás hay un trabajo precioso día a día de todo estos agricultores que contra todo pronóstico persisten en su labor”, dice Noreña.

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Otra beneficiada es Laura Daniela Villegas, integrante de la Asociación Agrícola de productos Orgánicos (Asoorgánicos) que reúne a 20 agricultores de la vereda Piedras Blancas. Ella es una ingeniera ambiental de 25 años que dejó la ciudad, a su lado está Andrés Arroyave, otro joven, gestor cultural, que también tomó la misma decisión y ahora siembran pimentones, remolacha, brócoli, kell, zanahoria, tomate, entre otras hortalizas.

“Nos sentimos atraídos por la agroecología ya que la agricultura tradicional envenena nuestro cuerpo con químicos tóxicos que afectan la salud y los ecosistemas. Es una forma de combatir el cambio climático y lograr que las nuevas generaciones nos apropiemos de los rural”, dice Laura.

Agrega que lo que quieren es que la gente “venga, siembre, se llene de tierra y nos ayude a hacer abonos orgánicos y consuma nuestros alimentos”.

Andrés complementa al expresar que él siente que vuelve a las raíces cuando siembra y cultivar de una forma natural todos aquellos alimentos que se necesitan para sobrevivir. “Respetando el tiempo de crecimiento y los tratamientos naturales que debe de llevar cada cultivo”, precisa.

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Los visitantes pueden hacer un recorrido dentro del cultivo, entre las huertas y microinvernaderos; palpar las semillas nativas para conocer la diversidad que se ha perdido con la agricultura tradicional, es posible participar hasta de catas de verduras y descubrir los sabores de los alimentos orgánicos y aprender cómo se construyen y funcionan las composteras.

Actualmente, el programa está en fase de diagnóstico, capacitación en distintos componentes, como en agricultura orgánica, y comercialización.

Ya hay potenciales compradores en la zona a los que tienen identificados para que les compren directamente a los campesinos. Asimismo, están diseñando la ruta turística.

JORGE IVÁN GARCÍA

EDITOR DE EL TIEMPO

MEDELLÍN