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La historia de los menonitas alemanes que tienen líos por tierras en el Meta
Uno de los líderes de la comunidad habló en exclusiva con EL TIEMPO sobre su estilo de vida.
Klass Wall, líder de la comunidad religiosa en Colombia, ayuda a un joven a sembrar. Foto: Cortesía Klass Wall
La comunidad religiosa Menonita, que llegó de México a la Altillanura colombiana en el año 2016, se defiende de las denuncias en su contra. Los señalaron que las 33 hectáreas de terreno que hoy tienen las compraron de forma legal y que van a cumplir las sanciones que les impongan por los manejos irregulares.
Klass Wall, líder de la comunidad Menonita, en una entrevista con EL TIEMPO hizo un recorrido por su reciente historia. El hombre habló de su cultura y contó cómo supieron de las tierras colombianas. Además, confesó que están dispuestos a morir en Colombia porque no piensan vender los predios que hoy tienen.
Somos mexicanos. Nuestros abuelos son de Alemania, de allí pasaron a Canadá y este último país a México, donde viven hace 102 o 103 años. Yo nací en México y allá me casé, mis hijos son de allá. Pero desde pequeño quería irme a un país donde este lloviendo porque allá era una zona desértica y cultivábamos con pozos sépticos y riego.
La comunidad es dueña de 72 hectáreas de terreno en la Altillanura colombiana. Foto:Cortesía Klass Wall
¿Cómo supieron de la Altillanura en Colombia?
Una vez estuvimos en Estados Unidos con un colombiano que dijo que acá había tierras, pero que eran muy pobres. Tomamos la decisión de comprar un terreno, entre unas 50 personas. Llegamos en el año 2016, hicimos la prueba, nos llovió y después empezamos a comprar más fincas vecinas.
¿Cuántas familias hay hoy en la Altillanura?
En este momento somos 150 familias y unas 870 personas aproximadamente.
¿Cómo es el tema de la formación educativa de los hijos?
Mis hijos van a una escuela que trabaja un poquito diferente a la de ustedes. Primero aprenden a leer, escribir, cantar, matemáticas y de 12 a 13 años empiezan a aprender computación, a cantar con pianos y todo eso. Incluso mi hijo tiene 14 años y la maestra es de Bogotá y la profesora de mi hija es de Italia.
Los menonitas llegaron al país desde México en 2016. Foto:Cormacarena
¿Es posible que personas de la comunidad Menonita tengan alguna relación sentimental con colombianos?
Cuando alguien se enamora es algo imposible de sacarlo del uno al otro. Hasta el momento no se ha casado ninguna colombiana con ningún menonita, pero tampoco ninguna menonita con colombiano. Eso ha ocurrido en México y eso va a pasar acá sin duda.
¿Hay denuncias que ustedes compraron tierras que eran de comunidades indígenas y que también pasaron por grupos armados ilegales?
Eso de los indígenas es muy raro porque nosotros vimos el primer indígena hasta el 2019. Nosotros compramos las tierras de colombianos y contratamos un abogado y una señora que nos asesoraron y revisaron que todos los documentos, los títulos y las escrituras estuviera en orden y cuando ellos terminaron de chequear es cuando negociamos.
El gobernador del departamento, Juan Guillermo Zuluaga, pidió que se investiguen los hechos. Foto:Cormacarena
También se les cuestiona e investiga por los daños ambientales ocasionados
Lo que pasa es que las personas que nos asesoraron nos dijeron que para eso no necesitábamos permisos. Hubo unas personas que hicieron unas denuncias falsas y después vino la corporación ambiental Cormacarena a revisar. Encontraron lo mínimo, tres cosas: un puente que estaba construido en madera, lo ampliamos construyéndolo en mejores condiciones; un pozo de agua en el que estaban lavando una maquinaria que no se podía hacer sin permisos, y un rastrojo que se limpió.
¿Si Cormacarena los sanciona van a cumplir?
Sí claro, vamos a cumplir. Y en adelante si no tenemos permisos de la autoridad ambiental no hacemos nada.
¿Cuántas hectáreas tienen hoy y qué producen?
Aproximadamente 33 hectáreas y producimos soya, arroz y maíz. Este año esperamos cosechar de 90 mil a 100 mil toneladas de soya. En lo que va de 2023 no hemos sembrado mucho arroz, porque cultivaron mucho en Casanare y otras regiones. El maíz es mínimo porque no nos suele ir bien el primer semestre, lo sembramos en el segundo semestre. Tenemos un poquito de ganado, cerdos, gallinas, y una persona siembra palma de aceite.
¿Le dan trabajo a la gente de la región?
Le damos trabajo a unas 450 personas entre colombianos y venezolanos.
¿Ustedes planean seguir allí o después de valorizar las tierras piensan irse?
Todos los que se vinieron para acá piensan morir acá porque cambiarse de un país a otro es muy difícil.