La peligrosa expansión territorial y criminal que ha ganado el 'clan del Golfo' en Antioquia

La expansión criminal de las Autodefensas Gaitanistas de Colombia (Agc), llamadas por el Gobierno colombiano como ‘clan del Golfo’, cada vez es más palpable en el departamento de Antioquia.

Según datos de inteligencia, revelados a EL TIEMPO por el general (r) Luis Eduardo Martínez. secretario de Seguridad y Justicia de Antioquia, aunque no es el único actor armado con injerencia en el departamento, está en 109 de los 125 municipios de la geografía antioqueña, lo que representa el 87,2 por ciento del territorio.

Pasando por nombres como ‘los Úsuga’ y ‘los Urabeños’, esta organización que tenía su fortín en el Urabá antioqueño, de donde son oriundos sus fundadores, los hermanos Juan de Dios y Dairo Antonio Úsuga David, desde hace varios años comenzó una avanzada criminal que hoy los tiene como la organización con mayor presencia en Antioquia.

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“El 'clan del Golfo' hoy día hace presencia, de acuerdo con las informaciones de inteligencia, se tienen en 109 de los 125 municipios, presencia urbana y rural (...) hay una presencia de ellos para controlar el tema microtráfico y en esto, cuando ha encontrado oposición hay muertos”, dice el secretario.

La consolidación de este grupo, lo describe a la perfección la Fundación Paz y Reconciliación en el documentos ‘Presencia y accionar de grupos armados en Colombia 2024’ donde explica que trabaja bajo la figura de un holding criminal, cuya principal función es gestionar y coordinar las actividades de sus filiales, los grupos que patrocinan en los territorios.

“En el caso del ‘clan del Golfo’, esta organización ha consolidado su poder mediante la externalización de actividades delictivas (outsourcing) a grupos delincuenciales más pequeños y locales. Estos grupos realizan labores en función de los intereses del Clan, lo que les permite expandirse desde su fortín en el Bajo Cauca, Urabá Antioqueño y sur de Córdoba, hacia otras regiones del país”, dice el documento de la Fundación.

En información entregada a los diputados de Antioquia por el brigadier general Juan Carlos Fajardo González, comandante Séptima División del Ejército, este grupo tiene en sus filas a 1.022 hombres y está organizado en 13 estructuras que se encuentran bajo la sombrilla de los bloques Central Urabá, Roberto Vargas Gutiérrez y Jairo de Jesús Durango Restrepo.

Su principal renta criminal, aseguró el alto mando militar a los diputados, está en la extorsión, flagelo que afecta a más de 46 municipios de Antioquia, y donde los habitantes de Maceo, en el Magdalena Medio, son las principales víctimas. Su segunda economía ilegal es la minería, con más de 35 municipios afectados, siendo Caucasia, Bajo Cauca, el número uno.

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Al ser el principal actor armado con presencia en el territorio antioqueño, el ‘clan del Golfo’, en su afán de expansión para controlar corredores, tiene disparadas las muertes violentas en dos subregiones: Nordeste y Bajo Cauca, donde se ha encontrado con una fuerte resistencia de sus enemigos: disidencias Farc y Eln.

“Peleando todo lo que hay ahí, no solo las riquezas naturales, cuando hablamos del tema minero, el oro, sino también el tema de control territorial, porque ellos son narcotraficantes, entonces tienen cultivos, tienen laboratorios, tienen que asegurar las rutas por donde van a sacar el producido de la droga y eso es lo que se pelean ellos”, agregó el secretario Martínez.

Esa es la radiografía de las disputas en las áreas rurales de los municipios antioqueños, para el caso de los cascos urbanos, su confrontación para expandirse y tomar el control de las rentas criminales se da con bandas locales y organizaciones delincuenciales que han llegado desde el Valle de Aburrá, las mismas que hoy están conversando de paz con el Gobierno en la cárcel de Itagüí.

“Es que el tema es complejo, antes uno no veía el ‘clan del Golfo’ sino en Urabá y las organizaciones delincuenciales de Medellín, en Medellín, ahora el ‘clan del Golfo’ está en 109 de los 125 municipios, y las organizaciones delincuenciales se expandieron al territorio, entonces uno encuentra organizaciones de Medellín en el Oriente, en el Suroeste, en el Nordeste ¿controlando qué? el microtráfico”, acotó el general (r).

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Y agregó: “Entonces donde llega el ‘clan del Golfo’ y hay oposición, hay enfrentamientos y hay muertos y donde ya este grupo, digamos, que ha consolidado esas zonas para controlar ese negocio, pues están tranquilos, llevando a cabo su negocio”.

John Fernando Mesa, coordinador Redepaz Antioquia y consejero departamental de Paz, explica que esta expansión no es de ahora, es un fenómeno que viene desde hace por los menos seis años atrás y está sustentada en: minería ilegal, microtráfico y lugares estratégicos de guerra.

A este proceso le aporta el hecho de que las economías ilícitas están generando empleo en los territorios, sumado a la gobernanza criminal de los grupos ante la ausencia del Estado.

“Hemos visto como históricamente, independiente del lugar donde sea y el grupo que sea, el puesto de salud ¿quién lo maneja?, ¿quién construye las carreteras?, ¿quién mantiene la escuelita?, ¿quién le paga al maestro?, ¿quién conecta la energía?, aquí hay territorios donde todavía no tienen energía legal, entonces son estos actores armados los que electrifican las zonas”, dice el coordinador.

Un ejemplo claro de esta gobernanza que han asumido en los territorios a la vista de las autoridades, ocurrió el pasado mes de febrero cuando presuntos del grupo armado hicieron público un video donde, en límites de Cáceres y Caucasia, entregaron un centro de salud para la comunidad.

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Durante el evento, un ciudadano manifestó:” Es importante la obra que se está haciendo, la entrega el día de hoy, porque en todas la veredas y corregimientos vamos a tener un al puesto de salud, ya que es muy difícil para nosotros salir a conseguir un acetaminofén, o atender un paciente, un parto, un herido. Es muy importante”.

Esta práctica también la identifica la Fundación Paz y Reconciliación, relacionándola a cambios en el nivel local y regional. “Por una parte, se evidencia la reafirmación de una consolidación en zonas donde tienen un control hegemónico que les permite ejercer labores de gobernanza criminal, sustituyendo labores del Estado y proveyendo servicios básicos, es el caso de departamentos como Antioquia, Córdoba, Sucre y la subregión de los Montes de María”.

LAURA ROSA JIMÉNEZ VALENCIA

Periodista de Nación

Medellín