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El debate en torno al polémico cerramiento de la Plaza Botero de Medellín
Alcaldía dice que población vulnerable no está afectada. Hay quejas por restricciones en ingreso.
Así es el cerramiento de la Plaza Botero. Foto: Jaiver Nieto / EL TIEMPO
Una muralla de vallas rodea la icónica Plaza Botero en Medellín. Hacen parte de una estrategia de la Alcaldía para ‘recuperar’ la seguridad de uno de los principales sitios turísticos de Medellín y patrimonio que entregó al centro de la ciudad el maestro Fernando Botero en 2002.
Para ingresar, vendedores, fotógrafos, guías, turistas, trabajadoras sexuales, funcionarios, policías y ciudadanos, en general, deben pasar por cuatro improvisados puntos de entrada que, según el alcalde Daniel Quintero, en el futuro serán arcos tecnológicos que permitirán detectar cualquier tipo de elemento sospechoso.
El cerramiento de la Plaza Botero—que en los próximos días ajustará un mes— se ha convertido en un nuevo tema de discusión entre la istración de Quintero, que dice que se trata un ‘abrazo’ al abandono del sector, pero algunas organizaciones sociales y culturales argumentan que es el primer paso para la privatización del espacio público.
En términos generales, la Plaza está más vacía que semanas atrás cuando aún se permitía atravesar el sector desde cualquier punto.
Ahora, como toca caminar hasta los ingresos, los transeúntes optan por tomar otro camino y el espacio es copado, en mayor medida, por los turistas que buscan sacarse la mejor foto con alguna de las 23 esculturas que donó Botero hace 22 años.
Así es el cerramiento de la Plaza Botero. Foto:Jaiver Nieto / EL TIEMPO
¿Quién entra?
En las entradas miran cómo estás vestida y preguntan qué vas a hacer. Es discriminatorio la forma en que abordan para poder ingresar
La alcaldía de Medellín asegura que el protocolo de ingreso utilizado por la Policía Metropolitana del Valle de Aburrá es similar al que se aplica en los eventos públicos o el transporte masivo: están prohibidos los puñales, las armas de cualquier tipo y el ingreso de personas en estado de embriaguez o bajo el efecto de las drogas.
Pero la realidad que denuncian quienes han habitado la Plaza históricamente es otra. Valery Parra, trabajadora sexual de la zona, aseguró que no a todas las personas las dejan ingresar libremente.
“En las entradas miran cómo estás vestida y preguntan qué vas a hacer. Es discriminatorio la forma en que abordan para poder ingresar y si ya estás identificada como trabajadora sexual no te dejan entrar, si te dejan, te sacan a los 10 o 15 minutos”, comentó la mujer.
La corporación Putamente Poderosas alertó que a las trabajadoras sexuales no se les está garantizando el derecho al trabajo.
“No están comiendo, no están pudiendo pagar los inquilinatos, no pueden llevar a sus niños y niñas a los colegios. Vulneran garantías básicas de sus vidas”, aseguró Laura Figueroa, especialista en incidencia directa de la corporación.
Comenzó hoy en la Plaza Botero de Medellín, una intervención en las 23 obras del maestro Fernando Botero. Un proceso de limpieza y protección con cera para evitar el deterioro por los efectos del clima Foto:Jaiver Nieto / EL TIEMPO
Las constantes quejas por la situación de seguridad en la Plaza, los malos olores y la ocupación del espacio público por parte de los habitantes de calle fueron las razones que encontró la alcaldía para adelantar lo que en su momento se definió como ‘plan de choque’ y que, según Quintero, también se extenderá a sectores como el parque Lleras, en El Poblado.
En un recorrido que realizó EL TIEMPO a finales de enero, se pudo comprobar que los patrullajes de la Policía Nacional eran esporádicos y momentáneos, no duraban más de 15 minutos en periodos de una a dos horas y se enfocaban en supervisar a los vendedores ambulantes.
Alejandra Vargas, una de las artesanas que lleva trabajando en la Plaza por más de 10 años, comentó en su momento que: “A pesar de que ha reducido, todavía necesitamos más acompañamiento por parte de la alcaldía con respecto a los habitantes de calle, que ya que se han apropiado también de la zona y esto hace de que se vuelva algo antihigiénico”.
Hoy los habitantes de calle ya no están en ningún espacio en la Plaza, no se les permite entrar, pero continúan ocupando otras calles y plazas del centro de Medellín, porque a la problemática no se le ha dado una solución de fondo.
“Las personas que residen en la calle no necesitan una valla para sentirse excluidos, existen barreras invisibles. La ciudad es un producto para extranjeros y no para los que residen y sobreviven en y de la calle (...) La istración menciona que el cierre se hace para recuperar el espacio por y para los medellinenses, sin embargo, no se da cuenta que la medida excluye a personas que también son ciudadanos”, afirmó la organización Everyday Homeless, que trabaja con habitantes de calle, en un comunicado que se leyó hace una semana durante una protesta en la Plaza.
