La Cámara de Comercio de Bogotá (CCB) tiene como propósito servir de manera colectiva para que existan más y mejores empresas, logrando una sociedad más próspera y equitativa en Bogotá y la región. Por ello, considera fundamental conocer cómo es el tejido empresarial para que organizaciones y autoridades tengan herramientas para desarrollar iniciativas de apoyo que respondan a la realidad y que contribuyan al desarrollo económico. En ese sentido, la CCB y el Centro Nacional de Consultoría realizaron la Gran Encuesta del Empresariado de Bogotá y la Región.
Nicolás Uribe Rueda, presidente ejecutivo de la Cámara de Comercio de Bogotá, señaló que una serie de elementos que le dieron origen a la encuesta “Es la necesidad de que los colombianos comprendamos en profundidad quiénes son los empresarios de nuestro país. En Bogotá existe aproximadamente el 30 por ciento de la base empresarial de Colombia, sin embargo, a veces notamos por cuenta de afirmaciones que se hacen en ambiente público, malinterpretaciones de lo que significa el empresario”, resaltó.
De las empresas que existen con registro mercantil en Bogotá y los 59 municipios de la jurisdicción de la CCB, el 93 por ciento son microempresas distribuidas en diferentes sectores económicos y poco más de la mitad tiene hasta tres empleados, de los cuales, el 36 por ciento son mujeres y el 26 por ciento jóvenes. Asimismo, en un poco más de la mitad de las empresas, el 57 por ciento de los propietarios son hombres y el 42 por ciento son mujeres, el 70 por ciento de los negocios se iniciaron en los últimos cinco años, el 59 por ciento de ellos surgió por oportunidad y el 13 por ciento por necesidad.
Cuando se comienzan a debatir en profundidad algunas de las propuestas que existen para mejorar el sector privado y avanzar en competitividad, en los resultados de las 2.300 encuestas que se hicieron entre septiembre y octubre del año pasado y en las cuales participaron empresas con y sin matrícula mercantil, la formalidad aparece como una escalera que evoluciona alrededor de aquellas compañías que van cumpliendo con los requisitos y normas de acuerdo a la naturaleza del negocio.
“El año pasado cerramos nuestro registro mercantil con 470.000 empresas vigentes que representan esta muestra empresarial. En nuestra región, en donde está cerca del 30 por ciento de las empresas, 2.400 son grandes, 5.100 son medianas, cerca de 19.000 son pequeñas y, la gran mayoría, 443.000 son micro. En promedio, el 70 por ciento de los empresarios con registro mercantil inició su negocio en los últimos cinco años, y un 36 por ciento desde que inició la pandemia”, continuó Uribe Rueda.
Existe una diferencia marcada del concepto de ser empresario, pues el 76 por ciento de aquellos que cuentan con registro mercantil se reconocen como tal, mientras que, en el caso de los que no tienen registro mercantil, solo el 53 por ciento lo hace. Por el contrario, la gran mayoría en ambos casos se ve como un emprendedor, pues en el caso de los empresarios con registro mercantil aplica para el 95 por ciento y sin registro mercantil para el 96 por ciento.
Uribe Rueda también explicó que “De las empresas que no cuentan con un registro mercantil, el 71 por ciento quiere obtenerlo por los beneficios que este genera”; gran parte de estos negocios no pagan prestaciones sociales, el 91 por ciento no paga salud y el 96 por ciento no paga riesgos laborales, el 53 por ciento de los propietarios son mujeres y el 46 por ciento hombres.
Retos y perspectivas del empresariado de Bogotá y la región
En el ‘Retos y perspectivas del empresariado de Bogotá y la región para la recuperación de la senda de crecimiento económico’, dirigido por Luz María Sierra, directora de El Colombiano y con la asistencia de Ana Fernanda Maiguashca, presidenta del Consejo Privado de Competitividad; Juan Daniel Oviedo, director del Departamento istrativo Nacional de Estadística; Pablo Lemoine, presidente del Centro Nacional de Consultoría y Nicolás Uribe Rueda, presidente ejecutivo de la Cámara de Comercio de Bogotá, se analizaron los resultados.
Los expertos en el tema dieron sus opiniones frente a los resultados expuestos anteriormente. Juan Daniel Oviedo, director del Departamento istrativo Nacional de Estadística, manifestó que: “Lo primero que me sorprendió es lo que yo podía llamar la soledad del empresario, es decir, más frecuentemente es una iniciativa de una sola persona. En segundo lugar, tanto aquellos que tienen registro mercantil como los que no lo tienen, no forman parte de gremios o asociaciones en donde ese elemento de capital social ha sido resaltado como un generador y habilitador de competitividad y productividad”.
Por su parte, Pablo Lemoine, presidente del Centro Nacional de Consultoría, dijo que “Tenemos más del 90 por ciento de las empresas que son microempresas y para estas empresas ser parte de un gremio es muy difícil. Por supuesto hay un esfuerzo de la Cámara y de los gremios por llegar a estas microempresas como compromiso de país”.
A su turno, Ana Fernanda Maiguashca, presidenta del Consejo Privado de Competitividad expresó su opinión. “Lo que yo quisiera es una sociedad que se reconociera como empresaria y no como emprendedor porque el emprendedor aparentemente se está quedando en un proyecto en donde lo que vemos son unos niveles de supervivencia básicos” agregando que “Lo que más me parece rico de esta información son las oportunidades que se nos abren para que cambiemos un poco la concepción de lo que queremos ser y de repente reivindicar el concepto del empresario y la idea de que lo que queremos son empresas consolidadas que tienen escala y capacidad de comercio regional”, enfatizó.
Por último, Nicolás Uribe Rueda, presidente ejecutivo de la Cámara de Comercio de Bogotá, se refirió al plan de toda sociedad. “El propósito de una sociedad es tener empresas formales porque una empresa formal es aquella que puede contribuir de múltiples dimensiones (…) Formalidad significa más empleos, más recursos, más sostenibilidad, impuestos para financiar la política social y mayores oportunidades para el empresario y sus empleados”, puntualizó.