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‘Me libré de la muerte porque me hice vacunar las dos veces’
Saturio Tabares, de 71 años de edad, sobrevivió tras luchar 20 días en una UCI de Medellín.
En Medellín, en el mes de julio, de 775 personas que ingresaron a una UCI, solo 40 personas ya contaban con su esquema completo de vacunación, es decir con las dos dosis y 9 de ellos con dosis única. Foto: Jaiver Nieto Álvarez / ETCE
Para médicos, enfermeras y hasta su propia familia es inverosímil verlo hoy caminando, vestido, comiendo y, aparentemente, sin secuelas del covid-19 que lo internó 20 días en una unidad de cuidados intensivos de la Clínica León XIII, en Medellín.
El 3 de julio hubiese completado dos meses de haberse aplicado la segunda dosis contra el virus, pero no cumplió el plazo. El 2 de ese mes se enfermó y desde allí comenzó una seguidilla de días difíciles de los que hoy hay un recuerdo de esperanza.
El 5 fue remitido desde Abejorral, Antioquia, hasta la capital, donde tuvo que ser atendido de urgencia.
“Los médicos decían que eso era un milagro. Yo no tuve que ir a hospitalización ni nada, sino que de la UCI salí derecho. Con tantas complicaciones que tenía, eso era un milagro. Cuando me iban a dar salida me decían: ¿usted ya se va para la casa? Como estaba de mal... Todas esas enfermeras tan formales, tan queridas. Allá conseguí hasta novia”, cuenta jocosamente Saturio de Jesús Tabares Santa, de 71 años de edad.
Por sus afecciones del corazón y por ser prácticamente un expediente de salud andante, que contiene enfermedades como el cáncer y una larga lista de hospitalizaciones, era considerado un “paciente con alto riesgo de complicaciones y muerte asociada”, sentencia que le pusieron en aquel documento y que contrarió cuando pudo salir de allí caminando.
¿Tengo covid?
Cuando llegaron los síntomas, para Tabares no era claro qué tenía. No tuvo fiebre ni perdió el olfato o el gusto, signos que pueden ser los más conocidos, pero la pesadez de su cuerpo lo obligó a consultar en el hospital de su natal Abejorral.
“Sentí como un desaliento, como un sofoco y me llevaron allá y me tomaron la saturación y me daba 82; luego, 80. Entonces me decían que si no subía a 88, no me podía ir para la casa”, cuenta.
Del centro médico logró salir al otro día, pero fue peor. “Me acosté a dormir esa noche, cuando de un momento a otro resulté en el baño y me caí. Reventé el baño y no era capaz de pararme, entonces mi señora tuvo que llamar a la hija para que me parara de ahí. Me llevaron al hospital y de una la doctora Tamara dijo que me tenían que remitir, pero que no había para dónde”, recuerda.
Pero sobre la medianoche le informaron que sería remitido a Medellín, a una unidad de cuidados especiales (UCE), por lo que necesitaba una compañía permanente. A Medellín y en ambulancia, llegó a las 5 de la mañana, pero, recuerda, escuchó unas palabras que lo hicieron pensar en que no saldría del lugar.
“Una enfermera o no sé quién le dijo 'despídase de su papá ya, porque usted no lo vuelve a ver'. Yo me puse a llorar y Astrid (su segunda hija mayor) también se quedó llorando. Entré y me pusieron oxígeno. Me imaginé que yo me iba a morir. ¿Qué más va a pensar uno?”, narra el hombre.
Agrega que sus complicaciones son bastantes, teniendo en cuenta que es enfermo y operado del corazón hace 28 años, con marcapasos desde hace 14 y con episodio de cáncer del que se recuperó tras 37 radioterapias.
