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Amenazan a quien denuncia casos de exceso de ruidos en Medellín
Universidad de Medellín ha recibido las quejas ciudadanas, nadie se atreve a ir más allá por miedo.
La mayoría de los controles se hacen los fines de semana. Foto: Jaiver Nieto
Los fines de semana para Luis Jaramillo* son un tormento. El ruido de conjuntos musicales y del movimiento de ollas y de personas hablando a alto volumen en un restaurante bar ubicado en la parte de atrás de su apartamento le arrebatan el sueño nocturno.
“El ruido es insoportable y eso que vivo en un quinto piso. Se llama a la policía pero nunca pasa nada”, comenta el hombre que vive en uno de los pocos edificios residenciales que están hoy en la concurrida avenida Jardín, uno de los sectores más comerciales de Laureles, en el Occidente de Medellín.
De acuerdo con las investigaciones y entrevistas que ha hecho la Clínica Jurídica de la Universidad de Medellín este es uno de los barrios de la ciudad que más sufre por el ruido, algo que creció y está más acentuado desde que arrancó la reapertura económica tras el confinamiento por la pandemia por el covid-19, en septiembre de 2020.
Según lo cuenta Erika Castro Buitrago, coordinadora de la Clínica Jurídica, las principales fuentes emisoras de ruido tras la reactivación económica en toda la ciudad son los establecimientos abiertos al público como bares, restaurantes, licoreras y hasta tiendas y graneros que de noche se vuelven bares.
“Hemos encontrado hasta locales de venta de ropa que en la noche se vuelven bares. Creo que como la idea de recuperar los ingresos por el tiempo perdido en la pandemia, hay muchas de estas actividades que se transforman y su principal externalidad es el ruido”, detalla Castro.
Las ventas ambulantes, el perifoneo y los cantantes que pasan de cuadra en cuadra también se han convertido en fuentes de ruido para muchos habitantes de la ciudad.
El perifoneo excesivo ha generado quejas entre los medellinenses. Foto:Esneyder Gutiérrez
Todas estas situaciones son generalizadas en varios sectores de Medellín pero a la abogada de la Universidad de Medellín le preocupa de manera especial el caso de Laureles que cuenta con una alta población de adultos mayores, muchos ellos residentes de casi toda la vida en ese sector.
“Laureles se volvió un sitio de rumba y de ruido impresionante y eso llegó acompañado de otros problemas como la ocupación del espacio público, como no ha zonas de parqueo reguladas, la gente mayor no tiene por dónde caminar”, comentó Castro, entre otras problemáticas del sector.
El sector de La Aguacatala, sobre todo en la glorieta, también hay problemática de ruido, principalmente en las noche y los fines de semana.
“La población que está a su alrededor es de la tercera edad, gente muy enferma y hay casos de adultos mayores de 80 años con enfermedades graves. Esas familias llevan años quejándose de la situación de ruido que generan esos bares”, señaló la abogada y docente de la U. de M.
Los bares ubicados en la glorieta de La Aguacatala han generado malestar en sus vecinos. Foto:Esneyder Gutiérrez
Sin embargo, la preocupación de esta Clínica va más allá porque no solo le llegan quejas y ya han analizado 101 casos pero no prosperan. La razón: a la gente la da miedo ir más allá porque ya se registran casos de amenazas por lo menos en 60 de las denuncias.
Así ha ocurrido de manera reiterativa en un sector del barrio Girardot en donde hay intimidaciones, hasta con sufragio, a residentes que se quejan por el ruido generado de bares que ya son sus vecinos.
“Todo el mundo se queja con nosotros y piden que hagan algo, les decimos que los ayudamos a hacer una petición, el proceso policivo o una acción de tutela. Todo el mundo se va. No hemos podido judicializar un solo caso, en todos hay amenazas”, afirma la abogada.
El tema es conocido no solo por esta Clínica y en la submesa de ruido que se creó en la ciudad sino también en una comisión accidental que analiza el tema desde el Concejo de Medellín.
Para el concejal Daniel Carvalho es una situación preocupante: “Sí sabemos de personas que les da miedo denunciar al vecino, al negocio, el bar o la discoteca vecina porque a veces llega a la amenaza con el agravante de que se pone una denuncia anónima pero a veces no llevan a nada. La policía va, le bajan el volumen un poquito y después lo suben”.
El ruido ahoga a muchos habitantes de la ciudad y las cifras de llamadas a la Línea 123 así lo muestran pues entre 1 de enero de 2020 y el 24 de agosto recibió 169.450 quejas, solo por perturbación a la tranquilidad por el alto volumen.
“Creo que vivimos en una cultura del ruido y por eso es difícil de cambiar eso. Creo que es una cultura que viene del egoísmo, no nos importa molestar al vecino siempre y cuando nosotros estemos bien y eso se refleja en esa cantidad de problemas que genera el ruido”, comenta Carvalho, quien agrega que muchas de las riñas de la ciudad se dan por esta situación.
La Alcaldía de Medellín hace control al ruido generado por las discotecas y bares. Foto:Esneyder Gutiérrez
¿Qué hacer frente a este panorama? Tanto la bogada como el concejal coinciden en que el tema no hace parte de la agenda y que no hay articulación entre los actores institucionales que tienen que ver según la particularidad de los casos como son la Policía y las secretarías de Medio Ambiente y Gobierno de la Alcaldía de Medellín.
“No hay modelo de gestión del ruido a cargo de la Secretaría de Medio Ambiente y no tiene presupuesto, no hay recursos para este indicador”, denunció Castro.
Los esfuerzos en la capital antioqueña se hacen a pesar de dicha desarticulación. La Alcaldía de Medellín hace controles de ruido a bares y discotecas en operativos selectivos y la Policía reacciona cada fin de semana a los constantes llamados por quejas de ruido y riñas, pero al parecer los resultados son insuficientes, según la Clínica Jurídica.
Pero en la ciudad también se hace control al ruido ambiental, como lo hace el Área Metropolitana del Valle de Aburrá que incluso tiene un mapa de ruido que se actualiza cada cuatro años y el más reciente se publicó en 2019.
Estos permiten conocer la problemática en la zona urbana y valorar el aporte de las diferentes fuentes de ruido ambiental como es el tráfico vehicular, la industria, sistema férreo (Metro, Cable, Tranvía y Metroplús) y aeropuerto para los periodos diurno y nocturno.
De acuerdo con este mapa, la comuna 10, que es donde está el centro de la ciudad es donde más ruido hay pero también en los sectores como en las afueras de la Universidad Nacional, el Oleoducto, Bomboná No.1, Bolivariana y la Estación Villa.
La entidad ambiental ya ha impuesto dos sanciones este año por ruido, aunque no especificó a qué empresa o actividad económica.
El tema es amplio y tiene muchas aristas, por ahora desde la Clínica Jurídica y desde el Concejo de Medellín se espera que la situación mejore y que en la ciudad el tema de ruido tome eco y que entre en la agenda diaria de los debates.
Como parte de las acciones pedagógicas de la Clínica Jurídica de la Universidad de Medellín realiza un curso virtual sobre el tema del ruido. Esta es abierta para todo el público por medio del canal de Youtube de la universidad y será hasta el 22 de noviembre.
Cada curso es los lunes de 6 a 8 de la noche o al martes si hay un lunes festivo.