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Exclusiva zona de El Poblado, ¿de 'zona rosa' a 'zona de tolerancia'?
En el Parque Lleras, de Medellín, es evidente la prostitución. Comerciantes piden intervención.
Aunque ha sido más notorio en el Lleras, otras zonas de El Poblado experimentan los efectos. Foto: Jaiver Nieto/ ETCE
Los tradicionales comerciantes de la exclusiva zona de rosa de El Poblado, en Medellín, lamentan que el sector se haya convertido en los últimos años en el epicentro de explotación sexual en la ciudad y que lo presenten como un atractivo tanto para visitantes nacionales como extranjeros.
Tras la pandemia, la situación es más evidente en el famoso Parque Lleras, la 10, Provenza, el Parque de El Poblado y hasta en el tramo conocido como Vía Primavera, donde en las calles mujeres, nacionales y extranjeras, esperan a los turistas, lo que permite que se camuflen también las redes de explotación sexual de menores.
Pese a que esta zona se encuentra por orden de la Alcaldía bajo toque de queda para menores desde el 2 de septiembre, entre las 7 de la noche y las 5 de la mañana, la situación parece no mejorar.
El pasado viernes se realizó una gran operación en el Parque Lleras y varias zonas cercanas, con personal de la Policía de Infancia y Adolescencia y funcionarios de la Personería y el ICBF, para identificar a menores de edad a los que se les estuvieran vulnerando sus derechos.
La patrulla de Policía recogió a unos menores que estaban en la zona incumpliendo la medida.
“Estaban vendiendo galletas con una niña y otra ciudadana venezolana estaba cantando. Ellos llegaron y le arrebataron a los niños de la mano y los trajeron para acá. Yo pienso que primero a los ciudadanos se les llama la atención, pero se los llevaron de una vez. Acá se llevan a los niños venezolanos y luego no dan razón. Ellos no tienen con quién dejarlos, no tienen plata para que se los cuiden”, le dijo a este medio Roquelina Pirela, quien trabaja en la zona desde hace tres años.
Seguridad en El Poblado, Medellín. Foto:Jaiver Nieto. EL TIEMPO
Comerciantes del sector aseguran que allí no solamente los niños, niñas y adolescentes están expuestos a la explotación sexual, sino a otras formas de explotación como la mendicidad, el trabajo ambulante, expender estupefacientes, además de otras actividades delictivas.
Esta fue una de las razones por las que el mismo gremio pidió una medida de toque de queda que ha tenido traspiés, pues el pasado 22 de septiembre, la Personería alertó que no se estaba cumpliendo y que existía el inminente riesgo de explotación sexual a menores.
En su momento, esta agencia del Ministerio Público indicó que el Observatorio de Turismo avistó a cerca de 30 menores incumpliendo la norma, de los que solo seis pudieron ser confirmados.
Ahora, los operativos se han vuelto más recurrentes, confirman los comerciantes de la zona, pero aclaran que no son constantes y que por ende, al día siguiente se presentan las mismas problemáticas.
“A diario la Policía de Infancia y Adolescencia, el personal de gestores territoriales de otras secretarías acompañan, hacen presencia allí. A la fecha se han restablecido 44 derechos de estos jóvenes, los comerciantes coadyuvan a esta medida”, dice José Gerardo Acevedo, secretario de Seguridad.
Prostitución en el parque Lleras, en El Poblado, Medellín. Foto:Jaiver Nieto. EL TIEMPO
La Secretaría de Inclusión Social realizó en septiembre 52 acciones contra la explotación sexual de niñas y adolescentes en la ciudad, pero no entregaron cifras de cuántas se realizaron en esta importante zona.
Acevedo agregó que la istración Municipal realiza otras acciones para regular las personas adultas que ejercen la prostitución. "Estamos generando esos espacios de poder capacitar, regular, algunas actividades que no son bien vistas en el sector”, dice.
El viernes, durante la operación de las autoridades, EL TIEMPO habló con una joven que ejercía la prostitución en el Parque Lleras, y narró que hay mucha competencia y mujeres venezolanas, pero también otras tantas que se han venido desde el municipio aledaño de Itagüí.
