La muerte de millones de abejas preocupa en Quindío. Hace unas semanas ocurrió el más reciente caso en el departamento, cuando al menos 200.000 murieron en la finca La Selva, en el corregimiento Barcelona, en Calarcá.
Los apicultores del departamento denunciaron que este caso, así como otros 12 que se presentaron el 2021, ocurrió por la fumigación de cultivos aledaños al predio.
En esa ocasión, al parecer, usaron máquinas estacionarias con agroquímicos y no tomaron las medidas necesarias, ni avisaron en las fincas vecinas, advirtió el ambientalista y presidente de la fundación Cosmos de Calarcá, Néstor Ocampo.
Según Faber Sabogal, representante de la Asociación Colombiana de Productores y Protectores de las Abejas (Asoproabejas), durante 2021 se perdieron 300 colmenas en el Quindío y cada una de ellas tiene un promedio de entre 40.000 y 80.000 mil abejas, lo que daría una cifra de más de 15 millones de abejas muertas.
Sabogal afirmó que han tenido que realizar las pruebas toxicológicas en las abejas para confirmar sus sospechas acerca del uso indiscriminado del Fipronil, un pesticida que se usa para combatir plagas.
“Nos ha tocado pagar pruebas de toxicología que valen casi un millón de pesos. Tuvimos un año donde no nos tocó pagar gracias a un convenio entre el ICA y Agrosavia que permitía hacer los estudios gratis, pero el convenio ya se acabó. Muchos apicultores no tienen con qué pagar esos exámenes”, dijo Sabogal.
A través de la Resolución número 092101 de marzo de 2021, el Instituto Colombiano Agropecuario (ICA) ordenó la suspensión temporal de ocho plaguicidas de uso agrícola que contenían el ingrediente Fipronil, utilizado en cultivos como el aguacate, café, cítricos, entre otros. Esta sustancia fue prohibida en la Unión Europea desde 2013 y la Organización Mundial para la Salud (OMS) lo clasifica como “moderadamente peligroso” para los humanos.
Sin embargo, según los análisis, las muertes de abejas se siguen registrando a causa del Fipronil, aseguró Abdón Salazar, gerente de Apícola de Oro del Quindío y miembro de Asoproabejas.
“Hemos observado que a pesar de la prohibición de su uso y del trabajo, talleres y pedagogía del gremio y del ICA, el Fipronil sigue presente, y aunque lo apliquen bien, sigue matando abejas ya que es una molécula demasiado fuerte. Las pruebas toxicológicas siguen arrojando Fipronil”.
El apicultor relató que ha perdido decenas de sus colmenas jumbo –que tienen unas 80.000 abejas– los agricultores aplican estos plaguicidas en sus cultivos “y el producto queda en las hojas de las plantas y las abejas recogen rocío en las primeras horas del día y luego llevan lo que absorbieron de ese producto a las colmenas”.
El apicultor de Calarcá Mario Zuluaga también ha perdido varias de sus colmenas en los últimos meses. “Quiero hacer un llamado a la gente sobre la importancia de las abejas, en el momento que no existan las abejas habrá un caos en todo el mundo. Aunque prohibieron el Fipronil, ¿por qué permiten la entrada de estos químicos a nuestro país?, se debe hacer algo serio con ese químico”.
Las pérdidas para ellos son millonarias. Una colmena tiene un precio de unos 800.000 pesos, además de los costos de producción, que incrementa ese valor a 2 millones de pesos por colmena.
Por ejemplo, Asoproabejas estima que solo en 2016, que fue un año crítico, se perdieron 3.420 colmenas, solo en el Quindío, generando pérdidas de más de 6.000 millones de pesos para los apicultores.
Pero esta no es una problemática nueva ni propia del departamento cafetero.
Según el ICA, durante el 2020 atendió 45 denuncias de mortalidad de abejas: 11 en Cundinamarca, 8 en Huila, 7 en Quindío, 6 en Meta, 5 en Valle del Cauca, 2 en Antioquia, 2 en Cesar y de a un caso en Santander, Tolima, Risaralda y Nariño.
Además, se realizaron 26 jornadas de toma de muestras de las abejas muertas para determinar moléculas presentes en ellas.
De estos eventos, “se cuenta con 37 resultados de laboratorio que arrojaron la presencia de 31 moléculas de plaguicidas en las que se encontró Fipronil en un 51,35 por ciento de los casos, lo que refuerza las decisiones que ha tomado el instituto en materia de suspensión de la molécula para los cultivos señalados en la resolución”, señalaron las directivas del ICA.
El ICA también organizó actividades de comunicación del riesgo de protección a las abejas y otros polinizadores con participación de 6.079 personas en 16 departamentos del país, entre técnicos, agricultores, apicultores, profesionales del agro, estudiantes de agronomía, vendedores de centros de comercio de plaguicidas y profesionales del sector agropecuario, entre otros.
LAURA SEPÚLVEDA
Para EL TIEMPO
Armenia