Perseverancia y luchas, esas son las palabras que definen a las mujeres de los municipios de Piendamó, Cajibío, Timbio, Rosas y Popayán, centro del Cauca, pertenecientes a La Federación Campesina del Cauca (F.C.C).
Doña Silvia Mañunga, es una de ellas, una mujer campesina de Cajibío, que después de ser productora de café convencional hizo su transición a la producción orgánica y también participó en la escuela campesina de la F.C.C., convirtiéndose en promotora campesina para compartir sus conocimientos a otros campesinos de la organización.
Hoy, tras años de lucha, su finca es un referente en la región. Ella hace parte de los promotores de F.C.C. y además es integrante de la junta directiva de Asociación agropecuaria de Cajibío (Asagroc), la organización de base a la que pertenece y una de las cinco que están a asociadas a la Federación.
Según el Departamento istrativo Nacional de Estadística de Colombia (DANE), 5,9 millones de mujeres son rurales en Colombia. El Cauca es el segundo departamento del país con más residentes (8,3% de la población). Doña Silvia es una de ellas y se caracteriza por su liderazgo y participación en los procesos comunitarios.
La Federación Campesina del Cauca agremia productores de cinco municipios del Cauca, promoviendo la unión, la igualdad de género y el rol activo de los jóvenes en defensa de la identidad campesina. A través del comercio justo, fortalecen el territorio desde la familia, cuidando el medio ambiente y preservando la herencia de los conocimientos tradicionales.
La F.C.C. está conformada por más de 483 pequeños productores de café e inició en 1971, “promueve el comercio justo, representa a las familias campesinas en el mercado, buscando precios justos para los productos de sus agricultores, además de ofrecer acompañamiento técnico productivo y socio-organizativo donde se fomenta la agroecología, producción de café orgánico y técnicas agrícolas sostenibles”, dice Eyver Eduardo Díaz Sánchez, director ejecutivo de la Federación Campesina del Cauca.
Además, promueve la igualdad de género y el liderazgo femenino en la agricultura, con el 60% de los roles de gestión ocupados por mujeres.
“Implementamos prácticas de agroforestería y apicultura en granjas orgánicas, fortaleciendo la resiliencia climática y diversificando los ingresos de los agricultores. Estos esfuerzos no solo crean empleos dignos, sino que también mejoran la calidad de vida de las comunidades agrícolas del Cauca.”, agrega el directivo.
Ese empoderamiento femenino y lucha por la sostenibilidad ambiental los llevó a recibir apoyos de NESsT e IKEA Social Entrepreneurship, lo que les ha proporcionado significativos recursos y capacitación para mejorar sus labores, “buscar diversificar nuestros ingresos incursionando en la producción de miel de abeja, posicionar nuestros productos en el mercado, desarrollar con nuestras familias la escuela Campesina fomentando en ella el complemento generacional y la inclusión de las mujeres en nuestros procesos”, señala Díaz.
El programa comenzó en 2020 y ha apoyado a 17 empresas hasta la fecha. Durante 2023, ambas organizaciones decidieron ampliar su alianza para invertir en más empresas sociales de alto potencial en los países.
El programa entregará a esta empresa capital en forma de préstamos recuperables o financiación, junto con apoyo personalizado en diversas áreas como gobernanza, desarrollo empresarial y preparación para la inversión. También recibirá apoyo para fortalecer sus iniciativas de diversidad, equidad e inclusión y sus prácticas medioambientales.
A esto se suman tutorías guiadas y clases magistrales por parte de IKEA, enfocadas en innovar y ampliar la presencia en el mercado de los emprendimientos seleccionados, aumentar la eficiencia en sus operaciones, desarrollar e introducir nuevos productos y servicios, y fortalecer su cultura organizacional.
Al conectar a los emprendedores participantes con colaboradores de IKEA para compartir sus conocimientos y experiencias, nos aseguramos de que cada empresa social reciba orientación personalizada para crecer, fomentando al mismo tiempo prácticas inclusivas y oportunidades equitativas. Esperamos encender la misma pasión por un modelo de negocio sostenible en otras empresas e industrias en toda la región”, explicó Bernardita Correa Díaz, Líder de Sostenibilidad de IKEA Chile, Colombia y Perú.
Son nueve nuevas empresas en Colombia y Chile las que fueron seleccionadas de un total de más de 130 postulantes. Dentro de las características principales que debían cumplir para ser parte del programa, se considera que los negocios fomenten la creación de empleos dignos y la mejora de la calidad de vida de comunidades marginadas y excluidas de Sudamérica. Estas empresas deben priorizar la sostenibilidad medioambiental y la igualdad de género, integrando estas prácticas en sus modelos de negocio para maximizar su impacto.
En el caso de Colombia, siete fueron los emprendimientos seleccionados para ser parte del programa, además de la Federación Campesina del Cauca, están Hilo Sagrado de la Guajira; Disruptia de Bogotá; Novatio de Cali; La Asociación de Productores Agropecuarios por el Cambio Económico del Guaviare (Asoprocegua) del Guaviare; Amazóniko con sede en Bogotá y Okolo en Medellín.
“El apoyo de NESsT e IKEA Social Entrepreneurship nos ha proporcionado significativos recursos y capacitación para mejorar nuestras labores, buscar diversificar nuestros ingresos incursionando en la producción de miel de abeja, posicionar nuestros productos en el mercado, desarrollar con nuestras familias la escuela Campesina fomentando en ella el complemento generacional y la inclusión de las mujeres en nuestros procesos”, finalizó Eyver Eduardo Díaz Sánchez, director ejecutivo de la Federación Campesina del Cauca.