“Las universidades ya no son solo la parte docente, sino que tenemos que meternos en la innovación articulada con la sociedad”, dijo Jorge Julián Osorio, rector de la Universidad CES, durante la presentación de un simulador de rescate vehicular, un sensor de fuerza de mordida y de un instrumento quirúrgico para procedimiento endoscópico.
Los tres inventos fueron desarrollados en la institución y recibieron su respectiva patente de parte de la Superintendencia de Industria y Comercio.
Osorio agregó que las instituciones educativas de hoy están llamadas a adentrarse en el camino de la innovación. Desde su punto de vista, insistió, los centros universitarias no deben limitarse a impartir clases. Estas son las invenciones presentadas:
Simulador de rescate vehicular
Este invento surgió de una necesidad básica que tenía el CES al momento de enseñarles a los estudiantes del curso de atención prehospitalaria cómo deben proceder cuando alguien queda atrapado dentro de las latas de un carro luego de un accidente.
Para recrear un accidente, la universidad tenía que comprar carros siniestrados.
Esta acción, según cuenta María Eugenia Jaramillo, miembro del equipo que desarrolló la patente, generaba costos económicos y demoras.
“Teníamos que ir a las aseguradoras buscando carros. Todo dependía del tipo de choque: si era frontal, si era lateral. La acción de rescate es diferente dependiendo del impacto. A veces pasábamos meses buscando carros, lo que nos ocasionaba problemas para la enseñanza”, explicó Jaramillo.
La solución a esta problemática consistió en el desarrollo de una estructura rígida articulada. Esto se traduce en una armazón de metal de varias piezas que se ensamblan para recrear la forma de un carro siniestrado. Con ella se puede simular un accidente una y otra vez.
Jaramillo resaltó que la universidad se ha ahorrado así la compra de unos 78 carros. El avance mecánico costó 55 millones de pesos y ha beneficiado en su aprendizaje a unos 389 estudiantes.
El equipo investigador que perfeccionó esta estructura se tomó dos años (2012-2014) para poder ponerla en marcha.
Este invento toma relevancia en Medellín, teniendo en cuenta que es la ciudad con más accidentes de tránsito en el país, según datos de la Agencia Nacional de Seguridad Vial (ANSV).
Según dicha Agencia, solo en Medellín se presentaron 41.667 accidentes el año pasado. De esa cifra, 27.716 fueron choques y 3.450 atropellos.
Sensor de fuerza de mordida
Este sensor, a diferencia de los ya existentes, resalta por su pequeño tamaño. “Antes era un computador, un aparato muy grande. Este que desarrollamos es pequeño, ergonómico. Con él puedo medir la fuerza de la mordida en diferentes partes. La información que obtengo la puedo ver en el celular de manera inmediata”, explicó Samuel Roldán, miembro del equipo que trabajó en la innovación.
Estas personas, al comer principalmente alimentos blandos, no desarrollan la fuerza requerida en la mandíbula
Medir la fuerza de la mordida sirve para corregir problemas como desviaciones mandibulares, distonía muscular o bruxismo.
Los pacientes con estas patologías podrán beneficiarse con la nueva creación que, según tiene planeado la universidad, saldrá al mercado con un valor más asequible que los ya existentes.
En niños, con un diagnóstico adecuado, puede evitarse problemas de mala mordida.
Los padres podrán monitorear la mordida de sus hijos y enviar al odontólogo la información en tiempo real. El profesional, entonces, se encargará de corregir el mal con ejercicios.
La gran novedad es que los pacientes podrán medir su fuerza mandibular desde su casa. Los problemas en la mordida, según contó el médico, se han hecho mucho más frecuentes en los últimos años.
Uno de los desencadenantes de este mal es la alta contaminación, que conlleva a que las personas respiren de manera inadecuada; esto puede generar, a su vez, deformación de la mandíbula y de la cara.
Otro factor que viene causando problemas, según explicó el médico, es la dieta demasiado blanda que muchas personas llevan. “Estas personas, al comer principalmente alimentos blandos, no desarrollan la fuerza requerida en la mandíbula”, dijo el médico.
El costo para lograr la patente fue de unos 11o millones de pesos, según informó la universidad.
Instrumento quirúrgico para procedimiento endoscópico
En una encuesta hecha entre endoscopistas, se concluyó que el 89,1 por ciento de estos profesionales padecen de dolor muscular esquelético en al menos una localización anatómica. Este dolor se explica debido a sus largas jornadas laborales y a la utilización de los dispositivos endoscópicos, que exigen ciertos movimientos en ambas manos.
Por ello, la Universidad CES y la EIA trabajaron conjuntamente para hacer un nuevo desarrollo que consiste en un mango rotador ergonómico que permite a los médicos utilizar el aparato con una sola mano.
El instrumento quirúrgico comprende un mango de agarre ergonómico configurado para orientar la mano del cirujano en una posición frontal
De esta manera describió la universidad este adelanto médico: “El instrumento quirúrgico comprende un mango de agarre ergonómico configurado para orientar la mano del cirujano en una posición frontal, un mecanismo de accionamiento activado por un dedo y apoyado en el mango”.
Con estos tres nuevos inventos, la universidad llega a nueve patentes. Aun así, el rector reconoció que es todavía muy poco con relación a lo que se hace en otros países en temas de patentes.
EL TIEMPO
MEDELLÍN