Ahora también el Factoring es digital

Es de común conocimiento que los largos meses de cuarentena derivados de la pandemia fortalecieron las transacciones digitales en todo sentido. Hoy, prácticamente, cualquier cosa se puede comprar en una aplicación o página web, desde una bolsa de leche hasta un automóvil. Sin embargo, las operaciones financieras diferentes a las transferencias o uso de productos ya contratados continúan requiriendo un alto nivel de presencialidad y documentos físicos.

El factoring no es la excepción, la sesión de titularidad de la factura a una entidad financiadora usualmente requería la transferencia física de ella, firmas y sellos. La buena noticia es que Carvajal Tecnología y Servicios ha lanzado al mercado LiquidezYa. Esta es la primera plataforma de factoring electrónico en Colombia, es de uso gratuito para los facturadores electrónicos del país y les permite exponer a las empresas sus facturas a cerca de 20 entidades financieras diferentes interesadas en comprar este tipo de documentos.

Su uso es muy sencillo, luego de un proceso de registro y validación de identidad, las empresas podrán cargar sus facturas (si son clientes de Factura Electrónica Carvajal T&S, estas cargan automáticamente), establecer reglas de negocio como fechas de vencimiento, montos, pagadores, etc., y exponerlas a las entidades interesadas en financiar. Estas realizan un análisis crediticio y pueden, a través de la plataforma, realizar ofertas a las compañías, donde ellas podrán escoger la que mejor se adapte a sus necesidades.

El factoring es un modelo de financiación mediante el cual una empresa puede mejorar su flujo de caja vendiendo las facturas que tiene por cobrar sobre servicios prestados o bienes vendidos. Con este modelo, los interesados pueden adelantar los ingresos de las facturas que pueden estar a 60, 90 o 120 días.

Para realizar factoring, las empresas buscan entidades financieras, que pueden ser bancos, fiducias o empresas dedicadas a la compra de facturas y que deseen comprar estos documentos. El vendedor recibe el dinero de manera inmediata a una tasa dispuesta por el financiador y cede el derecho de cobro de su factura al nuevo tenedor, en este caso el financiador, quien hace el cobro de la factura en la fecha acordada en la negociación.