En menos de seis horas, al menos mil venezolanos ingresaron irregularmente este sábado a Colombia, desbordando la capacidad institucional de Puerto Santander, población fronteriza de
Norte de Santander.
Y si bien en las últimas horas se empezó a producir su paulatino retorno, hay preocupación por el origen de esa especie de estampida: el rumor de una incursión armada del grupo ilegal colombiano conocido como ‘los Rastrojos’.
De hecho, la avalancha de
venezolanos se produjo cuatro días después de que esta localidad del área metropolitana de Cúcuta fue sacudida por las detonaciones de una balacera en la población tachirense de Boca de Grita.
Allí, una incursión armada de ‘los Rastrojos’ dejó una estela de 12 muertos y más de 20 heridos, según coincidieron versiones de comunidades y sectores políticos de la oposición venezolana.Aunque la Policía Nacional capturó ese mismo día a un miembro de esta organización criminal y a su escolta, que cruzaron el río Grita a bordo de una balsa en busca de asistencia médica, las autoridades colombianas entregaron un parte de tranquilidad.
Pero la zozobra continúa a lado y lado de la frontera.
“La llegada de estos extranjeros nos tomó por sorpresa. Una situación de estas nunca se había presentado en este municipio. Aunque el regreso de estas personas se está efectuando con tranquilidad. Ningún ente territorial está preparado para acoger a este número de personas, por eso hacemos un llamado al Gobierno Nacional para que estén atentos a estas situaciones en zonas de frontera”, señaló Nydia Reyes Salcedo, alcaldesa de Puerto Santander.
Los organismos de gestión del riesgo, junto con la entidad migratoria, acondicionaron un refugio improvisado en el coliseo de esta localidad, donde cerca de 200 venezolanos, entre ellos 77 niños, pasaron la noche, mientras que el resto de personas se acomodaron en casas de conocidos.
La Personería de Puerto Santander activó una ruta de atención; sin embargo, el temor de los extranjeros dificultó la recolección sobre hechos relacionados a violaciones de derechos humanos.
Ningún ente territorial está preparado para acoger a este número de personas, por eso hacemos un llamado al Gobierno Nacional para que estén atentos a estas situaciones en zonas de frontera
Organizaciones sociales, conocedoras del conflicto armado en el eje divisorio, coincidieron en que esta escalada de violencia corresponde a una purga que se libra en el seno del aparato armado de ‘los Rastrojos’, dividido entre dos lugartenientes de Jesús Torres Gómez, alias Necoclí, jefe de este grupo ilegal, capturado desde mediados de marzo en Venezuela.
La Fundación Progresar ha podido establecer que ‘Necoclí’ ordenó arrasar con el bando aliado de alias el Menor, quien pretendía conquistar con un grupo de disidentes el espacio abandonado por el cabecilla en prisión.
Según Wilfredo Cañizares, cabeza de esa fundación, esa banda, integrada por unos 150 hombres, controla el negocio del contrabando de gasolina y ejerce sobre la población cobros ilegales que oscilan entre un millón y 20 millones de pesos.
Antes de la detención de Torres, ‘los Rastrojos’ tenían planes de expandir su control en Venezuela con una estructura integrada en gran parte por ciudadanos venezolanos.
GUSTAVO CASTILLO
Corresponsal de EL TIEMPO
Cúcuta