Opiniones divididas
Los robos y la inseguridad de la zona también era otra de las quejas. De ahí que la alcaldía de Medellín justifique su medida en que, desde que se inició la intervención, no se ha presentado ningún delito de alto impacto, como los hurtos, en la Plaza Botero.
“Están siendo desplazadas las trabajadoras sexuales, los vendedores informales, las 'tinteras', porque según la istración, somos nosotros, nosotras y nosotres los responsables de la inseguridad cuando nosotros también hemos sido víctimas de ella”, agregó Parra.
Las opiniones entre quienes trabajan en la zona están divididas, pero encuentran puntos en común.
Alberto Ávila, representante legal de la Asociación de Trabajadores Informales de la Plaza Botero, apuntó que para ellos y para el turismo se ha generado mucha tranquilidad.
“Las agencias de tours comparan cuando venían antes, a la actualidad. En otros sitios les decían que no vinieran a la Plaza Botero por el tema de seguridad. El encierro estuvo excelente”, aseguró Ávila, quien lleva más de 20 años trabajando allí y está regulado por la subsecretaría de Espacio Público.
Comenzó hoy en la Plaza Botero de Medellín, una intervención en las 23 obras del maestro Fernando Botero. Un proceso de limpieza y protección con cera para evitar el deterioro por los efectos del clima Foto:Jaiver Nieto / EL TIEMPO
El empobrecimiento de la población ha hecho que más personas busquen su sustento en la Plaza
Eso sí, el líder reconoció que la istración no tuvo en cuenta a los demás trabajadores de la Plaza, como las ‘tinteras’ ni al Museo de Antioquia para revisar si era necesario un cierre total o si se requería una intervención en puntos específicos.
La Corporación Cívica Centro de Medellín, por su parte, celebró en su momento la intervención anunciada por Quintero y pidió que las asociaciones formales, comerciantes y empresariado, en general, fueran parte de las decisiones. Además, solicitó enfocar las medidas en otros sectores de La Candelaria, como la calle del Bronx.
Mientras que las organizaciones culturales han sido enfáticas en la necesidad de levantar el cerramiento y permitir el libre a la ciudadanía. El propio maestro Botero envió una carta al alcalde Quintero en la que aseguró que su voluntad siempre fue que este espacio fuera para toda la ciudadanía.
"Cualquier tipo de intervención debe contar con el Museo, tanto en la conservación como en las decisiones en torno al espacio público. La Plaza es un espacio artístico del Museo de Antioquia y de Medellín, así se concibió y bajo ese concepto hice la donación. Que la ciudad transite libremente, así debe de estar", afirmó el pintor y escultor de 90 años.
En diálogo con EL TIEMPO, María del Rosario Escobar, directora general del Museo de Antioquia, reconoció las problemáticas que han afectado la Plaza Botero desde hace varios años.
“La Plaza ha tenido problemas grandes de seguridad, agravados después de la pandemia, también de espacio público, el cuidado de las zonas verdes y mobiliario urbano, eso es una realidad. El empobrecimiento de la población ha hecho que más personas busquen su sustento en la Plaza”, expresó Escobar.
'No se han visto afectados'
Por eso, la directora Escobar aseguró que un problema tan complejo “necesita soluciones que atiendan el mismo grado de complejidad” y planteó la necesidad de adelantar un trabajo integral que se enfoque en la dignificación del trabajo sexual, la cultura ciudadana, el uso del espacio público, la restauración de las esculturas, el trabajo con las personas en situación de calle y la concertación con muchos sectores poblacionales.
“La Plaza es una muestra de las necesidades de inequidad que tiene Medellín y el trabajo que se tiene que hacer sobre ello. La Alcaldía nos ha dicho que quieren abrir una mesa de trabajo, celebramos eso, pero esperamos que todos los sectores puedan participar en la toma de decisiones”, puntualizó Escobar.
En respuesta a un requerimiento enviado por este diario, la alcaldía de Medellín reiteró que la intervención no es un cerramiento de la Plaza Botero.
“Se trata de una estrategia en la que se regula el tránsito para protección de los visitantes y prevención del delito. La circulación es libre, bajo la premisa de cumplir las condiciones previstas en el Código Nacional de Seguridad y Convivencia Ciudadana”.
Y asegura que la población vulnerable “no se ha visto afectada por ninguna forma, pero ahora cuenta con oferta llevada por las diferentes secretarías hasta la zona de influencia”. El alcalde Quintero fue enfático en afirmar que dicha intervención será permanente.