“¿En qué molesta que dos personas se sienten en el Parque del Poblado a tomarse media de aguardiente? Con la carencia de policías que hay para hacerle frente a la inseguridad, ¿vamos a poner a 30 uniformados del Esmad a vigilar a 20 mechudos reunidos para discutir el Código de Policía en un ‘concervezatorio’? No. Ellos no son los criminales”.
Estos fueron algunos de los cuestionamientos del concejal de Medellín, Daniel Carvalho, que dio como antesala del debate sobre la efectividad de la implementación del Código de Policía en el Parque de El Poblado, representativo lugar de encuentro, en el que se suele consumir licor en espacio público.
Allí, precisamente, ciudadanos celebraron la
decisión de la Corte Constitucional de tumbar dos normas del Código de Policía (el artículo 33 y el 140) que prohibían consumir bebidas alcohólicas y sustancias sicoactivas en el espacio público y en parques.
De acuerdo con el corporado, desde la implementación de las mencionadas normas, los indicadores de violencia han incrementado lo que para él, es una muestra de que la prohibición no mejoró la convivencia en este sector.

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Basado en cifras de la secretaría de Seguridad de Medellín, Carvalho mostró que las riñas en El Poblado pasaron de 1.120 en 2016 (antes del Código de Policía) a 1.458 el año pasado. Tomando únicamente el parque, la cifra aumentó de 42 a 109 en ese mismo periodo de tiempo.
En lo referente a hurtos, este delito pasó en el Parque de El Poblado de 70 a 125 casos, entre 2016 y 2018, y en toda la comuna el registro fue de 1.314 frente a 2.480 en ese lapso.
“Todos los indicadores de seguridad y convivencia han empeorado desde que está en vigencia el Código de Policía y es algo obvio porque vaciar un espacio público de sus habitantes tradicionales lo que hace es volver estos lugares más inseguros. Hoy en día, el Parque de El Poblado es un lugar inhóspito, desierto y que genera miedo”, opinó el concejal.
Por eso, para él, tras el fallo de la Corte Constitucional, es imperativo que la vida nocturna regrese a este y otros lugares públicos tradicionales como el parque del Periodista, Carlos E Restrepo y la Villa de Aburrá, donde por décadas las personas se han reunido a departir alrededor de una cerveza.
Aseguró que quienes se pronuncian en contra de las Cortes no se han tomado el trabajo de leer el comunicado, pues este estipula que las autoridades pueden seguir determinando en cuáles espacios sí y en cuáles no se puede consumir.
Agregó Carvalho, que también se ha presentado manipulación bajo la batuta de los derechos de los niños para criticar la decisión de la Corte.
“Aquí están caricaturizando en que habrá un marihuanero parado en la entrada de cada colegio y la cosa no es así. Hay que establecer una serie de acuerdos locales en función de cada lugar. Por ejemplo, ¿qué va a estar haciendo un niño en este lugar a las 10 u 11 de la noche?”, cuestionó el corporado.
Por su parte, la Policía Metropolitana del Valle de Aburrá (Meval) defendió su accionar y aseguró que los niveles de violencia sí han mejorado y que la comunidad del sector se ha visto beneficiada.
La subintendente Tatiana Acevedo, asesora jurídica de la Meval, aseguró que como no se conoce la sentencia de la Corte sobre tumbar la prohibición de consumo de licor y drogas en espacio público seguirán aplicando los artículos del Código de Policía. Otros voceros de la Meval aseguraron que la comunidad sí ha agradecido la presencia y el control que se ha hecho en la zona, especialmente en temas de ruido.
Con la decisión de la Corte, opositores están caricaturizando en que habrá un marihuanero parado en la entrada de cada colegio y la cosa no es así
“Este año, a la fecha, se han impuesto 97 comparendos por consumo de licor y 28 por uso de sustancias sicoactivas. En la misma fecha, el año pasado iban 65 por licor y 33 por estupefacientes. Pero sí le puedo asegurar que las llamadas para reportar riñas se han reducido considerablemente”, expresó el capitán Jorge Rubio, comandante de Policía de El Poblado.
Unas cifras que completó el concejal Jesús Aníbal Echeverri, quien en su exposición informó que entre 2017 y 2018 los comparendos incrementaron un 300 por ciento.
De acuerdo con el concejal, en 2017 se impusieron 15.431 multas por Código de Policía en la ciudad, de las cuales, en El Poblado, 592 fueron por consumo de bebidas alcohólicas y sustancias sicoactivas, 69 por irrespeto a la autoridad, 197 por porte de sustancias prohibidas en espacio público y 43 por temas referentes a riñas.
Entre tanto, el año pasado impusieron 47.764 comparendos, de los que, en El Poblado, 1.469 fueron por consumo de bebidas alcohólicas y sustancias sicoactivas en espacio público, 216 por irrespeto a la autoridad, 556 por porte de sustancias prohibidas en espacio público y 177 por riñas.
“Solo en el Parque de El Poblado, el año pasado hubo 102 comparendos por consumo de bebidas alcohólicas y sustancias sicoactivas en espacio público y 27 por porte de dichas sustancias. Lo que yo veo aquí es que el Código de Policía choca con lo social y con lo que está definido en el Plan de Ordenamiento Territorial (POT), ya que los más afectados han sido los establecimientos comerciales, con el cierre de 25 de estos, muchos de manera definitiva”, expresó Echeverri.
A manera de conclusión, los concejales preguntaron: “¿De qué nos sirve una norma que está empeorando los indicadores?”.
Es por eso que acordaron proponer un plan piloto de tres meses para devolverle la vida nocturna al parque de El Poblado, mediante una estrategia enfocada en lo comunicativo y pedagógico con cuatro mensajes: autocontrol y autocuidado, consumo responsable y respeto por el otro, cuidado y protección del espacio público y que sea un espacio ‘cero basuras’.
“La estrategia debe tener una medición del impacto que esta genere. En lo cuantitativo, midiendo cambios en variables de seguridad y convivencia; y en lo cualitativo analizando la percepción de los ciudadanos, comerciantes, alcaldía y policías del cuadrante”, precisó Carvalho.
La propuesta irá como Proyecto de Acuerdo este año, para que en caso de ser aprobado, se celebre cada marzo, mes de la fundación histórica de la ciudad.
DAVID ALEJANDRO MERCADO PÉREZ
Redactor de EL TIEMPO