La comunidad de Cartagena se encuentra conmocionada tras los trágicos sucesos que ocurrieron en el barrio La Esperanza el pasado domingo 5 de noviembre, en los que perdió la vida un menor de edad en violentos hechos.
El Distrito hizo un llamado a la Policía Metropolitana de Cartagena para que, con la mayor celeridad posible, recolecte todos los elementos materiales probatorios necesarios para avanzar en la investigación.
El menor de de 10 años murió tras ser alcanzado por una bala durante una fiesta en la calle. Según las autoridades, sicarios llegaron a la celebración para atentar contra la vida de un hombre que se encontraba en la gente y dispararon indiscriminadamente.
"La prontitud en estas investigaciones es crucial para asegurar el debido proceso y respetar en todo momento los derechos fundamentales de todas las personas involucradas", señaló Ana María González, secretaria del Interior de la ciudad.
En el contexto de las festividades de noviembre, el Distrito hace un llamado a la MECAR (Misión de Eventos Culturales y Artísticos de Cartagena) para que fortalezca las labores preventivas, utilizando las herramientas istrativas que la istración ha proporcionado, como el Decreto de medidas para fiestas y los permisos para eventos.
Durante el ataque sicarial dos personas más resultaron heridas: un menor de edad y una mujer que bailaba.
De acuerdo con el Decreto 1424 de 2023, durante el período del 8 al 13 de noviembre, no se otorgarán permisos de extensión de horarios a los establecimientos comerciales, y los permisos previamente expedidos por el Distrito o autoridades locales carecerán de validez.
Además, desde el 31 de octubre hasta el 14 de noviembre, se prohíbe en toda la ciudad la realización de espectáculos de carácter público o privado que involucren la utilización de artefactos de amplificación sonora que perturben la tranquilidad y el orden público, a menos que cuenten con el permiso otorgado por la Secretaría del Interior y Convivencia Ciudadana.
El Distrito hizo llamado a la ciudadanía a moderar su comportamiento durante las festividades. Los excesos y la intolerancia ponen en riesgo la vida de las personas y el Patrimonio Cultural Inmaterial colectivo.
"Las festividades son una oportunidad para el goce y disfrute de todos, incluyendo a niños y niñas, y no se puede permitir que se conviertan en un riesgo para ellos debido al mal comportamiento de los adultos", señaló la funcionaria.
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