“No sé por qué están haciendo tantos operativos. Acá voy a justar un mes, pero vengo de manera esporádica y es primera vez que estoy en un lugar así. Por acá vienen de todo, no solo extranjeros”, dijo.
Comerciantes del sector hotelero comentan que los extranjeros que no vienen a la ciudad por turismo sexual, se sienten inseguros y perciben un mal ambiente después de entrada la noche.
“Yo cierro a las 12 de la noche el restaurante bar y tengo clientes que inmediatamente se entran. Yo ofrezco una calidad de hotel, pero cuando llega el visitante, se encuentra un contraste afuera”, manifestó el dueño de uno de ellos, que prefirió que su nombre y el de su negocio no fuera mencionado. El empresario agregó que mientras no existan oportunidades de empleo para estas personas, el fenómeno no se va a acabar.
Dentro de los mismos bares
En El Poblado habría cerca de 700 bares y gastrobares, según estima la Asociación de bares de Colombia (Asobares). Hasta el momento, no se ha comprobado que haya un establecimiento tipo prostíbulo de manera legal, pero comerciantes de la zona lamentan que algunos empresarios no solo permitan, sino que tengan convenios con mujeres dedicadas a la prostitución, para que ingresen a los establecimientos.
“Gran parte de los problemas que tenemos también se deben a malos empresarios, a malos comerciantes que están en varios sectores, gente que le juega sucio a la actividad y a la ciudad, les interesa que la prostitución esté en sus locales. Nada más hay que pasar por los locales para verlos lleno de 10 muchachas en la puerta y uno dice eso tiene que ser una práctica de prostitución velada”, manifestó Luis Guillermo Orjuela, director de la Corporación Zona Rosa.
Y agregó que lo que debería suceder es que la autoridad competente haga inspecciones en estos lugares y sean más estrictos.
La prostitución se comió a El Poblado
Juanita Cobollo, propietaria de un bar y de un restaurante de El Poblado y directora de la Corporación Provenza, narró que en sus propios negocios ha sido testigo de las mujeres que intentan ingresar para conseguir clientes, pero aclaró que se les niega la entrada. Esto ocurre en un sector reconocido por los restaurantes, en especial al aire libre, y donde se generan unos 3.000 empleos directos e indirectos. De hecho, tienen carnetizados a 30 venteros ambulantes.
Ahora, en palabras de Orjuela la prostitución “se comió a El Poblado”, debido a que cada vez abarca más zonas de esta comuna.
"Los mató contratar prepagos para que se pararan en una mesa a bailar, para traer clientes extranjeros y estos se dejan envolver en dos segundos”, opinó Cobollo.
Las propuestas
El problema es viejo pero ya se desbordó. Comerciantes de la zona advirtieron haber alzado su voz para pedir intervención en El Poblado desde hace más de 12 años, cuando el fenómeno parecía ser incipiente.
Orjuela pidió al Concejo de Medellín y la Alcaldía un debate sobre qué está pasando y para dónde va la ciudad, por el desarrollo económico de esta zona.
Y calificó como importante la medida del toque de queda, pero llamó la atención sobre su cumplimiento.
“Necesitamos que eso ahora se traduzca en una acción real, que lo hagan cumplir, porque de nada sirven las leyes sin un ejercicio de las autoridades para que se cumpla. Necesitamos sacar a los menores de edad porque prácticamente todo el sector se ha convertido en un mercado negro de explotación sexual”, dijo.
Cobollo, por su parte, explicó la propuesta central de los comerciantes.
“Acá necesitamos una zona de tolerancia, obviamente no puede ser El Poblado, porque es donde se está creando la economía, está manteniendo esta ciudad, por sus negocios. La gente invierte mucho, como para perderlo por temas de la prostitución. Es impresionante, es como estar parado en la Veracruz y nos duele”, lamentó.
Los líderes de ambas corporaciones insisten en que hacen falta campañas con los extranjeros, a quienes desde el aeropuerto les deberían entregar una especie de decálogo en el que se le prohíban tajantemente esas prácticas.
“Hacer un catálogo de las cosas, que se acaben esos tours de Pablo Escobar. Todo eso incita a la prostitución y a la venta de drogas”, dijo Cobollo.