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Hija y madre recorren las cárceles del país brindando oportunidades a reclusos
Valentina Prieto creó con su madre la fundación Anhco para redireccionar a población carcelaria.
Dos mujeres recorren las cárceles del país intentando brindar nuevas oportunidades de vida Foto: Fundación Anhco
Al notar el deseo y la esperanza de la población carcelaria del país, la santandereana Valentina Prieto, de 25 años, se motivó a brindar oportunidades a través de una fundación que creó en el 2019 con el apoyo de su madre.
La joven se declara impactada con el talento que cada preso puede tener, las ganas de rehacer su vida y la posibilidad de construir algo diferente.
Así nació Anhco, un proyecto que quiere aportar desde la parte jurídica y psicológica a los privados de la libertad para que emprendan un camino nuevo.
Ayuda a jóvenes de las correccionales del país Foto:Fundación Anhco
El proceso de esta fundación se inició en Bucaramanga, en la cárcel Buen Pastor, atendiendo a mujeres embarazadas que tienen a sus hijos por dos años, quienes nacen, prácticamente, privados de la libertad.
Para Prieto, este primer encuentro con población vulnerable fue difícil, pues se dio cuenta de su realidad en comparación con la de otras personas que no han tenido una infancia fácil.
“El acercamiento fue fuerte porque nunca te imaginarías que un niño o un bebé fuera a estar privado de la libertad desde que nace, es algo muy bonito, pero a la vez duro, fue impactante porque yo tenía 20 años, es una motivación, en lugar de asustarme, me motivé. La fe de las personas que tienen adentro fue lo que me inspiró, es impresionante”, dijo la joven de 25 años.
Ha recorrido las cárceles de Barranquilla, Bogotá, Cartagena y Santander. Su aporte desde Ancho es la moda, la confección, pintura, estampación y artes manuales.
La santandereana asegura que es como si fuera un colegio enfocado a la moda, que es lo que estudió en Madrid, España.
Durante estos cuatro años, Valentina y su madre han visitado ocho cárceles del país manejando grupos de 50 personas por cada centro. Son al menos 350 reclusos los que han tenido el privilegio de recibir clases, una asesoría jurídica y psicológica.
Son más de 350 personas capacitades en las cárceles del país. Foto:Fundación Anhco
Casos de éxito
Antes recibía las clases en cárcel y decidió trabajar y ser docente para ayudar a las personas privadas de la libertad. Fue el primer caso de resocialización, porque se dio la oportunidad ella misma"
Para muchos, puede que no sea una cifra alta, pero como fundación es una satisfacción enorme haber tocado el corazón de reclusos que en algún momento cometieron un error y han tenido la oportunidad de salir adelante.
Valentina menciona orgullosa la labor de su fundación al poder tener como ejemplo tres casos, que los destaca como “exitosos”.
El primero fue el de una mujer que la instruyeron en la cárcel Buen Pastor, en Bucaramanga, quien tuvo una condena de cinco años y hoy es la directora de talleres de la fundación.
“Antes recibía las clases en cárcel y decidió trabajar y ser docente para ayudar a las personas privadas de la libertad. Fue el primer caso de resocialización, fue hermoso, porque se dio la oportunidad ella misma, nosotros solo fuimos una guía y de eso se trata”, relató.
El segundo caso de reinserción a la sociedad fue la de un joven de la cárcel Modelo de Barranquilla, quien cumplió también una condena de cinco años y desde Ancho pudo ubicarse en una empresa de cultivos.
El tercer caso exitoso fue de un menor de edad de la correccional de Turbaco, que hoy tiene 24 años y eligió estudiar ingeniería en una universidad de Bolívar.
“Ver el proceso de un niño que está privado de la libertad y que luego quiera estudiar es porque ha venido recibiendo el amor y cariño, y esa es la función de nosotras como trabajadoras sociales”.
Existen tres casos exitosos de la fundación Foto:Fundación Anhco
No los miro por sus crímenes, sino los miro por su potencial, son personas que han crecido sin amor, maltratados, entonces lo que hagas a los niños, los niños harán a la sociedad".
En este proceso de dar oportunidades a esta población, Prieto asegura que hay mucho abandono estatal, no hay ayudas que puedan de verdad sacar adelante a gente que quiere surgir.
“No sé qué hicieron, prefiero no tocar ese tema con ellos, no los miro por sus crímenes, sino los miro por su potencial, es decir, son personas que, de alguna u otra manera, necesitan esa primera oportunidad que el mismo país o la sociedad no les ha dado. Por ejemplo; en el caso de niños son personas que han crecido sin amor, maltratados, entonces lo que hagas a los niños, los niños harán a la sociedad, es una ley inquebrantable de la vida”, agrega la joven.
La fundación Anhco se sostiene con donaciones de empresas privadas, a la vez con trabajos conjuntos que se hacen con las diferentes gobernaciones y alcaldías.
Para Prieto la percepción de cómo la iban a recibir estas personas privadas de la libertad le cambió al entender que su infancia no ha sido fácil. Asegura que su lema de servir en este proyecto que creó con su madre es: “Te damos las alas y tú la mano”, con el fin de formar, educar y transformar la vida de otro.
“Yo creo que les muestras y aprendes un lenguaje, ellos crean una sociedad adentro, crean una familia, tu entras y aprendes a leerlos, aprendes a hablar con ellos, ellos son muy agradecidos, cuando uno va y le dice, hay otra cara, esto es opcional, yo creía que al inicio no querían, ni siquiera es un cambio de chip, simplemente es mostrar otras opciones, tienen la opción de rehacer su vida, esto es una presentación de oportunidad”.