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Los casos de ablación en bebés indígenas que sacuden a Risaralda
Médicos evidenciaron que una bebé de 15 días de nacida y otra de 2 años sufrieron estas prácticas.
Mujeres indígenas en Risaralda (Imagen de referencia). Foto: EL TIEMPO
En las últimas semanas, dos pequeñas pertenecientes a comunidades indígenas de Risaralda han llegado al hospital universitario San Jorge de Pereira y los médicos han evidenciado que las menores presentan ablación o mutilación genital.
Sin embargo, las dos bebés emberas no ingresaron por síntomas de esta práctica sino con vómito y diarrea por el alto grado de desnutrición que presentaban.
Según revelaron las directivas del hospital, la bebé de tan solo dos semanas de nacida se encuentra en cuidados básicos neonatales y está estable; no obstante, continúa recibiendo tratamiento con antibióticos debido al diagnóstico de sepsis neonatal.
“En este momento, la menor está en la unidad de cuidados neonatales: presenta un diagnóstico de desnutrición y una infección vaginal. Al hacerle la revisión a la bebé, se encuentra que hay una manipulación de sus genitales”, explicó el gerente del hospital San Jorge, Javier Alejandro Gaviria.
La madre de la bebé también es menor de edad, tiene 15 años, y es proveniente del corregimiento de Santa Cecilia en el municipio de Pueblo Rico.
La directora del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) en Risaralda, Claudia Patricia Serna, le dijo a EL TIEMPO que, una vez la menor sea dada de alta, la entidad iniciará un proceso por violencia sexual.
Imagen de referencia cortesía unidad neonatal Hospital San Jorge de Pereira. Foto:Cortesia Hospital San Jorge de Pereira
“Esta es una afectación a los derechos sexuales de la niña y se debe hacer el restablecimiento de los derechos de la adolescente que es la mamá, porque además vive en una situación bastante compleja”.
Y agregó que “una vez el hospital reporte que la bebé es dada de alta, la autoridad istrativa, que es el defensor de familia asignado al Centro de Atención Integral a Víctimas de Abuso Sexual (Caivas), determinará la ubicación para la bebé y su mamá; lo ideal es que estén juntas. Tenemos que verificar las condiciones en las que posiblemente se reintegren a la comunidad”, dijo Serna.
La funcionaria reveló que la semana anterior también recibieron otro caso. Se trató de una menor de 2 años que ingresó por otra sintomatología y durante los exámenes evidenciaron la mutilación en sus genitales.
“Las niñas ingresan por otras condiciones diferentes, pero al realizarles los exámenes generales se dan cuenta de que fueron sometidas a estas prácticas que, si bien las autoridades indígenas manifiestan no conocer y no aprobar, las parteras siguen practicando”, agregó Serna.
En 2022, el ICBF también recibió otro caso de una menor de 4 años que ingresó por otra condición de salud, pero los médicos identificaron que había sido víctima de ablación genital.
“Las dos menores y sus madres están a cargo del Instituto y se está adelantando el proceso correspondiente para determinar el reintegro al medio familiar o si se realiza un proceso especial para posible declaratoria de adaptabilidad”, conformó la directora del ICBF en Risaralda.
Entre 2011 y 2021 se registraron 141 casos de mutilación genital femenina en población indígena que llegó al hospital San Rafael de Pueblo Rico, Risaralda. Solo en 2014 se presentaron 45 casos que fueron atendidos por médicos de ese centro asistencial; en 2020 se presentaron 10 casos.
Esta es una afectación a los derechos sexuales de la niña y se debe hacer el restablecimiento de los derechos de la adolescente que es la mamá, porque además vive en una situación bastante compleja
A través de un derecho de petición enviado al hospital, el diputado de Risaralda Durguez Espinosa obtuvo esta información.
“Las cifras pueden ser superiores porque estos son solo los casos de las niñas que se infectan y van al hospital, así que las cifras son superiores. Hay muchos grupos de mujeres que protestan por los asesinatos, pero hay una doble moral porque nadie se manifiesta por la violación de los derechos de estas menores”, dijo Espinosa.
Añadió que “este es el único país en Latinoamérica y Risaralda es el único departamento donde se ven 141 casos en los últimos años. Y agrega: "Por eso he dado debates en la Asamblea, porque no ha pasado nada y la Defensoría; las secretarías y los gobernadores indígenas no hacen nada”.
“Los hombres no están de acuerdo con la práctica; es un tema de las abuelas hacia las hijas y nietas porque supuestamente si no les quitan el clítoris se va a convertir en un falo de un hombre o van a ser adúlteras. Se podría empezar un trabajo con las mujeres que han recibido formación en las universidades y con ellas realizar un trabajo de concientización al interior de estas comunidades”, comentó.
La Procuraduría General de la Nación también le está haciendo seguimiento al caso de la bebé recién nacida. Además, llamó la atención del ICBF y de la Gobernación de Risaralda por estos casos registrados.