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No solo los hipopótamos: estas son otras especies que amenazan a Antioquia
La rana toro y el caracol gigante africano amenazan al departamento. Le explicamos los riesgos.
El Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible incluyó recientemente al hipopótamo (Hipopotamus amphibius) en el listado de especies exóticas invasoras de Colombia.
Con esta declaración ratifica que dicha especie se salió de control en términos de reproducción y que puede afectar los ecosistemas debido a su rápida apropiación de los territorios y, con esto, se inicia el desplazamiento de otras especies que sí son nativas.
Pero, uno de los aspectos importantes con respecto a estos animales es lo peligrosos que pueden llegar a ser.
“Vemos con preocupación que, en algunas regiones, incluso los niños juegan con hipopótamos que son uno de los animales más peligrosos del mundo y con las estadísticas se puede corroborar la cantidad de ataques que realizan en comparación, por ejemplo, con los tiburones que están más estigmatizados”, aseguró Luz Rodríguez, medica veterinaria y líder de proyectos de biodiversidad de la universidad CES.
Ahora bien, esta inclusión en el listado de especies exóticas invasoras permitirá al Minambiente y las entidades del Sistema Nacional Ambiental (SINA) definir las medidas de prevención, control y manejo de esta especie en el país.
Por eso, no se descarta que en el futuro se pueda realizar una cacería de control de algunos hipopótamos con la intención de darle manejo tal y como lo recomiendan algunos científicos del mundo. “De hecho, a muchos de ellos los han tratado de asesinos argumentando que quieren matar los animales por matarlos, pero no es así, desde su conocimiento y estudio pretenden aportar en el equilibrio y bienestar de, por ejemplo, el río Magdalena”, aseguró la bióloga Katherín Corrales Bravo, quien agregó que esta misma práctica es la que se realiza para controlar otras especies invasoras como los caracoles gigantes africanos.
Es la primera vez que se práctica este método en esta especie. Foto:Cortesía Cornare
Y esto, porque no solo los hipopótamos son los que aparecen como esa especie exótica invasora. En Colombia existen aproximadamente 308 especies exóticas y trasplantadas.
En Antioquia, las principales especies exóticas invasoras son: en el caso de la flora, el ojo de poeta y retamo espinoso, y en el caso de la fauna la rana toro, el caracol gigante africano, la garza bueyera y uno de los más preocupantes, el hipopótamo.
A estas se les reconoce como especie exótica, tanto de fauna como de flora, porque se encuentra fuera de su rango natural. Es decir, han sido introducidas de manera intencional o accidental, directa o indirectamente, en un territorio que no es su hábitat. Por tanto, no son especies nativas colombianas.
Para poner el tema sobre la mesa y abordarlo de manera efectiva, la universidad CES, con el apoyo de las autoridades ambientales Corantioquia y Cornare, realizaron el simposio ‘Conflictos ambientales y éticos en torno al control y manejo de especies invasoras’, que tuvo como objetivo generar un espacio educativo, científico y divulgativo, con el cual se pudiera dar a conocer a fondo los matices del control y manejo de las especies exóticas invasoras presentes en la jurisdicción del Área Metropolitana del Valle de Aburrá y de Corantioquia.
El caracol africano también es conocido por el nombre de achatina fulicia. Foto:Cortesía Corantioquia
La idea era generar diálogos con tomadores de decisiones, la academia y el público en general para unificar criterios de manejo en el territorio y ampliar la perspectiva a nivel ético, social y ecológico.
En el caso de las plantas que son invasoras, y también desplazan a las nativas haciendo sombra, tomando el espacio y evitando que las demás se reproduzcan, está el ojo de poeta, que viene colonizando de manera muy rápida el Oriente antioqueño y, especialmente, el corregimiento Santa Elena debido a que es una especie que, por su belleza, ha generado que las personas la siembren y pequen en el sentido de no entender los daños que pueden traer.
Por eso la recomendación a las personas que están sembrando mucho, es hacerlo de manera responsable identificando y buscando asesorías para darle prioridad a las plantas nativas que sí conservan el ecosistema natural de las regiones.
En el caso de la rana toro, con una gran presencia en algunos municipios del Suroeste antioqueño, se ha identificado debido a los estudios que ellas pueden transmitir un hongo que puede afectar a otros anfibios y por ende también puede afectar a las ranas nativas colombianas, pues pueden transmitir una enfermedad que antes no estaba en el ecosistema y que al llegar la especie toro, pues también llegó y se convirtió en transmisor del hongo que tienen.
Lo mismo pasa con el caracol gigante africano con el que se debe tener mucho cuidado al tocarlo porque puede transmitir parásitos y todo esto es lo que viene afectado, por ejemplo, la parte epidemiológica debido a las enfermedades que pueden transmitir, además, de la cadena alimenticia que los invasores llegan a integrar porque ellos también se convierten en presas de especies que no estaban acondicionadas para comerlas. Debido a su fácil adaptación, el caracol ahora está en muchos lugares no solo de Antioquia, sino también de Colombia.
Por eso es importante que, desde todos los frentes gubernamentales, académicos y autoridades ambientales se haga el mayor esfuerzo por el control de las especies invasoras.
Los temas abordados en el simposio, sirvieron para entender principalmente el tema de la ética y los conflictos que se tienen con respecto a, ¿por qué tratamos a un caracol diferente de un hipopótamo?, y el tema es, si se tienen animales que están haciendo daño a los ecosistemas, ¿por qué se tratan de diferente forma?, “en muchos casos porque sentimos empatía con los hipopótamos porque son más lindos que los caracoles y otras especies, lo más importante es entender que una cosa es proteger una especie y otra proteger todo el ecosistema como un todo que debe sobrevivir y estar bien”, agregó Rodríguez.
Por eso la prioridad es realizar un acompañamiento a las comunidades que conviven con las especies invasoras principalmente, capacitándolos y formándolos en los riesgos que se tienen con el crecimiento de las poblaciones invasoras. De cada 1.000 organismos introducidos a un nuevo medio ambiente, uno prospera, se reproduce, se propaga y causa serios daños, denominándose “especie invasora”.