La construcción sigue impulsando el desarrollo de Colombia y su gente

Según datos entregados por Coordenada Urbana, el sistema de información de la Cámara Colombiana de la Construcción (Camacol), en los últimos doce meses, y con corte a octubre pasado, se vendieron en Colombia 246.831 unidades de vivienda nueva y los hogares efectuaron inversiones por 54,6 billones, de pesos.

De acuerdo con el gremio, el sector edificador jalona el 14% del empleo y el 54% del aparato productivo de país.

Camacol agregó que, entre octubre de 2021 y el mismo mes de 2022, y del total de viviendas comercializadas en Colombia, el 71,4% correspondió a Viviendas de Interés Social (VIS), es decir, 176.179 unidades, y se inició la construcción de 185.268 viviendas, 4,6% más con respecto al mismo periodo del año anterior.

Por otra parte, y solo en octubre de 2022, 13.374 hogares adquirieron vivienda nueva. Por segmentos, 9.474 fueron VIS; por regiones, se destacaron Bogotá, Valle, Antioquia, Cundinamarca y Atlántico. En este panorama positivo para la industria, Amarilo aportó a los datos generados por la industria entre enero y octubre un incremento en su participación de 1,3 puntos porcentuales en comparación con 2021. Además, y también versus el año pasado, la constructora presentó crecimientos del 28% en ventas en pesos y también del 28% en el número de unidades vendidas.

En lo que respecta a vivienda VIS, Amarilo tuvo un crecimiento del 56% en la venta de este tipo de edificaciones, mientras que en No VIS el aumento fue del 8%.

Así mismo, y durante 2022, la constructora ha tenido 85 proyectos activos y tiene proyectado lanzar 25 nuevos proyectos, con los que busca ventas a cierre de año de 13.500 unidades, por un poco más de 3 billones de pesos.

“Considerando estos números, confiamos en cerrar 2022 con un incremento del 19% en pesos y un 17% en unidades. Para 2023 lanzaremos 42 nuevos proyectos con los que buscamos seguir manteniendo el crecimiento que hemos presentado desde el año pasado”, asegura Andrés Orozco, vicepresidente comercial de Amarilo.

La compañía se ha trazado un objetivo muy claro en el mercado inmobiliario de Colombia y es crear ciudades organizadas, planeadas y sostenibles a largo plazo, lo que también se convierte en su mayor diferencial.

Por eso, Amarilo se concentra en el progreso de los territorios mediante el desarrollo de proyectos que dinamizan la economía local, generan empleo y mejoran la calidad de vida de los ciudadanos, para lo cual ejecuta diversas iniciativas y programas enfocados en las comunidades, el medio ambiente, los colaboradores y el modelo de negocio.

“Lo anterior es parte de nuestra estrategia de sostenibilidad integral, la cual nos permite generar valor a todas nuestras audiencias e impactar de manera positiva en el entorno con un portafolio de proyectos de vivienda y empresariales, que incluye más de 85 opciones en todo el país pensadas para todo tipo de familias”, indica Andrés Orozco.

El ejecutivo agrega que la apuesta de Amarilo es y seguirá siendo aportar a la construcción de un mejor país para los colombianos. Eso implica no solo edificar, sino también promover el crecimiento de las regiones en donde la empresa tiene presencia.

¿De qué manera se traducen estos resultados positivos de Amarilo en beneficios para la economía colombiana?

El ejecutivo de la empresa destaca que “el sector de la construcción es uno de los más importantes en el Producto Interno Bruto del país, ya que aporta tanto a la economía nacional (6,2% de valor agregado al PIB) como a la generación de empleo (aporte del 7,5%), y es de los renglones económicos que mejores cifras positivas presenta tras la recesión económica provocada por pandemia. Amarilo se destaca por ser la constructora de mayor crecimiento en comparación con 2021”, manifiesta el ejecutivo.

Lo informado por Coordenada Urbana y el vicepresidente comercial de Amarilo deja claro que el sector inmobiliario colombiano ha adquirido una importante dinámica tras lo sucedido en 2020, convirtiéndose, sin duda alguna, en motor de desarrollo de la economía nacional.

Y si a eso se suma la permanente necesidad de todas las industrias de comprometerse de manera decidida con la sostenibilidad, la construcción tiene mucho que aportar dado su impacto en la vida y el bienestar de las personas.

Por eso, se hace más evidente que el mercado inmobiliario está entrando de lleno en el desarrollo de construcciones sostenibles mediante la generación y la obtención de diferentes certificaciones que ofrecen beneficios ambientales y ahorros para los clientes que adquieren este tipo de proyectos.

“En línea con esa dinámica, en Amarilo estamos haciendo esfuerzos significativos en materia de construcción sostenible, generando bienestar, mayor seguridad y una mejor calidad de vida para las familias, yendo en línea con nuestro propósito”, asegura Orozco

Amarilo tiene como objetivo crear ciudades organizadas, planeadas y sostenibles a largo plazo. De ahí que su gran apuesta se concentre en el progreso de los territorios mediante el desarrollo de proyectos que dinamicen la economía local, generen empleo y mejoren la calidad de vida de los ciudadanos.

La constructora adelanta su labor con base en una estrategia de sostenibilidad integral cuyo propósito es generar valor a todas sus audiencias e impactar de manera positiva el entorno, y ejecuta diversas iniciativas y programas enfocados en las comunidades, el medio ambiente, los colaboradores y el modelo de negocio.

De cara a sus clientes finales, la empresa cuenta con un equipo comercial capacitado que brinda la mejor asesoría, garantizando que cada persona pueda adquirir la vivienda que realmente necesita según su presupuesto y objetivos de vida.

“Como agregado, hemos desarrollado herramientas de inteligencia de negocios y consumidor que nos permiten ser asertivos a la hora de establecer los nuevos lanzamientos de proyectos y tener una mayor y mejor cercanía en todo el proceso de compra”, concluye el vicepresidente comercial.

Por todo lo anterior, Colombia puede estar segura de que Amarilo seguirá impulsando grandes desarrollos urbanos que permiten que las ciudades progresen de manera organizada y sostenible, y mejorando la calidad de vida de las familias.