La persistencia de grandes brechas sociales y un estancamiento generalizado en los indicadores de progreso son las principales conclusiones de un estudio que reveló durante las últimas semanas el programa Medellín Cómo Vamos.
Luego de analizar los más importantes datos e indicadores locales (tales como mortalidad infantil, calidad de la educación, tasa de víctimas de delitos sexuales, desplazamiento forzado intraurbano, a la justicia, entre muchos otros), esta institución del sector privado publicó una detallada radiografía en la que desnudó los principales logros y problemas de las 16 comunas y 5 corregimientos de la capital antioqueña.
Necesidades básicas insatisfechas y grandes desigualdades en educación, alimentación y oportunidades de movilidad social son parte de los problemas que denuncia el documento, con el que se pretende generar una hoja de ruta para mejorar las políticas públicas y la inversión en la ciudad.
Luis Fernando Agudelo, director del programa Medellín Cómo Vamos, explica que el Índice de Proceso Social (IPS) es un ejercicio que complementa las mediciones económicas regionales, para cuantificar el nivel de bienestar de los ciudadanos.
“Tradicionalmente los gobiernos nos han acostumbrado a decir que un país es más rico o menos rico, socialmente más viable o menos viable, en términos de la cantidad de ingreso monetario de los ciudadanos. De lo que trata el IPS es hacer una separación entre cuáles son los indicadores de ingresos monetarios, que son de carácter esencialmente económico, y los indicadores de progreso social”, agrega.
De lo que trata el IPS es hacer una separación entre cuáles son los indicadores de ingresos monetarios, que son de carácter esencialmente económico, y los indicadores de progreso social
Dada la gran cantidad de variables que implica hablar de progreso, Agudelo señala que el estudio se dividió en tres grandes dimensiones: necesidades básicas, fundamentos de bienestar y oportunidades.
Como su nombre lo indica, necesidades básicas tiene que ver con todo lo relacionado con las condiciones esenciales para vivir dignamente, como la calidad de la vivienda, agua y saneamiento básico, entre otros.
Fundamentos de bienestar, agrega, contempla los indicadores que dan cuenta de las posibilidades que proporciona la ciudad para que sus habitantes puedan formular un proyecto de vida, tales como a la información, educación básica, entre otros.
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Finalmente, la dimensión de oportunidades contempla las variables que dan cuenta de la autonomía y la libertad de los ciudadanos para realizar ese proyecto de vida, tales como a la educación superior, derechos personales, libertad de elección, entre otros.
En materia de necesidades básicas, el informe reveló que, en términos generales, la ciudad registró un estancamiento, pasando de reportar 79 puntos en 2016 a 78,2 puntos en 2019.
En esta primera dimensión, el territorio que presentó el aumento más grande de puntaje fue el corregimiento de Santa Elena, pasando de 39,7 puntos en 2016 a 63,4 puntos en 2019.
Según detalla el documento, gracias a su desempeño en el componente de vivienda, seguridad, agua y saneamiento básico.
En seguridad personal, otra de las variables contempladas en la dimensión de necesidades básicas, los territorios con resultados más alarmantes fueron la comuna de La Candelaria y el corregimiento de Altavista.
De igual forma, en cuanto a la nutrición y cuidados básicos (que contempla variables como mortalidad infantil, inseguridad alimentaria, incidencia del dengue e incidencia de bajo peso al nacer) 15 comunas y 5 corregimientos arrojaron valores medio-bajos, bajos y muy bajos.
En materia de fundamentos de bienestar, la segunda gran dimensión, la ciudad reportó un leve incremento en su puntaje, pasando de 57,4 puntos en 2016 a 58,1 puntos en 2019.
Dentro de esta dimensión, una de las principales revelaciones del informe fue las grandes brechas entre territorios en cuanto a a la información y comunicaciones.
Mientras la comuna de El Poblado reportó un puntaje de 92,9, y las comunas de La Candelaria, Belén, Guayabal, La América y Laureles-Estadio reportaron puntajes entre los 75 y 86 puntos, otros territorios como el corregimiento de San Sebastián de Palmitas y la comuna Popular registraron puntajes inferiores a los 43 puntos.
Finalmente, en la dimensión de oportunidades, la ciudad también reportó un estancamiento, pasando de 61,1 puntos en 2016 a 60,9 puntos en 2019, siendo los corregimientos de Santa Elena y Altavista los de una mayor reducción en su puntaje.
La ciudad se merece una reflexión en términos de cuáles han sido los programas que han servido para mejorar las condiciones de vida
Para el director Luis Fernando Agudelo, una de las principales conclusiones del informe es que, tanto el sector público como el privado, deberán continuar trabajando por cerrar las amplias brechas sociales entre las diferentes comunas de la ciudad.
Según explica, este ejercicio implicará que el municipio pueda medir con mayor precisión el impacto de la inversión realizada en los territorios y lograr focalizarla en los programas y políticas que arrojan mejores resultados.
“La ciudad se merece una reflexión en términos de cuáles han sido los programas que han servido para mejorar las condiciones de vida. Es muy importante que la municipalidad desarrolle capacidades de evaluación de política pública. Un esfuerzo que también deberemos hacer desde el sector privado, pero también desde entidades como las contralorías, el Departamento istrativo de Planeación y la Oficina de Control Interno”, concluye Agudelo.
Pese a reportar un estancamiento en sus cifras, Medellín, sin embargo, se mantiene como una de las capitales del país con mejor IPS. Según los datos de 2017, con 65,8 puntos, Manizales era la ciudad con mejor puntaje del país, siendo la única calificada con un nivel medio alto de progreso.
Durante ese año, Medellín ocupó el segundo lugar con 63,0 puntos, reportando un nivel medio bajo de progreso. La capital con el puntaje más bajo era Quibdó, con 37,0 puntos.
¿En qué consiste el IPS?
El Índice de Progreso Social (IPS) es una medición que permite comparar el nivel de desarrollo entre varios territorios. A nivel global, el indicador es construido por la organización Social Progress Imperative, que mide a 149 países.
En el caso colombiano, la medición es realizada por la Red de Ciudades Cómo Vamos.
Esta medición es hecha a partir de los principales indicadores de resultado de los gobiernos locales. Pese a reportar un estancamiento en sus cifras, Medellín se mantiene como una de las capitales del país con mejor IPS.
JACOBO BETANCUR PELÁEZ
Para EL TIEMPO