La piel es el órgano más grande y extenso del cuerpo humano, y en ese sentido, requiere de un seguimiento especial y una buena hidratación que potencie sus niveles de agua y fortalezca su barrera cutánea, con el propósito de cuidarla de agentes externos como la contaminación, el clima y hasta los daños que puede llegar a provocar, en el caso del rostro, el maquillaje. Ahora bien, ¿qué se debe hacer para que lo anterior suceda en el cuidado facial? Beber agua a lo largo del día no será suficiente, también es importante usar un producto tópico hidratante de día y de noche.
En medio de ese contexto, antes de elegir el producto correcto para hidratar la piel y evitar que se deshidrate, ya que al estar deshidratada las barreras de protección cutánea se debilitan y se alteran los procesos de funcionamiento normales, lo que significa que disminuye la formación de colágeno favoreciendo el envejecimiento prematuro, hay que entender que se debe escoger según la edad de la persona.
Hidratación en la juventud
En la hidratación juvenil no solo se deben incluir productos especializados en ocultar o tratar las imperfecciones, es necesario llevar a cabo una correcta higiene con agentes delicados que ayuden a mantener el equilibrio propio de la piel y proteger el manto hidrolipídico.
En lo que se refiere a los limpiadores, expertos recomiendan buscar productos de pH ligeramente ácido que respeten el pH natural y no tengan un efecto astringente en exceso que altere la piel, por lo que para este tipo de edad, el objetivo es hidratar con productos de textura ligera que no aporten agentes que puedan generar un efecto oclusivo.
En línea con este panorama, los productos de hidratación que más llaman la atención de quienes se encuentran en dicha etapa de la vida son los que vienen en texturas ligeras como geles, geles crema o fluidos, y en relación a ello, hoy en día existen hidratantes con principios incorporados que cumplen una función adicional a su efecto hidratante como cubrir imperfecciones, controlar el exceso de sebo, atenuar el aspecto de los poros, matizar la piel, tener un efecto antioxidante e iluminar la piel, lo que quiere decir que entre más pronto se incorpore en la rutina diaria una hidratante, más se van a tardar en aparecer las líneas de expresión.
Hidratación de mediana edad a madurez
Llega un momento de la vida en el que la piel comienza a mostrar los efectos del paso del tiempo y es ahí cuando hay que aportarle al rostro los activos que necesita. Aunque la edad natural de empezar a usar una crema antiarrugas son los 30, los profesionales en el tema coinciden en recomendar su uso mucho antes a modo de prevención.
Características de una hidratante antiedad
Lo primero que hay que buscar en una hidratante antiedad es que sirva como tratamiento preventivo si la persona tiene de 25 a 35 años, ya que le ofrecerá una acción antiedad y multiprotectora que ayuda a todos los tipos de piel a combatir las agresiones diarias, prevenir las primeras líneas de expresión y dar luminosidad a la piel.
Por otro lado, debe contener agentes que aumenten la hidratación cutánea como el ácido hialurónico que disminuye el estrés oxidativo responsable del envejecimiento extrínseco o fotoenvejecimiento y favorece la producción de colágeno de la piel, disimulando las primeras arrugas.
Por último, es esencial que aporte lípidos a la piel y, para ello, la crema hidratante nocturna regenera y renueva la piel mientras se duerme, evitando la pérdida de agua y dándole paso a la regeneración celular de la dermis, lo que conseguirá prevenir el envejecimiento y la formación de arrugas.
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