En este portal utilizamos datos de navegación / cookies propias y de terceros para gestionar el portal, elaborar información estadística, optimizar la funcionalidad del sitio y mostrar publicidad relacionada con sus preferencias a través del análisis de la navegación. Si continúa navegando, usted estará aceptando esta utilización. Puede conocer cómo deshabilitarlas u obtener más información
aquí
Ya tienes una cuenta vinculada a EL TIEMPO, por favor inicia sesión con ella y no te pierdas de todos los beneficios que tenemos para tí. Iniciar sesión
¡Hola! Parece que has alcanzado tu límite diario de 3 búsquedas en nuestro chat bot como registrado.
¿Quieres seguir disfrutando de este y otros beneficios exclusivos?
Adquiere el plan de suscripción que se adapte a tus preferencias y accede a ¡contenido ilimitado! No te
pierdas la oportunidad de disfrutar todas las funcionalidades que ofrecemos. 🌟
¡Hola! Haz excedido el máximo de peticiones mensuales.
Para más información continua navegando en eltiempo.com
Error 505
Estamos resolviendo el problema, inténtalo nuevamente más tarde.
Procesando tu pregunta... ¡Un momento, por favor!
¿Sabías que registrándote en nuestro portal podrás acceder al chatbot de El Tiempo y obtener información
precisa en tus búsquedas?
Con el envío de tus consultas, aceptas los Términos y Condiciones del Chat disponibles en la parte superior. Recuerda que las respuestas generadas pueden presentar inexactitudes o bloqueos, de acuerdo con las políticas de filtros de contenido o el estado del modelo. Este Chat tiene finalidades únicamente informativas.
De acuerdo con las políticas de la IA que usa EL TIEMPO, no es posible responder a las preguntas relacionadas con los siguientes temas: odio, sexual, violencia y autolesiones
Lo que “Iota” no se pudo llevar del Archipiélago
Con la “Operación Renacer”, la Armada de Colombia ha contribuido al renacer de las islas.
Más de un año después de que el huracán “Iota” tocara tierra en el departamento Archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina el 16 de noviembre de 2020, la Armada de Colombia sigue manifestando su compromiso con los habitantes de esa región del país. Gracias al esfuerzo permanente de los de la Institución Naval, ha sido posible la llegada y distribución de ayuda humanitaria, el renacer de las islas y la logística para lograr ese objetivo.
La primera unidad de la Armada asignada para atender la emergencia fue la fragata misilera ARC “Antioquia”, que llevaba a cabo labores de soberanía nacional en el Océano Atlántico. A ese buque se unió el 17 de noviembre la fragata misilera ARC “Independiente”, con cerca de 200 tripulantes, personal militar y médico perteneciente a la Compañía de Gestión del Riesgo, a Buceo y Salvamento, al Hospital Naval de Cartagena y la Aviación Naval, quienes adelantaron las primeras maniobras de búsqueda y rescate tras el paso del huracán.
Desde entonces, la Armada de Colombia ha designado 11 unidades a flote para el transporte del personal militar y brindado apoyo logístico de traslado de material desde el continente hacia la isla, especialmente a Providencia, cuya afectación fue dramática y hoy, gracias a la esforzada labor de Oficiales, Suboficiales e Infantes de Marina, en el marco de la llamada “Operación Renacer”, se han podido implementar las tres fases, para que su desarrollo sea mejor que el de antes del huracán.
En la primera, se concentraron los esfuerzos necesarios para la rehabilitación de las vías primarias y secundarias en la Isla de Providencia, al tiempo que la Dirección General Marítima, apoyada por unidades de Guardacostas, verificó el sistema de señalización marítima para que las embarcaciones provenientes del continente, que transportaban los elementos necesarios para empezar la reconstrucción, pudieran ingresar de manera segura a muelle.
La segunda fase se enfocó en labores de limpieza y el acopio de escombros, que permitieron la recogida de 27.000 toneladas de desechos resultantes de las construcciones destruidas. Además, el personal del departamento de Buceo y Salvamento de la Armada rescató 33 embarcaciones que habían sido arrastradas debido al fuerte oleaje provocado por el huracán.
En la tercera fase se firmó un convenio entre la Armada de Colombia y la Financiera de Desarrollo Territorial (Findeter) para sumar esfuerzos técnicos, logísticos, istrativos, financieros y jurídicos encaminados a la recuperación de las viviendas afectadas.
Por eso, se creó la Fuerza de Tarea “Plan Renacer”, conformada por 162 tripulantes que fueron capacitados por el SENA en temas de construcción y que han intervenido 130 viviendas en el archipiélago.
Pero la labor también permitió estrechar lazos entre la Armada de Colombia y los habitantes de las islas gracias a la labor humanitaria y de compromiso y trabajo esforzado que los de la Institución Naval han adelantado en beneficio de los colombianos afectados.
