¿Una vacuna contra la covid-19 hecha en el país?

En el pasado, Colombia tenía su propia producción de algunas de las vacunas que requería la población. Sin embargo, se cree que, por problemas económicos y políticos, esa producción fue cancelada.

Pero, ahora, con la emergencia sanitaria desatada por la pandemia, se revive la necesidad de que Colombia tenga de nuevo su propia producción de vacunas para suplir, al menos, las necesidades mínimas.

Dicha labor e idea viene siendo desarrollada desde el Gobierno Nacional junto a otras instituciones públicas y privadas con capacidad de hacer sus aportes para garantizar que la capacidad instalada de producción esté a punto para lograr esta producción local de vacunas.

De acuerdo con investigadores del Centro de la Ciencia y la Investigación Farmacéutica (Cecif) y el programa de Química Farmacéutica, ambos de la Universidad CES de Medellín, el país cuenta con laboratorios farmacéuticos (públicos y privados), centros de investigación, universidades y tecnología para producir su propia vacuna, mejorando la producción local y disminuyendo la dependencia a la importación de los fármacos de otras industrias.

Las universidades, por ejemplo, cuentan con personal humano capacitado de alto nivel, Doctores PHD en biología molecular, en inmunología y en trasformaciones genéticas.

“También contamos con unos laboratorios que ya tienen una ventaja, como es el caso del laboratorio que yo coordino en el CES y que tiene certificación en buenas prácticas. Eso nos permite adelantarnos en certificación, que pudieran demorar más los procesos. Pero, nuestro laboratorio está disponible desde ya y no solo el de nosotros, sino también los de otras universidades de la región y el país”, asegura Diego Rojas Vahos, director del Cecif y jefe del programa de Química Farmacéutica de la Universidad CES.

La propuesta para producir el biológico ‘made in Colombia’, gracias a la capacidad del sector público, privado y de la academia, la hicieron los gremios, la academia y entes gubernamentales de la Presidencia de la República y la Alcaldía Mayor de Bogotá.

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Aunque también desde el gremio académico destacan el trabajo del presidente de la asociación de programas de farmacias de la Universidad de Cartagena, el doctor Harold Gómez, una de las personas que viene liderando la iniciativa. Todo, con la intención de avanzar en la inmunización de la población.

Con los laboratorios certificados, para hacer control y calidad de productos farmacéuticos, el país podría ahorrar tiempo y dinero debido a que los mismos ya han sido aprobados por el Invima en Buenas Prácticas de Manufactura para biológicos y biotecnológicos para la planta o plantas de producción que se seleccionen en este proceso.

Actualmente, el país cuenta con toda la reglamentación y regulación (Ministerio de Salud, Invima ICA) y la experiencia en todas las fases de estudios. El Cecif, la Clínica CES y otras instituciones nacionales vienen ejecutan estudios clínicos en diferentes fases de moléculas conocidas o moléculas nuevas.

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Lo que hace falta, según la academia, sería comprar algunos equipos y construir una planta de fabricación y producción la cual debería ser levantada en el mismo lugar donde otrora existió el Instituto Nacional De Salud, en Bogotá.

Aunque advierten que sería costosa y que aún no se tiene un valor de la misma, pero tranquilamente podría superar los 25 millones de dólares.

Rojas Vahos explica que los laboratorios farmacéuticos de productos estériles y biológicos, públicos y privados; las universidades con programas de farmacia o de salud, con capacidad de producción de medicamentos; los laboratorios certificados para el control de calidad y ensayos clínicos aprobados y vigentes; clínicas y hospitales, con certificaciones para estudios clínicos, son los que pueden realizar los ensayos clínicos en las diferentes fases requeridas.

Igualmente, están los centros de investigación, los de desarrollos tecnológicos del sector farmacéutico, los gremios como Asinfar, Afidro, Ascolprofar y la ANDI; los gobiernos locales, regionales y el Gobierno Nacional harían parte de esta producción.

“La unión es lo difícil, por eso alguien tiene que liderar y en ese sentido es vital que el Instituto Nacional de Salud pudiera revivir su espacio y que el sector público, privado y academia, apoyaran con lo que ya tienen a acelerar ese proceso de producción de vacunas, ese es el lado bonito de la historia”, agrega el experto.

El lado complejo de la historia es que en el mundo, por la misma pandemia, hay un sinnúmero de dificultades para comprar suministros de materias primas debido al cierre de fronteras y la protección de los consumos internos.

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No obstante hay una buena noticia y fue la que celebraron quienes hacen parte de este proyecto. La noticia fueron las declaraciones del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, quien solicitó a los fabricantes de las vacunas contra el covid-19 en el mundo que liberen las patentes.

Noticia que beneficiaría a Colombia porque podría ahorrarse tiempo en el camino que, según los protocolos internacionales, normalmente sería de entre tres a cuatro años.

“Sin embargo, con los permisos que ha generado la emergencia sanitaria, los colombianos podríamos producir la vacuna contra la covid”, afirma Vahos.

ESNEYDER GUTIÉRREZ

PARA EL TIEMPO

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