Fabián Alberto Betancur Pérez, más conocido como el ‘Fuicioso’, falleció este sábado en Medellín.
Al parecer, resbaló y cayó a una quebrada en el municipio de Bello, en el norte del valle de Aburrá, en un hecho sobre el que aún las autoridades no se han pronunciado oficialmente.
Se convirtió en el ‘Fuicioso’ una tarde de marzo del 2014 cuando en una entrevista estudiantil sobre la infidelidad, respondió incoherencias, mal léxico y un amor exacerbado por el Atlético Nacional.
Desde eso, palabras como ‘Fuiciosos’, ‘todo bien, todo bonito’ e ‘inrresponsables’, sumados a su apariencia con ojos dispares y boca semi desdentada, han sido material humorístico que hasta la fecha no pierde vigencia y ha entretenido mediante clips musicales.
“Por grabar un video le dieron 200.000 pesos y un celular. Con la plata hizo una rumba y en la rumba botó el celular”, contó en su momento, Santiago Roldán, manager del ‘Fuicioso’.
Antes de ser 'El Fuicioso’
Fabián Alberto Betancur Pérez nació en Ituango (Antioquia) hace 33 años y pasó la niñez en compañía de su familia. Lejos del modernismo que lo haría famoso, y del sacol que lo haría su esclavo. Fabián ayudaba a su familia en labores de agricultura.
Hasta que hace aproximadamente 20 años, cuando pensó que le abría la puerta a su madre, la “gente mala” asesinó a su padre frente a sus ojos y obligó a su familia a salir de la tierra que él ayudó a labrar. Abrir aquella puerta le quitó a su padre, su tierra y por poco, su libertad. Fabián logró escapar cuando intentaron reclutarlo.
Sin camisa, descalzo y solo, llegó a la ciudad montado en un camión chiva, y como si no hubiera perdido suficiente, también perdió a manos de los ladrones todo lo que traía, incluyendo su identidad. Las calles que tanto conoció, fueron sus maestras y con duras lecciones le mostraron el lado cruel de la vida en la ciudad, era como si la violencia que le arrebató todo lo que tenía, se hubiera montado con él en ese viejo camión chiva.
En el centro de atención al joven Carlos Lleras Restrepo, más conocido como ‘La Pola’ conoció a los que viven en la calle, y los vicios que allí se ven.
Dice que fue el hambre lo que obligó a probar por primera vez el sacol, y desde esa vez ya no pudo despegarse. Para sobrevivir, y a falta de un trabajo formal, recurrió a los buses para ganar cualquier moneda por un divertido baile, que se basó en Pedro el Escamoso, y que sin saberlo, posteriormente haría reír a los que han buscado al ‘Fuicioso’ en redes sociales.
Sus redes sociales suman más de 40.000 seguidores que interactuaban con sus videos donde en la biografía se puede leer: "Todo bien, todo bonito manada de irresponsables, vean es mi cuenta oficial nada de envidia, Dios los bendiga".
ALEJANDRO MERCADO
REDACTOR MEDELLÍN