Santa Marta vivió una noche de miedo y caos sin precedentes. La delincuencia aprovechó la tensión y confusión generada por el paro nacional para destruir y robar grandes tiendas de cadena.
Los facinerosos que se disfrazaron de manifestantes iniciaron su ola de ataques antes de que finalizara una marcha que se había caracterizado por el orden y la organización de quienes realmente protestaban por una causa común.
A partir de allí vinieron los robos, uno tras otro, ante la mirada impotente de los ciudadanos de bien, que no podían creer el accionar descarado de los delincuentes.
Unos corrieron a sus casas despavoridos, otros llamaban insistente a la policía y grababan el ataque de los sujetos encapuchados, y algunos más de forma lamentable se dejaron tentar y terminaron sumándose a los saqueos de los supermercados.
Policía no pudo evitar robos
La fuerza pública fue insuficiente para evitar que los vándalos hicieran estragos en la ciudad.
Aunque los robos eran informados en tiempo real a través de las redes sociales por medios de comunicación y personas del común, el difícil panorama de orden público sobrepasó la capacidad de la institución policial.
En algunos casos, los propios empleados armados de valor intentaron proteger sus lugares de trabajo.
Entre lágrimas, el personal de las tiendas de cadena les suplicaba a los ladrones que se detuvieran porque estaban perjudicando a muchas familias que dependían de ese trabajo.
Ni siquiera esa petición angustiante persuadió a los asaltantes que no se retiraron hasta arrasar con todo lo que encontraron a su paso.
El saqueo fue total en por lo menos 6 tiendas de cadena, pero la que más sufrió por el ataque de los ladrones fue uno de los supermecados principales de Olímpica, donde robaron no solo alimentos, sino también electrodomésticos, bicicletas y otra variedad de productos.
Los saqueadores se llevaban en sus hombros televisores, lavadoras, equipos de sonido y las neveras las transportaban en motocicletas.
Mientras la Policía se dirigía a frenar un robo, en otro punto de Santa Marta se repetía una escena similar.
Comerciantes amanecieron en locales
Los comerciantes del centro de la ciudad decidieron pasar la noche custodiando sus negocios dispuestos a exponer sus propias vidas con tal de defender su patrimonio.
Muchos samarios, de la misma manera, pasaron la noche en vela, con temor a que los robos se extendieran hasta las residencias.
Así buscan justificar la represión y empañar la legítima protesta social que respetan los gobiernos del cambio ¿Vandalismo inducido para justificar conmoción interior?
La alcaldesa Virna Johnson repudió estos hechos vandálicos ocurridos luego de una movilización que calificó como pacífica.
Aseguró que los responsables fueron “personas presuntamente instrumentalizadas” que se aprovecharon de las manifestaciones para generar caos y zozobra.
“Reportamos 5 policías y 3 agentes de movilidad heridos por los vándalos y 5 ciudadanos ingresados a las clínicas, heridos por riñas entre ellos”, informó la mandataria.
Por su parte, el gobernador Carlos Caicedo en su cuenta de Twittter sugirió que detrás de estos saqueos estarían bandas de microtráfico y políticos de extrema derecha que en barrios de Santa Marta y Ciénaga incitan a algunos con droga y dinero a la destrucción de CAI y locales comerciales.
“Así buscan justificar la represión y empañar la legítima protesta social que respetan los gobiernos del cambio. ¿Vandalismo inducido para justificar conmoción Interior? Alerta, está en riesgo la democracia, la protesta legítima y las autoridades civiles elegidas popularmente”, trinó el gobernador.
La situación de orden público logró controlarse pasada la medianoche, según el comandante de la Policía Metropolitana, coronel Óscar Solarte, quien aseguró que se logró intervenir a tiempo para que otros 25 supermercados no terminaran saqueados.
Se espera que este jueves llegue a la ciudad un refuerzo de 100 policías de la Regional Ocho para contrarrestar los actos vandálicos y delincuenciales.
Roger Urieles
Para EL TIEMPO Santa Marta
@rogeruv
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