En medio de la Semana Santa, fueron decretadas este jueves una serie de medidas en
Santa Marta para darle un uso inteligente y racional
al agua potable, que por estos días es escasa a raíz de la temporada seca que se mantiene en esta parte del país.
El Dadsa emitió una resolución con la que se busca complementar las acciones adoptadas por la Alcaldía, en el marco de la declaratoria de calamidad pública por la emergencia que hay en la ciudad, debido al desabastecimiento del recurso hídrico.
Necesitamos entre todos ser conscientes de la crisis que afrontamos por el desabastecimiento
Desde el sábado, a la ciudad han llegado miles de turistas que incrementan la demanda del agua, servicio que ya se prestaba con mucha dificultad para los s residentes.
Aunque la Alcaldía, dentro de su plan de contingencia extraordinario, implementó la distribución del preciado líquido alterno a través de carrotanques, todavía hay muchos barrios padeciendo.
Al tiempo, la alcaldesa exigió a la empresa prestadora del servicio, Essmar, mayores esfuerzos para llevarle el agua a las comunidades, e hizo un llamado al uso racional del recurso disponible.
“Necesitamos entre todos ser conscientes de la crisis que afrontamos por el desabastecimiento. Es trascendental que el agua que recibamos en nuestros hogares se le dé una utilización inteligente para evitar desperdiciarla”, dijo la mandataria.
Las medidas para enfrentar la sequía
El Dadsa emitió una resolución donde ordenó una serie de restricciones urgentes que deben ejecutarse de inmediato para enfrentar la emergencia y evitar sanciones.
Una de las medidas tiene que ver con las limitaciones en el uso de piscinas en hoteles, fincas, haciendas, conjuntos residenciales y viviendas.
En un principio, se había entendido que quedaría prohibido bañarse en estos espacios, sin embargo, desde el Distrito se explicó que la restricción va en el sentido de priorizar el recurso para las albercas subterráneas por encima de llenar o cambiar el agua de las piscinas.
La regulación también incluye la prohibición de lavado de vehículos, fachadas residenciales o comerciales y espacios públicos durante la sequía.
Tampoco está permitido regar los jardines y las zonas verdes, más allá del mínimo vital para el mantenimiento de estas especies.
De igual manera, fue establecida una semaforización con el uso del agua y se establecerá pico y placa a los lavaderos de vehículos para regular el consumo.
Esta última estrategia comenzará a socializarse en los próximos días con los propietarios de estos negocios, para que exista un acuerdo en las jornadas que tienen permitido funcionar, mientras se supera el debastecimiento.
Finalmente, el Dadsa advirtió que estará realizando inspecciones y controles para velar que se cumplan con las regulaciones implementadas por la crisis de agua potable que sufre la capital del Magdalena.
Roger Urieles
Para EL TIEMPO Santa Marta
@rogeruv
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