Estudiante creó innovadores ladrillos a base de plástico

Hace cerca de un año, Laura Alexandra Vallejo Navarro, una estudiante de Arquitectura de la Universidad Nacional sede Manizales se inspiró en otros jóvenes colombianos que creaban diversos elementos a partir de desechables para inventar un bloque con el que se pudiera ahorrar y reciclar al mismo tiempo.

Esta no es la primera vez que en el país se innova con este tipo de iniciativas, sin embargo, cada vez son más los que buscan fabricar estos elementos de una forma más amigable con el medio ambiente, como es el caso del bloque fabricado por la estudiante Vallejo.

“Los ladrillos convencionales pasan por el horno, entonces producen dióxido de carbono (CO2). Lo mismo pasa con los plásticos que se han usado hasta ahora en bloques u otros elementos de construcción, son previamente fundidos. El mío es con plástico triturado”, explicó la joven.

Con la masa que se logra mezclando plástico, arena, cemento y agua se pueden elaborar no solo bloques para construir viviendas, sino también adoquines de diferentes tamaños que se podrían utilizar en acabados de construcción como pisos, ventanas, pintura y enyesado de paredes.

“Además de ser una opción ecoamigable, impactaría significativamente el sector de la construcción, ya que los bloques y adoquines hechos con estos componentes pueden ser hasta un 30 por ciento más económicos que los convencionales”, comentó Vallejo.

Para la creación de estos bloques se escogieron elementos como pitillos, vasos, platos desechables, botellas, envases y tuberías y drenajes, tipo PEAD. También fueron incluidos elementos de caucho a base de sílice, con el que se fabrican los neumáticos.

“Además de ser resistentes e impermeables, sirven como aislantes eléctricos y térmicos, y toleran altos niveles de corrosión”, añadió la estudiante.

Según cifras de National Geographic, en 2016 en Colombia se produjeron 480.000 millones de botellas de plástico, de las cuales solo se recicló el 9 por ciento, 14 más se incineró y el resto terminó en los rellenos sanitarios del país. Por eso la meta de Vallejo es quitar del ambiente los residuos plásticos que invaden el mundo, incluyendo a las conocidas ‘islas de plástico’.

Sin embargo, la futura arquitecta es consiente de que primero debe comenzar por impactar su entorno, por eso las investigaciones iniciales las hizo pensando en resolver los inconvenientes de desechos que tiene la empresa manizalita Cauchosol, que en la actualidad acumula 80 toneladas de este tipo de plástico cada año.

“Es un problema para ellos porque ese material no se recicla y para llevarlo a su disposición final, el relleno sanitario de la ciudad, tiene que pagar 80.000 pesos por tonelada. Si lo reutilizamos resolvemos un problema local mientras reducimos el impacto ambiental”, precisó Vallejo.

Como este proyecto, varios más se vienen adelantando en esta sede de la Universidad Nacional y todas son dirigidas por el docente Gustavo Adolfo Agredo, quien está empeñado en mostrarles a sus estudiantes que deben ser generadores de soluciones.

“Una de las características de la universidad púbica es su compromiso social, por eso trabajamos en proyectos que brinden solución a las problemáticas actuales”, dijo Agredo.

Entre los proyectos que dirige el docente se encuentra la construcción de casas flotantes y la reutilización de materiales como el cartón. “Lo que les muestro es que ellos son capaz de solucionar problemas viendo más allá de lo que existe. Me siento complacido de que vean una labor social viable a través de su formación y que sean conscientes de la capacidad que tienen de hacer parte de la solución”, dijo.

LAURA USMA CARDONA

Para EL TIEMPO

MANIZALES