Colombia está bajo la “estrecha vigilancia” de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) y del Programa Mundial de Alimentos (PMA), entidades de la Organización de Naciones Unidas (ONU), por los eventuales efectos del fenómeno de El Niño, en especial, en temas relacionados con el hambre.
Las mencionadas oficinas de la
ONU advirtieron acerca del impacto que traerá el fenómeno de
El Niño en la producción agrícola
en el mundo, que perjudicará principalmente a América Central.
Según Caracol radio, en su análisis, la FAO y el PMA señalan que los pronósticos de altas probabilidades de lluvias y las temperaturas por encima del promedio causarán problemas en la producción de alimentos, aumentando su precio y golpeando especialmente a El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua.
Colombia es uno de los ‘focos críticos’, pero el país está bajo la “estrecha vigilancia” de ambas oficinas de Naciones Unidas teniendo en cuenta que, al cierre del 2022, el 30 por ciento de la población nacional (15,5 millones de colombianos) enfrentó “altos niveles de inseguridad alimentaria aguda”.
A lo anterior se suma que 1,3 millones de migrantes en el país, el 52 por ciento de la población migrante que vive en el país, también sufrió altos niveles de inseguridad alimentaria entre junio y agosto del 2022.
Para Naciones Unidas es bastante “probable que las condiciones secas en este período afecten la cosecha principal de maíz en etapas críticas para el rendimiento de los cultivos, con efectos adversos en la producción”.
La sequía persista durante el período de agosto a octubre, lo que posiblemente también afecte la cosecha principal de frijol.
Adicionalmente, indica que lo que se espera es que “la sequía persista durante el período de agosto a octubre, lo que posiblemente también afecte la cosecha principal de frijol”.
El estudio de las dos entidades concluyó además que "la caída en las cosechas de granos básicos en 2023 podría reducir las reservas de alimentos para el consumo y la venta, aumentando la dependencia del mercado de 1,9 millones de pequeños agricultores en Centroamérica, después de que ya se han visto comprometidos por los efectos de la pandemia del Covid-19 y la guerra en Ucrania”.
El informe de las dos oficinas de la ONU indica "los probables desafíos económicos continuos, la alta inflación y los posibles impactos adversos de las condiciones climáticas secas de junio a noviembre, así como el conflicto requieren un estrecho seguimiento de la situación”.
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