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La historia de amor de 2 bogotanos que acabó en tragedia en Magdalena
Los amigos de la pareja los describen como unas personas tranquilas, sociables y sin problemas.
La historia de amor de bogotanos que terminó en tragedia en el Magdalena. Los amigos de la pareja los describieron como personas tranquilas. Foto: Archivo particular
El 14 de diciembre, luego de 12 años de relación, Nathalia Jiménez y Rodrigo Monsalve decidieron darse el 'sí' en el altar. Esta no fue una ceremonia tradicional, ellos quisieron que se tratara de algo especial, como el amor que se profesaban.
La legalización de su unión marital la hicieron a través de un ritual dirigido por una autoridad indígena o mamo, y tuvieron como testigos a sus familiares, amigos más cercanos y a la naturaleza.
“Así soñaron su matrimonio y así lo hicieron realidad”, dijo Erika Cadavid, una amiga cercana de la pareja, quien asegura que “fue algo inolvidable”.
La ceremonia se realizó en playa Elizabeth, ubicada en Palomino, La Guajira, un lugar que particularmente a Nathalia le fascinaba.
“Los dos recién casados estaban muy felices”, según recuerda otra de las amistades de la pareja. Ambos querían quedarse en la zona para disfrutar de la luna de miel, pero unos compromisos laborales y musicales les obligaron a aplazar una semana más su momento de idilio.
Rodrigo se había graduado de la Universidad Nacional como antropólogo. Sin embargo, había descubierto que además de su gusto por la naturaleza y la investigación, tenía una pasión profunda por la música, así que hace por lo menos ocho años se decidió a crear su propia marca como Dj y a tocar en discotecas y eventos privados. Recientemente había emprendido una gira internacional por Estados Unidos.
Su esposa Nathalia, también antropóloga de la Javeriana, aunque compartía la misma fascinación por la profesión que había elegido su esposo, siempre se perfiló por el estudio de la naturaleza y trabajaba en un proyecto ambiental de la Fundación Natura.
Trágica luna de miel
Los dos, en cuanto finalizaron con su obligaciones laborales, se prepararon para emprender una nueva aventura juntos, en su luna de miel.
El plan era llegar a Palomino, donde sostendrían una cena romántica auspiciada por un amigo; de allí pasarían a un hotel, donde se quedarían el fin de semana.
Una llamada en la que se escucha a la mujer dando gritos tiene a los familiares temiendo lo peor. Foto:archivo particular
“Toda la semana la pasaron hablando de lo que sería su luna de miel; a pesar que tenían 12 años de relación, en ellos se notaba mucho el amor, parecían recién enamorados, disfrutaban mucho la compañía del otro”, comentó Erika.
Nathalia y Rodrigo no tenían hijos, vivían en una casa finca por el sector de Pozos Colorados en Santa Marta, y su tiempo, además de trabajar y disfrutar con sus amigos, lo dedicaban a cuidar las mascotas que adoptaban de la calle. En su residencia vivían con nueve perros y cuatro gatos, que dejaron a cargo de un vecino de confianza.
El viernes 20, a las 4 de la tarde, emprendieron su viaje a Palomino. Según se puede apreciar en las cámaras de seguridad, todo iba bien en el camino.
A pocos metros de llegar a su destino, fueron interceptados por desconocidos que -con amenazas- los obligaron a detener la camioneta.
Conmoción
Sus familiares y amigos están consternados con la noticia. Nadie entiende qué pudo haber pasado porque la pareja vivía tranquila y sin enemigos.
“Nathalia y Rodrigo eran unas personas muy queridas, no eran adineradas, ni tenían problemas con nadie. Cuando supimos de su muerte no lo podíamos creer, esperamos que todo se aclare y que los asesinos paguen por lo que hicieron”, manifestó otro amigo cercano a la pareja.
Pronunciamiento de Fundación Natura
La Fundación Natura, por medio de un comunicado de prensa, se refirió al crimen de Rodrigo Monsalve y Nathalia Jiménez; esta última hacía parte del equipo técnico de la organización.
Según la entidad, Nathalia, quien se desempeñaba como profesional gestora ambiental de la región Caribe en el proyecto Magdalena Cauca Vive, estudió Ecología en la Universidad Javeriana y Antropología en la Universidad Nacional; contaba, además, con estudios de maestría en Desarrollo Rural y Cooperación Internacional.
La zona en donde desempeñaba sus labores profesionales era el complejo cenagoso de Zapatosa, en el departamento del Cesar y Magdalena, así como en la Ciénaga de Ayapel en el Departamento de Córdoba.
La Fundación aclaró que “ni ella ni la organización habían recibido amenazas asociadas a su trabajo”.
“Lamentamos profundamente este hecho y acompañamos a familiares y amigos de Nathalia y Rodrigo, su esposo, y hacemos un llamado a las autoridades para que se adelanten las investigaciones necesarias que permitan esclarecer lo sucediendo”, anotó el comunicado.
Una vida dedicada a la protección de la naturaleza
Nathalia Jiménez Cáceres era ecóloga de la Pontificia Universidad Javeriana, antropóloga de la Universidad Nacional de Colombia, tenía una maestría en desarrollo rural y cooperación internacional de la Universitat de Lleida, con experiencia en problemáticas socio-ambientales y trasformaciones ecosistémicas. Una apasionada por la naturaleza, los animales y el trabajo con las comunidades rurales.
Con una experiencia laboral de 13 años, destaca su trabajo con la Fundación Herencia Ambiental Caribe, el Fondo Patrimonio Natural, Parques Nacionales Naturales de Colombia, el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible y Fundación Natura, asociada a temas de desarrollo rural, áreas protegidas y conservación de ecosistemas.
Se desempeñaba como gestora territorial del bajo Magdalena y el Caribe, para el Proyecto GEF Magdalena-Cauca VIVE, “Conservación de la Biodiversidad de los ecosistemas dulce acuícolas de la Macrocuenca Magdalena Cauca”, de la Fundación Natura; en asocio con el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales, el Fondo Adaptación y Cormagdalena.
Nathalia, de 37 años, dedicó su vida a proteger y a amar la naturaleza.