Un insólito caso de
violencia contra los adultos mayores se presentó en Barrancabermeja
(Santander) en las últimas horas. Una anciana fue abandonada después de que cobró un subsidio por 240 mil pesos.
Al parecer, quien la dejó a su suerte fue su propio hijo.Este hecho fue denunciado por Mitchell García Lascarro, secretario de adulto mayor, juventud e inclusión social de Barrancabermeja, quien señaló que la anciana fue abandonada en un sector comercial de esta ciudad después de haber reclamado el subsidio del adulto mayor. Su propio hijo la habría dejado abandonada, sin el dinero y en una calle.
“Fuimos alertados del caso por parte de la Policía, es una adulta mayor que fue abandonada, al parecer, por su propio hijo luego de cobrara el subsidio del adulto mayor. Una señora que vende fritos la vio, luego de dos horas se acerca, intenta hablarle pero la señora no habla, tiene un problema de demencia por eso llama a la Policía”, dijo el funcionario según el diario Vanguardia.
Según García, no ha sido posible obtener la plena identidad de la adulta mayor porque no tiene en su poder documentación. Solo se sabe que ella estaba con su hijo y que presuntamente este es consumidor de estupefacientes.
Información recogida por ese medio indica que, al parecer, a la anciana la traen cada tres meses desde Bucaramanga hasta Barrancabermeja para que cobre el mencionado subsidio.
En cumplimiento de la ruta de atención a la población de la tercera edad, la mujer fue trasladada temporalmente a un asilo, mientras se realiza el proceso de plena identificación y se ubican a sus familiares.
“Nosotros la atendemos, la llevamos al asilo La Misericordia donde vamos a realizar el proceso de plena identificación para poder dar con el paradero de los familiares; pedimos que si alguien logra identificar a la señora se comunique con nosotros para tomar medidas en este caso”, dijo García.
Les quitan la 'platica'
El Secretario del adulto mayor, juventud e inclusión social reveló que hay muchas quejas de casos de adultos mayores que son transportados a cobrar ese tipo de subsidios y posteriormente quienes los acompañan, personas cercanas en la mayoría de los casos, les quitan el dinero.
“Hacemos vigilancia en los puntos de entrega de subsidios, especialmente donde tenemos aglomeraciones, pero es muy complicado cuando el adulto se va, y realmente no logramos saber que hace con el dinero, pero cada vez estamos recibiendo más quejas de que ellos cobran y alguien les quita la plata; este dinero es de ellos para solventar algo de sus necesidades”, dijo García a Vanguardia.
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