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La familia recicladora que perdió el trabajo de 20 años tras voraz incendio en Medellín
Los daños en bodega de clasificación y aprovechamiento ascienden a más de 160 millones de pesos.
Bodega de reciclaje afectada por voraz incendio Foto: Cortesía
Una familia de Medellín que lleva más de 35 años dedicada al reciclaje y el aprovechamiento de residuos lo perdió todo esta semana tras un voraz incendio que quemó tres bodegas y un inquilinato del barrio Naranjal del occidente de la capital antioqueña.
Las llamas iniciaron en una fábrica de madera plástica en las primeras horas del pasado 17 de octubre y rápidamente se extendieron a un negocio de baterías y a la bodega de reciclaje de los Escobar Gil donde los daños ascienden a 160 millones de pesos.
A pesar de que no hubo pérdidas humanas y los empleados, como pudieron, lograron sacar el motocarro y el camión antes de que fuera demasiado tarde, la Estación de Clasificación y Aprovechamiento (ECA) que inició operaciones hace 24 años quedó totalmente destruida.
Techos, pisos, paredes, instalaciones eléctricas y otros implementos del lugar tendrán que ser construidos y reparados nuevamente para reiniciar operaciones y recibir a los más de 100 recicladores que dejan allí lo que encuentran en las calles para su embalaje y distribución.
'Volver a empezar de cero'
Bodega de reciclaje afectada por voraz incendio Foto:Cortesía
Doris Gil es líder ambiental y social de la comuna 11 y representante legal de Asemar, una organización con más de dos décadas de trayectoria de la que hacen parte 482 recicladores de Medellín. Su esposo, Julio César Escobar, es propietario de la bodega que se quemó y miembro fundador de la asociación.
"Nosotros somos chatarreros recicladores hace 35 años. Hemos vivido el reciclaje, hemos educado a nuestros hijos con el reciclaje, pero también hemos trabajado muy duro por impactar la calidad de vida de otras personas y creemos que, a pesar de todo, es una bendición que dentro de lo que pasó tan triste, pues no hayan pérdidas humanas", cuenta Gil con el desconsuelo de haber perdido tantos años de trabajo en un par de horas.
Por ahora, tratan como familia de recuperarse de la difícil situación. De la bodega ya sacaron 200 metros cúbicos de escombros —Emvarias cobra cada uno a 70.000 pesos— y la próxima semana empiezan a llegar la primeras cotizaciones para empezar a reparar la estación.
El Departamento istrativo de Gestión del Riesgo de Desastres (Dagrd) les puso unas condiciones para volver a habilitar la ECA y entre ellos está que el techo debe ser de estructura metálica. "Es volver a empezar de cero. Los gastos fijos siguen porque uno tiene 10 trabajadores con nómina semanal. Solo nos rebajaron un mes de arriendo. Hay que pagar servicios públicos", relata la mujer.
Bodega de reciclaje afectada por voraz incendio Foto:Cortesía
Ni el espacio ni la bodega contaban con seguro. Tampoco lo tenía la fábrica de madera donde inició la conflagración. Por eso, les toca asumir todo por su propia cuenta.
A eso se suma que los recicladores que dejaban allí lo recolectado en un día están teniendo que ir a las otras bodegas de la asociación para poder trabajar, lo que hace haya un riesgo de colapso por no poder evacuar todas las toneladas de reciclaje y se disminuyan sus ingresos.
"De verdad que ha sido supremamente difícil, nosotros éramos en esa impotencia. Cuando llegamos los trabajadores estaban abrazados todos llorando afuera y nos rodearon. Mi esposo era pálido pálido y todavía no ha podido reaccionar. Yo a raticos lloro y vuelvo y respiro y digo 'no, no puedo llorar, estamos bendecidos con mucha gente solidaria rodeándonos'".
Y es que, precisamente, desde diferentes sectores han apoyado a la familia Escobar Gil para enfrentar la difícil situación. El Grupo Familia, Enka de Colombia, Tetra Pack y Cartón Colombia están a la espera de evaluar los daños para mirar de que manera los pueden apoyar.
Dentro de la familia se evalúan otras acciones para aportar a la recuperación de la ECA. Una hija de los Escobar Gil —reconocida periodista de Medellín— está vendiendo sus entradas del concierto de Karol G y otra allegada contribuyó con los gastos mensuales de la casa para alivianar la situación.
Yo a raticos lloro y vuelvo y respiro y digo 'no, no puedo llorar, estamos bendecidos con mucha gente solidaria rodeándonos'
También se está buscando la manera de respaldar a 30 recicladores venezolanos que vivían en un inquilinato de Naranjal que resultó afectado con el incendio y que lo perdieron todo.
Porque desde Asemar, la organización a la que hace parte la bodega, trabajan por garantizar una buena calidad de vida a los recicladores a través de la tarifa de aprovechamiento, procesos de bancarización, apoyos en dotación y alimentos, bonos solidarios y formación con entidades como el Sena y otras universidad de la ciudad.
En la ECA que se quemó tras el incendio se pesa y clasifica el material reciclable para embalarlo y entregarlo a la industria de la economía circular. De archivo o periódicos puede salir pacas de 500 kilogramos y de PET o plástico entre los 100 y los 150 kilogramos.
"Realizamos pesaje, clasificación, embalaje para que ese material se le entregue la industria, en ese ciclo productivo, y en el concepto de economía circular vuelva a ser utilizado como materia prima para para volver a la industria y producir nuevos nuevos productos", explica Gil.
Quienes deseen aportar a la familia para la recuperación de la bodega, explicó Gil, lo pueden hacer a través de Asemar para que el proceso sea transparente. Incluso, allí mismo puede emitir un certificado de donación para quien lo necesite.