Un gobernador indígena del pueblo Awá estuvo muy cerca de morir al pisar involuntariamente una mina antipersonal, de no ser por la oportuna ayuda que recibió de algunos de su etnia que lo salvaron en la zona rural del municipio de Tumaco, Nariño. Pero su condición médica es de pronóstico reservado.
Alberto García Pai, de 42 años, quien se desempeña como gobernador suplente de la comunidad Guiza Sábalo perteneciente al resguardo indígena el Gran Sábalo, se dirigía hacia su vivienda el pasado jueves 18 de mayo.
Cuando llegaba al kilómetro 84 de la vía que de Tumaco conduce a Pasto, pisó el artefacto. Como pudo, lo primero que hizo fue gritar un auxilio, en medio del gran dolor que sentía en su cuerpo.
Eran las 2:00 de la tarde cuando se registró este lamentable hecho.
Por fortuna a los pocos minutos llegaron algunos indígenas que le prestaron el apoyo inmediato y lo trasladaron hasta el Hospital San Andrés de Tumaco, donde recibió la asistencia médica primaria.
Lamentablemente y a pesar del esfuerzo de los médicos y enfermeras que lo atendieron, la mina antipersonal afectó gran parte de su pierna izquierda y existe riesgo de pérdoda de esa extremidad.
Sus seres queridos, en medio del dolor y la rabia, aseguran que no solamente es el perjuicio físico que sufrió “además generó daños psicológicos a él y a su familia”.
Según la Unidad Indígena del Pueblo Awá, Unipa, “este accidente también genera un daño a la gobernabilidad del territorio colectivo, ya que afecta a un líder y autoridad de su resguardo”.
La misma organización informó que en lo que va corrido del presente año ya ha denunciado ante las autoridades competentes el registro de seis indígenas víctimas por minas antipersonal en su territorio, uno de ellos falleció y los restantes sufrieron heridas en distintas partes del cuerpo.
Sin embargo, la Secretaría de Gobierno de Nariño maneja otras cifras, advierte que en el 2023 son ocho los indígenas afectados, de los cuales cinco son hombres y tres mujeres.
De acuerdo con la misma dependencia, los muertos son dos, casos que sucedieron en Tumaco.
En febrero pasado Dos indígenas, uno de ellos menor, del pueblo indígena awá resultaron heridos por una mina antipersona en una zona rural de Tumaco, .
Es por eso que la organización indígena insistió una vez ante las autoridades y organismos de seguridad que “la instalación de minas antipersonal se ha convertido en un flagelo constante y un peligro de muerte para cualquier persona que camina por la selva”.
Por el temor que corren sus vidas no se atreven a asegurar quiénes son los que instalan esos peligros elementos en sus resguardos, pero creen que se trata de los grupos armados ilegales que luchan por el dominio territorial para establecer las rutas del narcotráfico.
“Este desequilibrio en el territorio afecta nuestras formas propias de vida, la armonía y la tranquilidad de las comunidades”, reveló.
Una vez más la Unipa le insistió al Gobierno Nacional que lleve a cabo con carácter urgente un plan de desminado humanitario enfocado en los resguardos del pueblo Awá, mediante el cual se pueda localizar y desactivar esos artefactos.
Igualmente a la Oficina del Alto Comisionado para la Paz, Gobernación de Nariño y Alcaldías de Tumaco y Barbacoas le piden articular estrategias de atención humanitaria para las víctimas de minas antipersonal.
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