El sargento viceprimero Garibaldi Salazar Garcés, comandante de la Compañía de Construcciones Navales de la Armada, cuenta que su primera misión, una vez llegó a San Andrés el 15 de diciembre de 2020, fue montar carpas hasta el 24 de diciembre.
“El 25 comenzamos a colocar techos una vez llegaron los materiales y las herramientas para adelantar esa labor de reconstrucción. Previamente, identificamos las viviendas con mayor riesgo y que debían ser priorizadas. Todas las casas eran importantes, pero hubo unas que el huracán dejó más averiadas y debíamos comenzar por esas”, manifiesta el sargento viceprimero Salazar.
La jornada comenzaba temprano, a las 7 de la mañana, cuando los de la Armada se desplazaban hacia las cuatro zonas asignadas con un solo propósito: mitigar el impacto negativo que el huracán había dejado en la gente.
El regalo de unos mesones de madera
Uno de los miles de testimonios de los habitantes del archipiélago relacionados con la labor de la Armada es el de Lury Paz Bonilla. Ella recuerda que, cuando llegó el huracán, se había desplazado de Providencia a San Andrés para una intervención quirúrgica a la que se debía someter su mamá, paciente de cáncer.
“Lo sentimos muy fuerte. Fue terrible. Pero no nos imaginábamos que aquí en Providencia había sido mucho peor”, recuerda ella.
Lury pudo regresar a Providencia a bordo de catamarán una semana después, una vez se autorizó el transporte por mar. “Cuando llegué, mi casa estaba completamente destruida. Solo estaban en pie la estructura, que era en concreto, y el balcón. Era imposible vivir ahí. Al ver eso, se me vinieron las lágrimas”, dice.
Sin embargo, se armó de valor y comenzó la labor de sacar escombros de la vivienda, incluso cuando el piso se hundió bajo sus pies, provocándole una seria lesión de ligamentos.
“Al día siguiente del accidente —cuenta Lury —estaba sacando escombros y pasó una persona de la Armada en moto. Se interesó por mi situación y se comunicó con un Teniente por teléfono, solicitando personal para que me ayudara”.
A las siete de la mañana de la siguiente jornada, llegó una gran cuadrilla de la Armada e instaló frente a la casa de Lury dos ‘containers’.
“Comenzaron a evacuar los escombros y a levantar la casa. También, me trajeron varios garrafones de agua”.
Esa fue la primera ayuda que recibió.
“A los pocos días viajé de nuevo a San Andrés porque se iba a retomar la operación de mi mamá. Al regresar, me encontré con la sorpresa de que mi casa estaba techada con una lona. La Armada la había colocado cuando yo no estaba en la isla. Ya había casa y en dónde vivir”, comenta Lury.
Veinte días después volvió la cuadrilla, a cargo del Sargento Viceprimero Salazar y el Sargento Barrios, para reconstruir el techo.
“Colocándolo, se demoraron tres o cuatro días. Cuando regresaron para reforzarlo, mi mamá ya estaba aquí conmigo y se había ido a la parte de atrás a recoger unos maderos del balcón con la idea de hacer unos mesoncitos para las ollas y los platos. El sargento Barrios la vio y le dijo que ellos se encargaban de eso. Agarraron las tablas, tomaron medidas, cortaron con una sierra y armaron unos mesones para que mi mamá pusiera sus ollas. Ella dice que los lleva en el corazón”, cuenta Lury.
La congregación que se levantó
Otro de los testimonios de vida en Providencia es el de Donaldo Bryan Robinson, pastor de la iglesia ‘New Life’.
“Hay mucho que contar y estoy agradecido con Dios por seguir vivo después de lo que pasó. También, con el Gobierno Nacional y la Armada. Era difícil creer que esto pudiera revivir, pero gracias al esfuerzo humano y al trabajo incansable de los Infantes de Marina es que la isla se ha levantado”, explica el pastor Bryan.
De ‘New Life’ solo quedó su enorme estructura metálica y gran cantidad de escombros. “No había manera de que pudiéramos remover solos todo eso. Gracias a Dios y a Susana Correa, directora de Prosperidad Social, que metió el hombro y nos ayudó a contar con el apoyo de la Armada, es que eso fue posible. Para muchos no es fácil entender cómo fue que la iglesia se levantó en tan corto tiempo”, comenta el pastor.
Y agrega: “Si no fuera por esos militares y su tenacidad, Providencia no hubiera resurgido. Por otra parte, hemos contado con el apoyo de la Armada para el transporte de materiales y donaciones que recibimos para seguir contribuyendo a la reconstrucción de la isla y dándoles la mano a aquellas personas que aún no tienen nada”.
Hasta el momento, la Armada de Colombia ha transportado en sus embarcaciones 21.800 litros de agua y más de 10.121 toneladas de carga, con material para la construcción de las nuevas viviendas, ayudas humanitarias y donaciones con las que se busca contribuir y mejorar las condiciones y la calidad de vida de la población del archipiélago.