No fue hasta estar más recuperado que descubrió que lo que tenía era covid. “Él le preguntó a la enfermera: 'oiga, ¿qué se hizo la señora que había allí?', y le dijo: 'es que ella ya salió de aquí, porque los que están aquí con covid ya se recuperan a hospitalización'. Entonces él le dijo: '¿es que yo tenía covid?' ”, agregó la esposa, Gloria Palacio.
Pero saber el origen de su entrada al hospital lo agravó y lo desorientó, y esa fue la noche que más mal pasó, la tercera en dicha UCI.
Así solían ser las videollamadas con su familia Foto:Cortesía
Al recordar los primeros días de junio, su familia cuenta que la primera semana en la UCI fue la más dura. Tabares cuenta que, entre su consciencia e inconsciencia de lo que estaba sucediendo, recuerda escuchar que se estaba yendo.
Su esposa cuenta que, muy tarde en la noche, fueron alertados de la gravedad de su situación, momento en el que les consultaron si autorizaban su intubación.
“Timbró el teléfono y Astrid contestó y decía: 'ay, doctor, ¿cómo así? ¿Y qué se puede hacer por él?', le decía, '¿él está consciente?'. Y le dijo que sí, pero que estaba sedado para que no se moviera, que estaba muy mal y que lo iban a tener que intubar”, cuenta Palacio. Pero luego de hablar en familia, le rogaron a los profesionales que agotaran todas las posibilidades antes de recurrir a esta.
Y es que, en el pasado, Saturio ya había comentado a su familia su voluntad de no dejarse intubar si así lo requiriera, por lo que su esposa se negó.
El hombre cuenta que en la misma noche le consultaron a él mismo. “Yo había escuchado que de 10 que intubaban, se escaparían uno o dos. Y yo pensé que no. En sí, no me di cuenta cuándo dije que no. Al otro día ya comencé a animarme, a mejorar y me fue muy bien, gracias a Dios. A la tercera semana ya me dieron de alta. Yo vivo muy agradecido porque mi Diosito me dio otra oportunidad de vivir”, dijo.
‘Me salvé por la vacuna’
Aunque Saturio de Jesús Tabares pasó 20 días en una UCI, ahora parece no tener secuelas. Foto:Archivo particular
Tabares fue una de las 775 personas que en el mes de julio, en Medellín, ingresaron a una UCI. De esa cifra, solo 40 personas, como él, ya contaban con su esquema completo de vacunación, es decir, las dos dosis; además de que 9 más tenían dosis única, según cifras de la Secretaría de Salud.
Según el Sistema de Emergencias Médicas-SEM, en la red hospitalaria de Medellín, en los 30 días de julio, de las 775 personas que ingresaron, el 80,3 por ciento (622 personas) corresponde a mayores de 39 años, de los cuales el 85,5 por ciento no estaba vacunado.
En promedio ingresaron 20 personas mayores de 39 años a UCI por día, de las cuales aproximadamente 17 no han iniciado su esquema de vacunación contra el covid (no tienen ni una dosis). En el rango de edad de Tabares –es decir, de los 70 a los 79 años– ingresaron 91 personas no vacunadas, ocho con una dosis y 17 con las dosis completas en el mes de julio, según esta dependencia de la Alcaldía.
En el caso particular de este sobreviviente, comentó que siempre tuvo fe en la vacuna y asegura que fue su carta de salvación.
“A mí no me dio ni miedo ni reprochaba por ponerme la vacuna. Antes yo le digo a la gente que se deben poner la vacuna porque sí es una cosa muy conveniente. Creo que me libré de la muerte porque me hice vacunar las dos veces. O recibí la enfermedad más suave. Si no hubiera tenido las vacunas, hasta me hubiera muerto”, sentenció.
Aunque este lunes tendrá su revisión del covid, está convencido de que superó la enfermedad gracias a que tuvo fe y una actitud positiva para su recuperación, luego de que en las visitas y videollamadas de su familia le recordaran todo lo que aún tenía por vivir. “Mi sueño ha sido volar y por eso vamos a ir a San Andrés”, concluyó.